Vox: sigue la pista del dinero

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Ya conocíamos los turbios orígenes de Ciudadanos. Esos mismos que nadie quiere que se recuerden y tapan por sistema los medios de comunicación de la prensa libre. Por refrescar la memoria, Los de Rivera se presentaron en 2009 en una coalición euroescéptica de extrema derecha ultracatólica, financiada con alrededor de tres millones de euros pagados por empresas militares proveedoras del Pentágono. El objetivo del lobby financiador de Libertas, que así se llamaba el invento, era literalmente echar abajo el proyecto europeo, por eso son tan cómicos esos corazoncitos con la bandera de la UE que los naranjitos enarbolan en sus mítines. Claro que los bandazos ideológicos y programáticos de Ciudadanos son marca de la casa, nadie debería extrañarse que comenzaran en la extrema derecha, pasaran por la socialdemocracia y, de nuevo, hoy hayan emprendido el camino de vuelta a sus orígenes.

Ahora, la historia se repite con la irrupción de Vox, pero de manera aún peor, si cabe. Por los datos que vamos conociendo y que han admitido públicamente sus dirigentes, el partido se presentó a las elecciones europeas de 2014 con alrededor de un millón de euros recibidos mediante el procedimiento del pitufeo, de decenas de opositores iraníes vinculados al grupo terrorista MKO, Muyahidín Jalq (Ejército del Pueblo), brazo armado del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán.

¿Quiénes componen el MKO? En realidad, nacen en 1965 como opositores al Sha de Persia y a los intereses occidentales en el país, donde perpetraron algunos atentados contra personas e intereses norteamericanos. Pero, tras la revolución islámica, se «convierten» en contrarrevolucionarios y, al no contar con ningún apoyo popular, tienen que abandonar el país, estableciéndose en Francia, donde mantienen actualmente una de sus sedes principales, bajo la protección de la mayoría de los sucesivos gobiernos del Elíseo. Su base militar está radicada en Albania.

Desde aquel entonces, su agenda cambia radicalmente. Se convierten en importantes aliados occidentales y en uno de sus instrumentos favoritos para colaborar en la tarea –imposible– de lograr la desestabilización de Irán y provocar así un cambio de régimen para colocar gobiernos títeres que le aseguren el control de los recursos naturales persas. Se estima que, la labor terrorista ejercida durante el periodo de existencia de la banda, se ha saldado con la vida de más de 10.000 iraníes. El MKO estuvo en la lista negra de organizaciones terroristas hasta el 2009 en la UE y hasta el 2012 en EEUU, a pesar de no cejar en la práctica de actividades claramente violentas. Una intensa labor de cabildeo, financiada con dinero saudí, obró el milagro de torcer la opinión oficial en el país de las libertades infinitas, a pesar del asesinato probado de varios de sus compatriotas a manos de estos muyahidines.

En su historial tienen atentados tan graves como el ejecutado contra la sede del Partido Republicano Islámico, que se saldó con 72 muertos, ataques con bombas contra actos públicos y religiosos, atentados suicidas, ejecuciones de científicos, políticos, militares, etc. Durante la guerra Irán-Irak, contó con la ayuda de Sadam Hussein para formar una milicia fuertemente armada (en realidad actuaba como una división del Ejército del régimen iraquí) que amenazó con apoderarse incluso de Teherán. Estuvieron también implicados en las salvajes matanzas de kurdos en Irak. Más recientemente, han participado en la guerra contra Siria y en la guerra contra Irak, donde se han aliado con el Daesh en numerosas ocasiones. Cuentan con varios miles de milicianos armados y perfectamente entrenados por instructores israelíes en bases jordanas, en los mismos campos que otros grupos terroristas ligados a al Qaeda. Durante mucho tiempo estuvieron ubicados en la base de Ashraf, junto a la frontera iraní, desde donde cometían sus atentados con total libertad. Sin embargo, fueron trasladados a los alrededores de Bagdad y luego, oficialmente, expulsados del país con supervisión de la ONU. Ahora EEUU los está reubicando de nuevo en el norte de Irak para que ejerzan de mercenarios a su servicio.

Los vínculos con el gobierno norteamericano son más que evidentes. Se conocen varias reuniones al más alto nivel de la Casa Blanca con miembros del grupo. John Bolton o Rudy Giuliani son algunos de los nombres de Trump que se han visto mezclados recientemente con el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán y su grupo armado. EEUU pretende ver a algunos de los actuales líderes políticos de MKO como futuros dirigentes de Irán, si es que logran algún día que se desaloje del poder a sus actuales gobernantes.

Pues estos angelitos son donantes de Vox. No son, desde luego, luchadores por la libertad huidos de un régimen teocrático —como han declarado sus líderes en un intento desesperado de lavar su depauperada imagen. Son terroristas, islamistas y criminales contra la Humanidad. Ahora, cuando les oigamos contar sus trolas en los siempre generosos medios de comunicación del IBEX, pensemos en quién les paga y de lo que son capaces de hacer por dinero.