Reporteros Sin Fronteras pierde definitivamente la máscara

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Quienes sigáis los biTs desde hace algunos años, recordaréis que este blog ha sido una plataforma de denuncia de los manejos de Reporteros Sin Fronteras en temas relacionados con los diferentes conflictos que se suceden en la actualidad. Su doble vara de medir en relación con el bolivarianismo, el odio visceral hacia Cuba, la contemporización con países como Colombia o Estados Unidos, han sido destacadas en numerosas ocasiones en estas páginas. Las subvenciones —reconocidas— por organismos vinculados a la CIA (National Endowment for Democracy) y, sobre todo, de la Dirección General de Seguridad Exterior francesa eran más que sospechosas, constituían la constatación de que habían nacido como un mero instrumento del imperio para la consecución de sus intereses geoestratégicos y neocoloniales. Aún con todo, eran muchos que seguían confiando en esta ONG y apoyando sus campañas. Tampoco les sirvieron las evidencias que relacionaban a sus líderes con la mafia cubana de Miami o con elementos implicados en el terrorismo y el sabotaje contra la isla (el Center for a Free Cuba). Tal es la necesidad de contar con referentes supuestamente independientes en los que confiar ciegamente para no complicarnos más la existencia.

Un punto de inflexión sobrevino cuando fueron expulsados del listado de ONGs asociadas a la UNESCO, aunque para muchos era una maniobra de algunos países del frente bolivariano y su área de influncia en la ONU. Pues lo siento mucho, pero voy a aguarles la fiesta una vez más a los crédulos que nos han tildado tantas veces de extremistas o de conspiranoicos. Robert Menard, carismático líder y fundador de Reporteros Sin Fronteras se presenta en Francia con el partido de ultraderecha de Jean Marie Le Pen. Por sus planteamientos ideológicos, desde luego es la formación que más le calza para continuar su carrera política, por más que a muchos engañados periodistas les sorprenda o hablen ahora de inesperadas conversiones sobrevenidas. Será divertido ver cómo lo interpretan sin caer en el más espantoso de los ridículos. Que conste que desde años se conocen sus filiaciones con los ultras y su vinculación millonaria con Qatar. En definitiva, los mismos de siempre, vinculados a los de siempre, solo que esta vez es innegable y tan meridiano que no podrá ser ocultado por más tiempo. Otro día seguiremos con Amnesia Internacional…