La eclosión masiva de refugiados hacia Europa: salto cualitativo en el plan supremacista de despoblar Siria

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CONSECUENCIA PERSEGUIDA

El fen?meno de la partida masiva de refugiados sirios hacia Europa dista mucho de contar entre las consecuencias imprevistas del llamado «conflicto». Tampoco tiene nada que ver con el tantas veces citado «efecto boomerang»?impactando contra un «occidente» que habr?a sembrado vientos para recoger ahora tempestades. En su?gran mayor?a?-y por rigor sem?ntico- los «refugiados» sirios distan de ser refugiados huyendo de los estragos de una hipot?tica «guerra civil siria». Se trata de poblaci?n arrancada a la fuerza de su pa?s, por?la operaci?n mercenaria de unos invasores que han pasado por «rebeldes» y hasta por «revolucionarios» en el lenguaje espectacular de masas. En la Agenda hegemonista estadounidense, tales mercenarios son mucho m?s: son colonos que, secuestrando para s? selectivamente a mujeres y ni?os y poni?ndoles a servir, a procrear y ?aprender? inculcos, arraigan sobre el terreno tomado, llegando a fundar entidades pol?tico-administrativas con el tiempo.

La desestructuraci?n/reestructuraci?n sociol?gica y vaciado demogr?fico de la tierra siria no es m?s que?un estadio adelantado de aquella particular versi?n del Nuevo Oriente Medio que arrancar?a en 2011 con Hillary-McCain, y cuyo corpus (devorando a sus ide?logos laicistas originales) ir?a ti??ndose cada vez m?s de los pigmentos confesionales del judeo-testamentarismo. Tal Weltanschauung (cosmovisi?n), en agresivo tropel de auto-materializaci?n, imagina una Palestina b?blica integralmente judaizada y, a sus territorios circundantes, los requiere bajo?mando de sectas dom?sticas y serviles; convencidas de la superioridad de los Elegidos?en su condici?n ontol?gica diferencial?como «pueblo de Dios». En?mitad de esta deriva escatol?gica (definitoria de desenlace resolutivo antesala del?Nuevo Orden, o «Para?so terrenal»), los reinos?sirio-amorritas -y m?s tarde arameos- de Damasco y de Yamhad-Aleppo (Siria actual)?son destruidos.?Y, como ya lo?hubieron sido?los cananeos y parcialmente los samaritanos a la irrupci?n de Josu? y sus Tropas nutridas por los persas, las gentes de los reinos (hoy los sirios) son desarraigadas?de?su tierra «a sangre y fuego»?(l?ase una?narrativa de las guerras mesi?nicas en?Pentateuco, Reyes).

Seg?n su propio libro, ?los Elegidos? no alcanzan su sue?o de promisi?n terrena a menos que antes hayan hegemonizado bajo su cetro la vida pol?tica de la zona, en una repetici?n de la m?tica cualidad salom?nica como Rey de Reyes, a quien habr?an rendido pleites?a todas las naciones en el arco del mundo conocido mesopot?mico, ?desde los faraones al Oeste hasta los elamitas al Este? (Pentateuco, Reyes). Para sellar su hegemon?a pol?tica sobre una regi?n doblegada, ?los Elegidos? necesitan involucrar sin dobleces al ?mundo occidental? y a sus sociedades en una operaci?n militar de asentamiento con que proceder a la re-adecuaci?n dr?stica de los grupos humanos sometidos. Estos quema-tierras por mandato divino saben que el ?mundo occidental? no se volcar?, dejando a un lado disquisiciones humanitarias y cerrando completamente filas tras el basti?n israel?, a menos que ellos consigan re-presentar ideol?gicamente la zona (y remodelarla verdaderamente) en concepto de paisaje natural de enraizamiento y desarrollo para una vor?gine de decapitadores que, habi?ndose hecho fuertes, tienen por vocaci?n el aniquilar toda diferencia y en particular cernirse contra ?el mundo occidental? a t?tulo de nuevos b?rbaros. A esta l?gica de acu?aci?n paisaj?stica le incordia la persistencia en la zona de una poblaci?n como la siria, educada en el laicismo y en la convivencia inter-religiosa (matrimonios inclusive) bajo una identidad com?n nacional m?s fuerte. A la luz de estas consideraciones se descifra el ah?nco de exterminio practicado por los siervos armados del supremacismo sobre los cristianos sirios, iraqu?es, libaneses y palestinos, quienes llevan casi cinco a?os de millonaria corriente migratoria y refugio (sobre todo en Escandinavia y Europa Oriental en menor grado). No en vano, los cristianos ?rabes y su participaci?n en las sociedades mediorientales silencia en seco la discursividad de monocrom?a neo-tribal amenazante; espectro que el supremacismo recrea ante las Cortes centrales del Mundo mientras reclama un frente com?n y tutela regenerativa sobre la pen?nsula de ?territorios comanche?.

?????? La oleada humana actual no es, pues, fruto de irresponsabilidad «occidental» y ni mucho menos de su inconsciencia. Bien al contrario, es el ?xodo profetizado por la irracionalidad Antigua y programado por una racionalidad Moderna disciplinada en servir a Yahweh,?con toda su tecnolog?a militar y su ingenier?a socio-demogr?fica puntera. Generado el drama (bien real) e instalado en la consciencia televisiva de la muchedumbre de muy buen coraz?n, a cada perfil de la red social se le insta a «posicionamiento». Los mismos que elevan cada vez m?s?alto el alambre espinoso de Melilla, que a?aden a ?ste cortantes cuchillas, que apuntalan las leyes exclusionistas de Europa-fortaleza y que dejan desiertas de salvavidas las costas italianas meridionales, manipulan, para este otro caso, sentimientos?colectivos y sensibilidad. ?No?resulta?un tanto sospechoso?.

?????? Pues han querido los tiempos que este milenario Progrom en virtud de cuya ejecuci?n?Siria vaya dejando?de ser Siria?y los sirios vayan dejando?de serlo,?est? configur?ndose como deportaci?n hacia?el Viejo Continente.?Alemania demanda hoy mano de obra barata cualificada y semicualificada. Tal vez ma?ana?los llegados sean redistribuidos a lo largo de otros centros imperialistas de la Cadena mundial.

Existen, tambi?n, rentabilidades inmediatas de lo m?s mundano: la proporci?n de «migrantes» sirios varones j?venes y de familias con ni?os resulta elevada. No en vano, son quienes re?nen fuerza suficiente para iniciar el periplo desde el pa?s o desde los campos de refugiados m?s o menos lim?trofes. As? pues, Siria se queda tendencialmente sin brazos que empu?en el fusil en su defensa, tanto como sin Fuerza de Trabajo en una tesitura hipot?tica de recuperaci?n. De la Fuerza de Trabajo dir?a Marx que es la Fuerza Productiva m?s importante, y ella ser?a, a ojos de Mao Tse-Tung, nada menos que la variable determinante del producto de todas las otras juntas. En otras palabras, y contra riesgo de miop?a, estas rentabilidades inmediatas aparentemente seculares caen dentro de esa otra supra-rentabilidad?arriba descrita.

?????? La supuesta marcha de los supuestos refugiados de guerra es nada menos que la di?spora con que est? borr?ndose del mapa, en el nivel del registro humano, aquello mismo que el ?Estado Isl?mico? y sus otras bandas antecedentes est?n borrando del mapa en el nivel del registro material hist?rico y arqueol?gico. K.O. a Siria: esto es lo que se dirime en el fondo, mientras el aluvi?n de estremecedoras im?genes, que no dejan de hacerme llorar por fuera y por dentro, ubican a la opini?n p?blica en el debate de la contradicci?n sobre fronteras, visados, estancia y hospedaje. Este debate p?blico es el resultado de haber puesto a la gente a mirar al dedo para velar con sombra oscura posibles miradas hacia la luna…, cuando al mismo tiempo, y si se sabe leer, el dedo est? se?alando hacia la luna. Al interior de esta matriz de discursividad, el horizonte masivo es a lo sumo el buenismo. Y el buenismo no deja de servir a los planes en curso, pues los Amos trasatl?nticos ya han mandado a los dirigentes europeos a encajar su deber de acogida.

Estados de todo el Mundo han sumado ya sus iniciativas de acogida: Canad? y Australia (Commonwealth), Chile, Brasil, Urugay, Argentina, etc. A los Estados ?rabes peninsulares (Qatar, Arabia Saud?, Emiratos ?rabes Unidos…) se les ha encargado mantenerse al margen; son geogr?ficamente demasiado pr?ximos a la RAS.

Las Potencias que, por medio de su Terror a sueldo, producen desplazados y por ende producen su amontonamiento, agon?a, asfixia, ahogo…, indican luego a sus noticiarios la exposici?n sin tregua de los ahogados, ni?os incluidos. Confrontado a la pantalla por los mismos asesinos, el espectador reclamar? apertura de puertas. Lo importante es desperdigar a la poblaci?n precisamente para que deje de serlo, as? diluida al viento de los cinco continentes. Aqu? aplica con matem?tica precisi?n la memorable sentencia que Menahem Beghin pronunciara una vez sobre los palestinos: Los palestinos emigrados querr?n volver; los hijos se acomodar?n a su h?bitat; los nietos no se sentir?n ya palestinos; los bisnietos habr?n olvidado qu? fue Palestina.

Anteayer la BBC enfocaba a un ni?o sirio diciendo: «No queremos vivir en Europa; queremos poder vivir en Siria. Todo lo que Europa tiene que hacer es dejar de hacer la guerra en Siria». La televisi?n traduc?a la primera frase textual y la segunda frase como «Todo lo que Europa tiene que hacer es detener la guerra en Siria?. La traducci?n entra?a connotaciones ciertamente ambiguas, pero escuchada por televidentes a priori condicionados, queda, con probabilidad, al modo siguiente: «Europa tiene que intervenir por la paz, deteniendo la guerra siria». Y es que esta ocasi?n de flamante filantrop?a con que «occidente» viene obsequi?ndose a s? mismo a lo largo de las ?ltimas semanas, de ning?n modo se detiene al interior del per?metro europeo. Se quiere, en cambio, que sea la simiente fecundadora de respaldo p?blico a un m?s firme compromiso log?stico viejocontinental con la re-ordenaci?n supremacista de Medioriente. En palabras de Francois Hollande hace escasos meses: «En Siria hay que volver a empezar desde cero». Por aquellos d?as, portavoces de la Administraci?n Obama apuntalaban la declaraci?n del galo, mientras las cadenas radiof?nicas -las catalanas sin ir m?s lejos- se afanaban en retransmitir la buena-nueva. As? intitulaba Catalunya R?dio su rotativo: ?Siria necesita de compromisos de intervenci?n, dada la demostrada inaptitud de Assad para enfrentar el yihadismo en el pa?s?.

PREVISIBLE BAILE DE M?SCARAS

Nadie niega que decenas de miles de compatriotas han tenido que salir de Siria porque lo han perdido todo a ra?z de los bombardeos a?reos llevados a cabo por la aviaci?n del EAS. Y van ya m?s de cuatro a?os, en cuyo transcurso millares de viviendas han sido reducidas a escombro, tal y como certeramente relatan ante las c?maras algunos desplazados. No obstante, el sesgo introducido aqu? por la prensa (por ejemplo, por la televisi?n italiana) es doble:

La primera distorsi?n nos remite a la fijaci?n obsesiva de los medios ?occidentales? por repetir y repetir este tipo de historia, que, aunque en efecto dram?tica, constituye una de las aristas de la cat?strofe entre tantas otras. La segunda distorsi?n es inaugurada por un abuso interpretativo: a partir de la destrucci?n inmueble narrada (dato desde luego veraz), las televisiones hilvanan toda una narraci?n especulativa donde las v?ctimas lo ser?an del ?sangriento Dictador y de su ej?rcito?. La referencia emp?rica al bombardeo le sirve a la prensa ?occidental? para (sofisma) inferirle al espectador la inducci?n de que el objeto de tal bombardeo fue el ciudadano que ha perdido la casa a consecuencia de ?ste. La falacia, que sit?a presuntos objetivos militares ofensivos en el lugar de las consecuencias y de los da?os militares defensivos, ?olvida? preguntar a los agraviados si hab?a un tercer elemento ocupante de sus barrios o de sus municipios. Las m?s de las veces, los habitantes civiles llevaban tiempo lejos de su residencia, refugiados no necesariamente fuera de Siria. Es ?ste el caso de un buen contingente de ciudadanos alepinos leales a la RAS, quienes, huidos del Terror reaccionario ?rebelde? instalado en sus distritos, por decenas de miles han ido constituyendo campos en el extrarradio de Alepo.

Por otra parte, nadie duda tampoco de que el llamado factor interno nacional incide en el calado de la cat?strofe y en su perduraci?n: entre las masas de compatriotas desarraigados se cuentan, c?mo no, partidas de trogloditas, de econo-liberales, de l?mpenes oportunistas sin conciencia social alguna, de sectarios netos, de cabecicubos que ni tan siquiera se auto-conciben sirios y piensan su afiliaci?n nada m?s que en t?rminos de rama teol?gica, etc. ONGs y dem?s tejido ?c?vico? subvencionado, en Catalunya y en toda Europa, afilan sus u?as pensando en la tajada que, presta a destripamiento, les ha ca?do de un plumazo a la mesa de los m?ritos. ?Los Se?ores nos lo agradecer?n?, piensan, y se ponen a adecentar el pescado para -?alejop!- pasearlo por las ?goras, por las salas de Grados y por las palestras universitarias o de cochera municipal. Estos selectos refugiados van a tener voz hasta en el p?lpito parlamentario. A nosotros, por sirios que sean, van a tenernos enfrente.

A escala m?s amplia, es de comprender que entre los sirios llegados a Catalu?a van a primar las situaciones arduas, caracterizadas por el riesgo de exclusi?n social, la urgencia de encontrar un empleo que no llega, la exasperaci?n ante las filas para recibir asistencia y los d?ficit vehiculares comunicativos. A estas luces, la ocasi?n la pintan calva para el chantaje. El tejido pol?tico para-estatal del imperialismo (por ejemplo el Comit? Catal?n en Solidaridad con la Revoluci?n Siria) no estar? dispuesto a perder chanza, y, ante los necesitados, mostrar? ufano guardar la llave del porvenir…, a cambio de cosechar disposici?n a integrarse en ?din?micas informativas?, charlas, jornadas, ruedas de prensa, etc.

En fin, prevemos tambi?n cierto desarrollo de la reacci?n que la psico-sociolog?a llama mimetismo (Gabriel Tarde), y de cuya imantaci?n a muchos venidos les va a ser complicado escapar. Pronto quien m?s quien menos va a percibir que, bajo el clima de prejuicios no s?lo socialmente dominante sino oficialmente instituido, empecinarse en la verdad va a significar auto-posicionarse como ?loco? y como ?sirio malo? a partes iguales. Para casi todos va a ser demasiada auto-exigencia de integridad el cosificarse ?de sirio malo? cuando a ?los malos? se les va a mostrar estigma de entorno y sanci?n negativa jur?dica de regularizaci?n, integrativa, etc. Contrastar?n su balance de cuentas con el de ?los buenos?, compadecidos por la sociedad civil tanto como premiados con cuidados institucionales y disoluci?n de trabas. Comunidades enteras de sirios, revestidos con el disfraz de lo pol?ticamente correcto como ?nico mecanismo de defensa, abominar?n de los elementos ?incorrectos? y se distanciar?n, quiz?s hasta el ninguneo. No se podr? reprochar lo que a fin de cuentas es una estrategia adaptativa poco menos que obligada bajo un medio precario extremo. Pocos se resistir?n a la simbiosis con ?los buenos? -con los dignos de compasi?n y soporte-, reclamando un sitio seguro en tal particular carro del ganador. As? es como el mentiroso civil ?occidental? se enga?ar? una vez m?s a s? mismo, produciendo coercitivamente aquel arquetipo de ?sirio refugiado? que ajustar? con escr?pulo sus palabras a aquello audible por el conjunto social del que su suerte depende.

EXPULSI?N DE ORIENTE Y ESTRATEGIA CONFRONTACIONISTA DE CABALLO DE TROYA

Con la perspectiva que el tiempo procura, quien m?s y quien menos estar? d?ndose cuenta de que la re-ubicaci?n poblacional siria en campos de refugiados fronterizos (Turqu?a, L?bano, Jordania) no pod?a constituir m?s que un apa?o transitorio en la mente del supremacismo, y de ning?n modo ?la soluci?n final? dise?ada. Ciertamente, los campos fueron conveniencia del imperialismo porque entre sus pasadizos pudieron los imperialistas deslizar mecanismos de reclutamiento armado contra la RAS. Paralelamente, la CIA y sus agentes gubernamentales regionales erigieron campos de instrucci?n, confundidos entre el marasmo de ?los refugios?, o ampliaron tantos otros campos de entrenamiento preexistentes, introduciendo en su interior nueva carne de ca??n a reclutar o redirigir.

Sin embargo, este tejido de frontera alberga una disfuncionalidad obvia: los desplazados pueden evadirse, cruzar y regresar. Muchos de ellos, hartos de subsistir en condiciones m?s que miserables bajo los auspicios de ACNUR y de distintas ONGs ?de apoyo?, quisieron volver a su pa?s, se sucedieron las revueltas en las tiendas, ante los camiones de provisi?n, etc. Pronto se instaur? un r?gimen disciplinario de control de las presencias, similar al toque de queda en cualquier territorio ocupado, y que imped?a hasta las visitas por parte de otros parientes trasladados. Los ?ltimos encarnaban el ?ltimo cord?n umbilical con un mundo exterior y de procedencia que los dise?adores de vidas se esforzaban por evaporar en la nube confusa de una vida anterior m?s y m?s on?rica con el pasar de los meses. No pod?a ser asunto sine die el aglutinar a tanto volumen poblacional sirio tan cerca de Siria, m?xime en territorios como Jordania, la Arabia septentrional, Antioquia y L?bano, en s? mismos integrantes del Eretz Israel proyectado.

Tal vez m?s importante a?n, Europa debe convertirse en escenario de destino para el propio Principio de Entrop?a fabricado, a quien enraizar como protagonista de atentados y conflicto. A tenor de lo ?ltimo, y a?n a riesgo de ser malinterpretado, es importante destacar esta rentabilidad ?nsita al plan supremacista a costa de los sirios: mezclar el grano con la paja y usar el caudal migratorio como Caballo de Troya de ?yihadistas? y de afines, sustentados materialmente y puestos a operar bajo coordenadas nutritivas de islamofobia entre los receptores. Tal deliberaci?n en pro de acelerar espirales de acci?n-reacci?n, tiene por cometido tendencial gestar demanda en pro de centrifugar ?intervenciones de seguridad? hacia el supuesto ?origen focal del problema?, es decir, hacia el Oriente ?rabe, justificando as? la prosecuci?n de la Campa?a de sometimiento gentilicio. Consolidar el apoyo ciudadano a las falsas ?cruzadas? antiguo-testamentarias, s?lo puede hacerse, en tierras tan pr?ximas al Asia Menor, asustando/indignando a las masas, para ponerlas a comulgar con el axioma atl?ntico presbiteriano del choque inter-civilizaci?n (Huntington, S.). El supremacismo mesi?nico tiene, pues, que inyectar en el coraz?n de la ingenuidad europea una suerte de anticuerpo identitario, a trav?s de ponerle a padecer vecindad con una identidad artificial tan exclusivista como violenta. Consonante a dicha racionalidad, Arabia Saud? acaba de ofrecer apoyo financiero de acogida a la Alemania de Merkel, a cambio de que parte de esos fondos se destinen a la erecci?n de por lo menos 200 mezquitas de orientaci?n predicatoria wahab? en suelo germano.

Conseguir la desbandada de personas sirias despobladas, desde los viejos campos circundantes hacia el Viejo Continente, no ha sido una jugada ?occidental? de la noche a la ma?ana. ?Occidente? lleva a?os propiciando un clima insufrible al interior de los campos, con humillaciones cotidianas; segregaci?n intra-familiar; amenaza expresa de no poder volver a por comida ni a por cuidados si se abandona por horas el campo a fin de visitar a otras personas; sufragio y manutenci?n generosos prestados a Kappos recabados de entre los elementos armados ?rebeldes?; constituci?n y amparo del Terror de las bandas, erigidas, por iniciativa de los gestores institucionales u oenegistas sobre el terreno, en verdaderos Frei Korps de disciplina, encuadramiento, vigilancia y propaganda.

Ello en lo que se refiere a la acci?n end?gena. En lo que respecta a la actuaci?n ex?gena desde los campos, y podemos decir que cohet?neamente, ?occidente? se dedicaba a amparar grupos que han llevado la desestabilizaci?n y el sufrimiento a los municipios y n?cleos circundantes. Esto ha ocurrido con los lugare?os en Turqu?a y en Jordania, negativamente afectados por abusos, tropel?as, violaciones, atentados y estallidos, tr?ficos varios y acciones mafiosas, intentos de imponer lecturas de la sharia y c?nones de vestimenta y comportamiento, asesinatos que inclu?an la extracci?n de ?rganos para su mercantilizaci?n hacia destinos como el israel? y el Atl?ntico Norte, etc. En ocasiones, los aut?ctonos -confundidos- la han emprendido injusta y abusivamente contra los refugiados, hecho que ha prendido la mecha de la animadversi?n por parte de la poblaci?n siria confinada, y as? en espiral auto-propulsada (sirve de peque?o anticipo a lo que el neo-mesianismo trama para Europa).

En suma, ?occidente? fue afan?ndose en cocer un caldo de cultivo con un ingrediente de demanda latente a flor de piel. As?, a ?occidente? le ha bastado con interrumpir de golpe su apoyo dinerario, infraestructural, de Capital humano y de ?voluntarios? a los campos de la zona, para que los Gobiernos locales se hayan decantado por levantar barreras y abrir verjas, desencadenando el abrumador fen?meno aparente. Contra la naivit?e que transpiran los miles de an?lisis ?alternativos? que en estos d?as pueden leerse y que ponen el acento en una presunta ?ida de manos occidental? respecto de su propia actuaci?n en Siria (haci?ndose eco de la premisa weberiana de ?consecuencias no previstas? o de las premisas de la cr?tica a la Acci?n Racional), esto que se presume ?caos? resulta ser de lo m?s ordenado, centralizado y atado.

EN CONCLUSI?N

Ciudadanos ?occidentales?: no pueden dejarse ustedes enga?ar tan f?cilmente. Los sirios les agradecemos, con el coraz?n en la mano, su solidaridad con nuestro pueblo. Pero, a su vez, la solidaridad debe armarse de reflexividad si desea evitar transformarse en energ?a funcional al seno del torrente art?fice de nuestra tragedia. Estos art?fices no son otros que las ?lites supremacistas radicadas en ?occidente?, sus venales gobernantes de aquende y allende el Atl?ntico y sus terminales propagand?sticas social-imperialistas m?s o menos grupusculares. Todos estos actores han sido los fundadores y los portadores de las fuerzas para la ?des-sirizaci?n? demogr?fica, pol?tico-administrativa, regional-organizativa, productiva e infraestructural de la Rep?blica ?rabe Siria. La mayor?a contin?an cabezones secundando aquel falso ?bando b?lico? de su propia creaci?n; unos (los m?s oficiales) en nombre de la ?democracia? y otros (los social-imperialistas o bien los m?s cretinos) en nombre de la ?revoluci?n?. Encomiando al hospedaje abstracto de lo que c?nicamente denominan ?las v?ctimas del conflicto sirio?, los des-sirizantes no hacen otra cosa que proseguir con esa l?nea l?cida de desertizaci?n humana.

Un desplazado sirio les responder?a lo que ya hizo el otro d?a, con palabras entrecortadas por el llanto, ante las c?maras en directo de la BBC, que no pudieron reaccionar a tiempo: ?En Siria, antes de todo esto, viv?amos bien; mejor de lo que podamos llegar a vivir en Alemania. Viv?amos juntos, con trabajo para todos…?. Su esposa, una siria sunn? ataviada con hiyab, se abrazaba a ?l mientras sus hijos escuchaban.

Mis hermanos sirios no huyen de su pa?s ?en guerra civil?. Huyen de aquello en que el exterior ha transformado a nuestro pa?s. No pocas redes ?solidarias? y portavoces pol?ticos desbordan generosidad porque en el fondo est?n entusiasmados con la perspectiva del ?xodo. O bien, como a los consistorios de varias capitales espa?olas, se les paga para escenificar la opereta ra?da que, un acto m?s, toma por trama el binomio dial?gico del ?campo civilizado? que, civilizado ?l, por consiguiente disfruta de la paz y tiende la mano hacia ?el campo incivilizado?, preso de su propia incivilidad guerrera. Al mundo al rev?s, los sirios sabremos responderle con las sencillas palabras de nuestro compatriota filmado por la BBC.

Tamer Sarkis Fern?ndez,

Vicedirector de DIARIO UNIDAD

Articulista semanal del diario venezolano LA RAZ?N