Goriletti, «estás rodeado, entrega el poder»

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solddadoshondurasEso es lo que Chávez le ha espetado al dictador hondureño Micheletti. Y no le falta razón, nunca un golpe de estado concitó tanta repulsa en el planeta. Todo indica que estamos a las puertas de un feliz desenlace del golpe de estado organizado por la oligarquía del país apoyada, seguramente, por determinados sectores gusanos externos vinculados al empresariado que domina al país. Ni EEUU, ni la UE, ni la OEA, ni el ALBA… ni la ONU van a reconocer al gobierno emanado del cuartelazo. Se ha retirado embajadores, se ha cortado el comercio terrestre en algunas fronteras, se han congelado los fondos del BID, se amenaza con la expulsión de la OEA, las calles son hervidero, hay huelgas por todo el país…pero ¿qué tipo de salida es esperable al conflicto?

Obama está trabajando para devolver a Zelaya al poder para que no sea el bolivarianismo quien se apunte el tanto y el presidente acabe de caer en los brazos del ALBA. Algo parecido hace la OEA pero ¿qué salida le queda a los golpistas? Evidentemente no pueden permanecer en el poder. Los militares rebeldes deben ser destituidos, lo mismo sucede con el gobierno golpista y hasta con los tribunales que se han prestado a dar cobertura a la asonada. Tal y como está la cosa, ello equivaldría a reorganizar el estado casi desde sus cimientos, algo que no creo que ni siquiera esté encima de la mesa. Hoy mismo el neocon Wall Street Journal recomienda a Obama a no ceder ante el chavismo y tacha el golpe de democrático. El Washington Post sigue esa misma línea, pidiendo que se detenga el proceso constituyente que Zelaya pretendía iniciar. Lo mismo hace nuestro Libertad Digital, que en una alucinada editorial denuncia un supuesto complot de Chávez para desestabilizar toda América Latina y califica los regímenes bolivarianos como las verdaderas dictaduras a las que hay que combatir.

Se está barajando la posibilidad de devolver el poder a Zelaya para luego hacerlo dimitir, ya que el partido por el que se presentó a las elecciones, claramente de derechas, lo ha repudiado por sus coqueteos con el socialismo bolivarianista, sus políticas sociales, etc. Así se impide que los militares logren sentar un precedente peligroso en la Latinoamérica del siglo XXI pero se cercenan las posibilidades de cambio reales. Todo depende del papel que jueguen las bases populares en el derrocamiento de Micheletti, si todo se soluciona en los pasillos de palacio, las reformas morirán antes de nacer, si los sindicatos, indígenas y movimientos sociales son los que se cobran el trofeo, será imposible ignorar sus demandas y la oligarquía tendrá que ceder de alguna manera.