Gadafi, asesinado

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No sé que sucede que, cada vez que viajo al extranjero por temas de trabajo, suceden hechos relevantes de los que apenas si puedo enterarme ni, mucho menos, analizar en el blog. En este caso ha sido la ejecución de Gadafi y el anuncio de que ETA deja las armas. A pesar de lo esperado de ambas noticias, no dejan de ser de las más importantes del año y merecen algo más que un simple comentario en los biTs desde un punto de vista, digamos, no convencional. Sin mucho tiempo por delante, valgan inicialmente una serie de pequeñas pinceladas:

  • Gadafi ha sido asesinado en su localidad natal, en una arrasada Sirte, a manos de los integristas que se han hecho con el control del país gracias a la intervención ilegal de la OTAN, al grito de “Alá es Grande”.
  • Muchos libios, incluso algunos familiares del ex presidente no reconocen su muerte y siguen aferrándose a la idea de que aún está vivo. Otros montajes hechos anteriormente por la sionista Aljazeera y nunca aireados por la prensa occidental son el clavo ardiendo de algunos sus seguidores para negarse a reconocer que el carismático líder africano ha sido brutalmente asesinado.
  • Circulan informaciones de que en el comando que remató a Gadafi, herido previamente por un bombardeo de la OTAN —seguro que para imponer la zona de exclusión aérea—, había mercenarios sudamericanos con potestad para decidir sobre el transcurso de los acontecimientos. Un par de frases que parecen estar dichas en castellano con acento latinoamericano son las responsables de esa suposición: ya estamos en el carro y dejad que los fusilen. La caída de Gadafi ha estado dirigida desde el aire por la OTAN y desde el suelo por miles de mercenarios de bastantes países pero es bastante improbable que partieran el bacalao contratistas de seguridad latinos en un momento tan crucial como es el asesinato del presidente libio.
  • El máximo líder tribal del país, del clan beduino Warfalla, fue asesinado el mismo día que Gadafi. Un anciano de 80 años pacífico y respetado por todas las tribus libias, fue abatido a tiros por rebeldes en su propia casa. Podría ser un referente en el futuro del país y seguro que lo consideraron un estorbo en los futuros planes de regalar Libia a los intereses occidentales. A pesar de que nadie lo haya contado, el asesinato puede ser incluso más relevante que el del propio «guía» libio. No es de extrañar, las tribus mayoritarias del país han renovado su lealtad al hijo de Gadafi, Saif Al Islam y ello legitima la resistencia contra la OTAN y el integrismo islámico encumbrado, una vez más, por occidente.
  • A pesar de los miedos evidentes, han habido manifestaciones multitudinarias de repulsa por el linchamiento de Gadafi en varias ciudades que ni han visto la luz en los medios de comunicación que sólo se dedican a mentir sobre la situación libia previa a la agresión de occidente, a obviar los crímenes de la humanidad cometidos por los nuestros ni cómo se han saltado a la torera la resolución de la ONU dictada para establecer una zona de exclusión aérea para proteger a los civiles que se convirtió sin más en una intervención para matar a civiles desde el aire con objeto de derrocar a un régimen poco proclive a occidente.