Livni no consigue formar gobierno

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Lo más probable es que haya que ir a elecciones anticipadas que ganaría el Likud según las encuestas, lo que llevaría a la ruptura de las negociaciones de paz con Palestina y Siria. Livni no consigue un acuerdo que le permita obtener mayoría absoluta en la Knesset y tampoco parece posible que gobierne en minoría ya que lo desaprueban sus opositores internos de Kadima, el partido de Ariel Sharon, literalmente más partido que nunca desde que permanece en estado vegetativo, estado que debió haber alcanzado desde el día de su nacimiento, algo que le agradecerían los miles de personas asesinadas durante su trayectoria vital. La cosa es que dentro del rompecabezas del parlamento de Israel es difícil casi todo. Basta echar una miradita a su composición para darse cuenta de ello:

  1. Kadima. Partido de centro derecha (en Israel, aquí sería de extrema y racista) escindido del Likud que se llevó a determinadas personalidades del ala más conservadora de los laboristas. 29 escaños.
  2. Avodá, conocido por los gentiles como Partido Laborista. En teoría es de izquierdas, pero en nuestro país bien podría tildarse de conservador, al menos a buena parte de sus miembros. Obviamente es sionista hasta la médula. 19 escaños de izquierda sí, pero…
  3. Shas. Junto con los dos anteriores formaban la coalición de gobierno y es el que le ha chafado a Livni sus aspiraciones porque esta quiere dejar a los palestinos los restos periféricos donde son mayoría en Jerusalén y estos tipos se supone que quieren matarlos a todos o deportarlos como buenos judíos ortodoxos que son. Representa a los sefardíes más radicales y ya le habían arrancado al Kadima ayudas para las familias numerosas y las escuelas talmúdicas. Unos prendas comparables a nuestros Legionarios de Cristo, por seguir con los paralelismos locales. 12 escaños de rabinos divinos de la muerte.
  4. Likud. El partido de los adoradores de la guerra en Israel favorito en las próximas elecciones. Ha tenido en sus filas a conocidos terroristas y criminales contra la Humanidad como Begin (miembro de los escuadrones de la muerte del Irgún), Netanyahu o Sharon. Son aliados de los neocons nortemaericanos e ideológicamente próximos al nazismo. 12 escaños manchados de sangre.
  5. Israel Beytenu. Otra escisión del Likud, pero por la extrema derecha. Su líder, Lieberman, es un viejo conocido de los biTs por su propuesta de deportar a los palestinos de Israel para conseguir un estado étnica y religiosamente puro. 11 escaños.
  6. Unión Nacional-Partido Nacional Religioso. Coalición que a su vez agrupa a otra serie de partidos pequeños nacionalistas, religiosos, extremistas, racistas y sionistas. Algo ilustrativo dijimos de ellos en los biTs. 9 escaños ultras.
  7. Gil. No, no se trata de una rama del Grupo Independiente Liberal de don Jesús. Fue el pelotazo de las últimas elecciones, el Partido de los Jubilados (!!). 7 escaños vetustos.
  8. Yahadut Hatorah. Otro coalición más de frikis religiosos ultraortodoxos tipo talibán, el Partido del Judaísmo Unificado de la Torah para entendernos. 6 escaños.
  9. Meretz-Yachd. El partido de Yosi Beilin, también mencionado en los biTs por sus posturas pacifistas y de respeto al pueblo palestino. Es de lo poco presentable de la Knesset que pueda ser considerado de corte occidental y civilizado, quizá por eso no suele tener muchos apoyos. 5 escaños.
  10. Lista Árabe Unida-Ta’al. Las coaliciones también prodigan entre los árabes de Israel, luchan por el fin de la discriminación y el racismo que sufren en su propio país y por el fin de la ocupación. 4 escaños.
  11. Jadash. Partido mixto árabe y judío de izquierdas próximo a la ideología comunista. 3 escaños.
  12. Balad. Otro partido árabe. Su líder Azmi Bishara está buscado por Israel por sus ideas políticas y la denuncia permanente del estado de apartheid en el que viven los verdaderos oriundos de la tierra hoy conocida como estado de Israel. 3 escaños prófugos.

Con este aterrador panorama creo que se entiende la locura existencial que padece el sistema político de Israel. Una supuesta democracia gobernada por religiosos ultras, terroristas, racistas… mezclados con algunas gentes con aspiraciones a una vida laica llegados a Israel en virtud de una ley de derecho al retorno puramente religiosa,  con pacifistas que viven en un estado asesino sobre los cadáveres de miles de palestinos olvidados por todos y con demócratas que colaboran en el mantenimiento de un verdadero estado de apartheid de la más baja calaña. En esas condiciones no es de extrañar que lo único que funciona allá —o funcionaba— era el ejército, por eso muchos afirman que el estado hebreo es poco más que un ejército desplegado sobre un territorio. Alcance Tzipi Livni un acuerdo de gobierno o se convoquen nuevas elecciones, no es presumible que se solucione el caos permanente en el que vive ese estado fallido tan atomizado como su propio parlamento.