Habemus Imperator Mundi

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Menos mal que la fumata esta vez no fue blanca! Dentro de lo que cabe, podemos respirar tranquilos, del otro lado del charco, el personal se ha hartado del libre mercado y prefiere vivir en un estado que garantice los servicios básicos a la ciudadanía independientemente de su nivel económico. El triunfo de Obama puede entenderse como un doble fracaso del mercado, un fracaso en lo macro, porque la desastrosa coyuntura económica ha sido sin duda el caballo que ha llevado a Barack Hussein en volandas a la Casa Blanca. Pero también ha sido un fracaso en lo micro, incluso antes de la crisis, los norteamericanos medios han abjurado de las supuestas mieles del liberalismo y han preferido un escenario más a la europea, donde impere en alguna medida eso que se ha venido en llamar estado del bienestar.

Por eso la ciudadanía se ha decantado por un político de corte más europeo, dialogante, respetuoso, sensible, multilateral, de esos que creen que los impuestos son buenos para redistribuir riqueza y  proporcionar ciertas garantías a los más necesitados. Si cumple sus promesas, buena parte de la ventaja competitiva de EEUU frente a Europa habrá desaparecido, el verdadero dumping social que han practicado en los últimos años se esfumará y la máxima del artífice de la victoria de Bush —hoy convertido al obamismo— Karl Rove, «enterraremos a los europeos», será únicamente una vacía y extemporánea bravuconada.

Pero no adelantemos acontecimientos. Desde el punto de vista de la política internacional ¿qué podemos esperar de Obama a tenor de sus declaraciones de campaña? Realmente bien poco, basta recordar lo que hizo el hoy ya futuro presidente cuando venció a la Clinton en las primarias: fue a ver al lobby judío más influyente —la AIPAC— a prometer que sería bueno con Israel y defendería sus intereses por encima de todo. Eso equivale a decir que va a plegarse a los mismos que han dirigido los mayores desatinos políticos de Bush de estos 8 años con permiso del crash financiero. Lo que nos queda por ver es más tropas para Afganistán, una escalada contra Irán, regalo al ente sionista de Jerusalén previo robo a los palestinos, más tensión contra Rusia, etc. Donde parece haber algunas diferencia con Bush y los republicanos es en la retirada de Irak, ahí Obama ha sido bastante más decidido hasta la fecha y aunque ha prometido la retirada en 16 meses, resta por ver finalmente qué le dejarán hacer.

En suma, aunque medio mundo esté a la expectativa alegrándose de la victoria demócrata, no hay que lanzar las campanas al vuelo. Hay demasiadas hipotecas a la libertad de los presidentes de EEUU, hay demasiados favores que pagar, mucho dinero de campaña que devolver en especie… ya nos iremos dando cuenta de dónde queda el prometido cambio, espero que no sea sólo cosmético, un simple cambio de color.