Están buscando repuesto a Karzai?

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taliban22La situación en Afganistán, lejos de mejorar, empeora a cada día que pasa. La guerra, como todas las de EEUU, fue un auténtico paseo. En la mayoría de las ocasiones, la situación se solucionó con una billetera con la que se iba comprando a los señores de la guerra que controlaban determinadas áreas del país. En otros casos, la potencia de fuego aéreo bastó para destruir los focos de la resistencia gubernamental. Después, como siempre, se diluyeron los objetivos que supuestamente motivaron la invasión: ni se capturó a BinLaden, ni se reconstruyó, ni se democratizó el país.

Se colocó el el poder a un maniquí del sector petrolero, muy vinculado a EEUU donde había trabajado en la empresa UNOCAL, que firmó en los años 90 un acuerdo para la construcción de un gasoducto que iría desde Turkmenistán al Océano Índico. Con la llegada al poder del talibán las relaciones se enfriaron hasta el punto de que el 1998 el contrato quedó cancelado. Se abrió así la puerta a la ocupación militar y al fin del dominio del mulah Omar y sus hombres. No fue casualidad que Hamid Kharzai, ejecutivo de la empresa norteamericana llegase al poder, tampoco fue casualidad que el primer decreto que firmara fuera el de construcción del gasoducto, de importancia estratégica para los EEUU y un mazazo a los intereses de China y Rusia. Una movimiento «maestro» en el Gran Juego del tablero geopolítico en Asia, si no fuera por el costo en vidas humanas y destrucción que conllevó y sigue conllevando.

Pero el paso del tiempo puso las cosas en su sitio. Ni EEUU ni la OTAN han sido capaces de pacificar un país en el que nunca han sido bienvenidos, en el momento en el que se acabó la chequera y en el que las promesas de prosperidad se quedaron en poco más que eso, la gente comenzó a hartarse y engrosar las filas de la oposición política y armada. Poco a poco la santa alianza fue perdiendo el control del terreno que fue devuelto a manos del talibán y de señores de la guerra díscolos con Kabul. Se estima que alrededor del 75% del país ya no es fiel a Kharzai, quien domina poco más que Kabul y sus arrabales.

Los aliados europeos cada vez están más desmotivados, no saben qué hacen en una guerra a la que fueron con mentiras y en las que los costes en vidas humanas son cada vez mayores. EEUU no cesa en pedir más y más esfuerzos en los despliegues militares de la OTAN que han sido contestados con negativas, con evasivas o con irrisorios aumentos de contingentes. Así que va a tocarle al imperio replegar tropas de Irak para traspasarlos a Afganistán. Se ha anunciado la práctica duplicación del número de soldados actual con un envío próximo de unos 30.000. La OTAN es de esperar que haga algún esfuerzo más para no desairar a Obama y a los nuevos tiempos que intenta —dice— hacer llegar a la Casa Blanca, pero en ningún caso será de la misma proporción que el norteamericano.

Así las cosas, es de esperar un aumento de la violencia en los próximos meses o años que se traduzca en un rechazo mayor entre la población. Supuestamente el refuerzo de tropas de tierra podría suponer el descenso de operaciones aéreas que tantos miles de víctimas civiles está provocando. Sólo en 2007 murieron a manos de la OTAN y EEUU 1633 civiles, aunque sólo reconocen 100 en 2008, algo que resulta imposible de creer, pues en cualquier bombardeo fatal estadounidense se han contabilizado casi esa cifra en varias ocasiones bien datadas en las que casi nunca reconocen los fallos de inteligencia o de precisión. De hecho Kharzai está muy preocupado por las consecuencias de los frecuentísimos errores de la coalición en su lucha contra el talibán y ha pasado de contemporizar con el invasor a criticarlo abiertamente. Muchos de los suyos ya asocian a los islamistas con la seguridad y la mejora de las condiciones de vida.

Y ese es el problema que ahora enfrentan los USA en la zona, el presidente afgano se les está yendo de las manos y pretende volar en solitario. Algunos analistas opinan que es el imperio quien lo está dejando a la deriva para que se estrelle y poder prescindir de sus servicios en un corto plazo de tiempo. Entre otras cosas, Kharzai ha osado negociar con Rusia la compra de armamento obviando una cláusula secreta que lo obligaba a obtener el beneplácito norteamericano antes de tomar cualquier decisión y eso los ha molestado sobremanera hasta el punto de que es posible que el asunto marque un punto de inflexión en las relaciones bilaterales.

El presidente sabe que si quiere tener cierto apoyo entre los suyos tiene que frenar las matanzas de la coalición y por eso a cada día que pasa es más crítico con ella, pero sin su apoyo, estaría a merced de las tropas irregulares del talibán que ya alcanzan los arrabales de Kabul. Sin duda tiene un papelón de difícil solución, tanto o más que el que le espera a Obama cuyo plan para superar el fiasco afgano está concitando unánimes críticas de todos los sectores.