La guerra de Irak finaliza… por segunda vez

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EEUU, esta vez por boca de Obama, ha anunciado el fin de las misiones de combate en Irak para el 31 de agosto. Bush ya tuvo esa tentación cuando finalizó la primera fase de la invasión y la derrota del ejército regular del país. Hizo el más absoluto de los ridículos en aquella memorable ceremonia en el portaaviones Abraham Lincoln cuando la guerra no había hecho más que comenzar. Obama ha querido así dar un golpe de efecto ante la brutal caída de popularidad que enfrenta en su país y el fin del crédito internacional y las oleadas de simpatía que despertó como el gran artífice de las soluciones de los conflictos que se suceden en el planeta en los que el imperio tiene algo que ver en mayor o menor grado.

Pero este anuncio también tiene truco. Es verdad que la violencia contra las tropas norteamericanas ha disminuido ostensiblemente, sobre todo desde que la insurgencia recibe un sueldo mensual para mantener inoperativos y a buen recaudo sus arsenales; pero no es menos cierto que la situación en Irak dista mucho de estabilizarse. Sin ir más lejos hoy mismo se han producido dos atentados con coche bomba que han dejado 33 muertos y 85 heridos al sur del país y 5 policías más han sido asesinados supuestamente por miembros de al Qaeda en Bagdad. El pasado mes de julio ha sido el más sangriento de los últimos años aunque apenas si se ha informado de ello. Algunos analistas opinan que el resto de la resistencia que no colabora con EEUU está ganando nuevos bríos y capacidad de actuación. No creen que es el mejor momento para hablar de retirada. Los insurgentes suníes podrían retomar la lucha armada si el gobierno deja de pagarles o les deja fuera de las instituciones (armadas o no) del estado incumpliendo así sus viejas promesas. Tras las últimas elecciones de marzo aún no se ha logrado formar gobierno por las discrepancias entre las corrientes del shiismo y existe un vacío de poder bastante peligroso.

Así las cosas Obama ha anunciado el fin de la guerra pero dejando en el país nada menos que 50.000 instructores o asesores, como les llaman eufemísticamente. Lo cierto es que no sólo se ocuparán de dar clases a las fuerzas de seguridad, de ser así habría un profe por cada diez iraquíes oficialmente armados, una buena ratio que ya quisieran los escolares de medio mundo. En la letra pequeña de la noticia podemos ver que los asesores también seguirán luchando contra el terrorismo en el país, por lo que la cosa seguirá más o menos como hasta la fecha. Palabras, sólo palabras, la costumbre de Obama. Hasta 2011 nada de nada.

4000 bajas estadounidenses, una deuda gigantesca en las arcas imperiales y una crisis financiera mundial que pagamos todos y todas son algunas de las consecuencias de la aventura neocolonial de Bush y los suyos pero una cosa sí que es cierta, el petróleo estatal ya está en manos de las multinacionales del sector. A pesar de que aún sigue sin fluir como lo hacía antes de la guerra en pleno embargo, el gobierno del país ya no controla sus recursos naturales. Mission accomplished.

Ahora toca centrarse en la guerra de Afganistán que pasa por uno de sus peores momentos, en acabar con el enemigo iraní para seguir remodelando las alianzas en Oriente —ya que retocar los mapas como querían se le escapa de sus posibilidades— y poder dejarle en bandeja toda la región a Israel y a sus inconfesables aliados del mundo árabe.