Ucrania y la fábula de Pedro y el Lobo

2
1759

Los que nos dedicamos, de una u otra manera, a la comunicación, a la contrainformación y a la geopolítica antagonista, sabemos por pura experiencia que la Ley de Godwin suele ser bastante certera. Como reza su enunciado:

«A MEDIDA QUE UNA DISCUSIÓN ONLINE SE ALARGA, LA PROBABILIDAD DE QUE APAREZCA UNA COMPARACIÓN EN LA QUE SE MENCIONE A HITLER O A LOS NAZIS TIENDE A UNO»

Quizá en nuestro país, ese espacio haya estado ocupado parcialmente por ETA durante un tiempo, pero con el terrorismo patrio afortunadamente ya desaparecido de nuestras vidas, no hay más que engancharse a cualquier tertulia política de esas «Sálvame style» del TDT party —o incluso de cadenas supuestamente más serias— para salir harto de alusiones al nazismo a las primeras de cambio.

Sin embargo, los mecanismos psicológicos de habituación e insensibilización juegan en contra de situaciones reales donde la llegada al poder de los nuevos tipos de fascismo son tratadas de pura exageración política o propaganda del adversario y, por tanto, apenas tenidos en cuenta o tratados con seriedad. Es como la famosa fábula de Pedro y el Lobo, nos han asustado tanto con lemas que dicen que «todo es ETA» o «todo es nazismo» que ya no lo creemos ni vemos cuando lo tenemos delante.

svobodaSW

Algo parecido está sucediendo en estas aciagas fechas con la llegada al poder de partidos y grupos «nacionalistas» como Svoboda y Pravy Sektor, que están pasando casi desapercibidos a pesar de haberse instalado en un gobierno en el corazón mismo de Europa.

Claro que, a lo antedicho, es necesario sumar que hay una intencionalidad manifiesta de los gobiernos que apoyan a la Junta golpista de Kiev que desgobierna Ucrania para esconderlos, como sucede igualmente con los medios de comunicación de masas, auténticos peligros desinformativos y propagandísticos.

Afortunadamente, para cualquier persona interesada en ir más allá de la esfera de manipulación constante con la que cuidadosamente tapizan la realidad existen modos fáciles de hurgar bajo las alfombras y destapar lo que subyace tan celosamente guardan bajo siete candados. Es un hecho incontestable que Svoboda cuenta con varios ministros y altos cargos en el pseudogobierno que el golpe de estado de febrero impuso por la fuerza en Ucrania. El vice primer ministro, Alexander Sych, y los ministros de Educación, Serguei Kvit, de Medio Ambiente, Andrei Mojnyk, Agricultura, Igor Chvaika, son de esta formación. Aunque no sea miembro formal, según algunas informaciones, el Ministro de Defensa, Igor Tenyuk, asiste regularmente a las reuniones de Svoboda, por lo que, de facto, muchos lo consideran de los suyos. También el Fiscal General, Oleg Maknitsky, es miembro del partido de la Libertad, que es lo que significa Svoboda en castellano.

A este elenco de ministros, les siguen otros de formaciones del mismo signo, como Autodefensa Ucraniana, que mantiene un ministerio y altos cargos judiciales, e incluso el Sector Derecho, que tiene a Dimitri Yarosh como Secretario adjunto del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa.

Pues bien, veamos que decía el Parlamento Europeo después de mostrarse muy preocupado por el auge del sentimiento nacionalista y por la representación parlamentaria obtenida por Svoboda en 2012 en las elecciones de Ucrania, el texto es literal y tomado de la  Resolución del Parlamento Europeo, de 13 de diciembre de 2012, sobre la situación en Ucrania (2012/2889(RSP)):

«RECUERDA QUE LAS OPINIONES RACISTAS, ANTISEMITAS Y XENÓFOBAS SON CONTRARIAS A LOS VALORES Y PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA UE Y, POR TANTO, HACE UN LLAMAMIENTO A LOS PARTIDOS PRODEMOCRÁTICOS PRESENTES EN LA RADA SUPREMA PARA QUE NO SE ASOCIEN NI COALIGUEN CON ESE PARTIDO (SVOBODA) NI LO RESPALDEN.»

Así las cosas, tenemos que buena parte de los miembros de la junta de Kiev son de un partido racista, xenófobo y antisemita que hay que aislar en la Rada Suprema de ta manera que se impida que reciban ningún tipo de apoyo. ¿Dónde está ahora la Unión Europea y su Parlamento? ¿por qué no se pronuncian? ¿y los medios que supuestamente están para controlar a los poderes? ¿por qué callan?

Sigamos, que aún hay más. El centro judío Simon Wiesenthal, también calificó a Sbovoda en 2012 dentro de los diez grupos antisemitas más peligrosos del mundo. Esta organización, después de su inicial etapa como cazanazis, con la desaparición física paulatina de los partícipes de la Segunda Guerra Mundial, se transformó en un observatorio vigía y denunciante de actividades antisemitas en todo el Mundo. Esta formación ocupa el puesto 5 en el top ten del antisemitismo mundial. Fijaos lo que dicen de ellos:

OLEG TYAGNIBOK

LÍDER DEL PARTIDO ANTISEMITA SVOBODA (LIBERTAD) UCRANIA

EN LAS ÚLTIMAS ELECCIONES EL PARTIDO RADICAL DERECHA GANÓ 41 ESCAÑOS EN EL PARLAMENTO UCRANIO (10,44 % DEL VOTO POPULAR). TYAGNIBOK HA PEDIDO PURGAR A LOS APROXIMADAMENTE 400.000 JUDÍOS Y MIEMBROS DE OTRAS MINORÍAS QUE VIVEN EN UCRANIA Y EXIGIÓ QUE UCRANIA SE LIBERE DE LO QUE ÉL LLAMA LA «MAFIA MOSCOVITA JUDÍA»

Obviamente no voy a suscribir el ideario sionista del Centro, que identifica o pretende hacerlo el antisemitismo con estar en contra de las abominables políticas de Israel (caso por ejemplo del magnífico dibujante Carlos Latuff), pero este caso es bastante palmario y en las acusaciones contra Svoboda no tratan de un tema político sino de puro racismo y xenofobia, justamente las mismas que profirió el Parlamento Europeo.

A pesar de todo, Svoboda podría llamarse como el más moderado de los tres grupos neonazis con representación en el gobierno. Sector Derecho no es más que el escaparate de una milicia paramilitar fascista que se está integrando a marchas forzadas en el ejército y la Guardia Nacional de Ucrania para constituir una especie de SS particular con la que combatir a los federalistas del sureste del país, a los que parte de la policía y el ejército, no quieren enfrentar. El batallón especial Sumi, del Ministerio del Interior, es buena prueba de ello.

Lógicamente, destapar públicamente la presencia neonazi en un gobierno apoyado económica, política, diplomática y militarmente por Europa y por Estados Unidos contradice las más elementales normas de la democracia que, supuestamente, decimos apoyar allá donde nos inmiscuimos. De ahí el celo hermético y la burda estrategia de proyectar nuestras propias miserias  sobre los que tenemos enfrente, en este caso sobre la resistencia ucraniana y quienes les apoyan.