Jorge Cortell, dimitido

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Pero no ha dimitido como resultado de una meditada decisión personal, lo han echado sin más. Y sobre todo sin dar explicaciones. La censura, el fascismo y las oscuras tramas han imperado sobre la democracia, la libertad de expresión y la transparencia. La SGAE y sus secuaces, con la complicidad de una manada de pusilánimes están creando una especie de mártir para la causa. Algo que, aunque le suponga personalmente ciertas inconveniencias, puede hasta venir bien para la causa de la defensa del acceso universal a la cultura y a la socialización de la información. Ánimo Jordi!