Hoy es un dÃa muy especial. Especial porque nunca hubiera esperado que podrÃa llegar a verlo. Tras tantos años de represión, de escuadrones de la muerte, de Escuela de las Américas, de asesinatos polÃticos, de brutal desigualdad, de injerencias norteamericanas… la guerrilla salvadoreña ha llegado al poder en El Salvador.
Recuerdo hace algo más de 20 años —cuando era poco más que un joven estudiante rebelde— que una compañera me regaló dos chapas del FMLN y del FDR como la que ilustra esta entrada. Me aconsejaban no usarlas en público, ya que eran insignias de peligrosos grupos terroristas, pero para mà eran auténticas joyas. Todas las noches que tenÃa tiempo y pocas ganas de dormir sintonizaba mi radio de onda corta —bendito internet— para oÃr Radio Moscú, donde era posible escuchar de primera mano la opinión de sandinistas, castristas y de todas las guerrillas de liberación de América Latina que luchaban contra el puño de hierro con el que los gringos imponÃan su propia voluntad contra los intereses de los pueblos hermanos del otro lado del charco atlántico.
Poco después, a mediados de los 80, otro providencial regalo, esta vez en forma de libro, me hizo empatizar aún más con las sufridas gentes centroamericanas. Se titulaba«El Salvador, la larga marcha de un pueblo», cuya lectura me sumergió  de lleno aún más en los sistemas de dominación de EEUU de su entonces patio trasero y la necesaria colaboración con las oligarquÃas locales que por aquel entonces disponÃan de todo el apoyo militar y terrorista de su vecino del norte para reprimir a los intentos liberadores de los salvadoreños.
Eran los tiempos del Concierto por Nicaragua (que aún llevo en mi reproductor portátil de música), donde destacaba la canción «El Sombrero Azul», uno de los himnos del Frente. Una de sus estrofas versaba sobre algo que inmediatamente se me vino a la cabeza al leer los primeros resultados allá sobre las dos de la madrugada de este lunes. Dice asÃ:
DALE QUE LA MARCHA ES LENTA
PERO SIGUE SIENDO MARCHA
DALE QUE EMPUJANDO AL SOL
SE ACERCA LA MADRUGADA.
Vinieron después los estudios de Chomsky sobre la propaganda y la manipulación en la prensa occidental, de las abismales diferencias de trato entre por ejemplo el asesinato del religioso jesuita Ignacio EllacurÃa y sus compañeros profesores de la UCA por los escuadrones de la muerte gubernamentales —que prácticamente se escondió en los periódicos de EEUU— y el del cura Popieluszko en Polonia, cuya muerte fue explotada hasta la extenuación para tumbar al régimen comunista con todas las artes del marketing social disponibles en aquellas fechas.
El Salvador, siempre El Salvador. El pequeño paÃs siempre estaba en el ojo del huracán. Hasta ayer mismo seguÃa siendo rehén del imperio. Hoy es posible que todo eso cambie definitivamente. Sumándose a la corriente libertadora que recorre el continente, un nuevo y rojo ALBA ilumina el paÃs. No será fácil, las fuerzas de la reacción son aún poderosas, pero es bien cierto que aquellos ayer considerados terroristas ostentarán ahora la presidencia legÃtima de la república. Tienen en sus manos hacer historia y no deben desaprovechar la oportunidad que se les ha brindado.
¡Viva Farabundo MartÃ!
Os dejo una versión en vÃdeo de «El Sombrero Azul» para que podamos celebrar la victoria a ritmo de salsa: