27 de junio, ataque a Syria News y a sus trabajadores: carnicería al servicio del Pensamiento Único mundial

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Tamer Sarkis Fernández,

DIARIO UNIDAD

 

        Esta mañana -4 de la madrugada hora de Damasco, 3 de la madrugada hora española- un grupo de mercenarios peones del imperialismo anglo-sionista ha atacado las dependencias del canal Syria News (Al Akhbariia), ubicadas a las afueras de la capital siria. El acto criminal ha asesinado a tres periodistas y a cuatro trabajadores más de distintas funciones, además de haber resultado heridas de diversa gravedad más de diez personas. Tal y como se muestra a través de las cámaras de seguridad operativas, se había procedido a los asesinatos a quemarropa antes de haber sido dinamitadas con material explosivo las instalaciones. Paralelamente, los equipos técnicos fueron robados antes de dinamitar el centro. Existe precedente inmediato en Líbano, donde los estudios del canal Al Jadiid (New TV) fueron atacados y quemados hace tan sólo tres días.

       Esta acción imperialista, en el fondo síntoma de debilidad propia, llega semanas después de las directrices asignadas a los Satélites Arab Sat y Nile Sat en pro de suspender la transmisión de las fuentes sirias al Mundo Árabe. Esta operación de silenciamiento no fue consumada al haberse calculado contraproducente después de que los propios medios sirios –y medios solidarios alternativos- pudieran avisar a las poblaciones árabes respecto de la trama de censura, hecho que la dejó en evidencia.

       En relación a la última acción sangrienta, es de señalar que sus artífices comprendían en todo momento no dejar a la retransmisión completamente inhabilitada, de modo que, más que de mecanismo de sabotaje, cabe interpretar el ataque como amenaza y coacción al ejercicio informativo.

       Genuino acto de Terror, pues, en la estela de la campaña de desmoralización y hostigamiento con que el Imperialismo tiene tristemente “acostumbrados” a diversos colectivos productivos y profesionales sirios, desde personal sanitario y médico a maestros, profesores, ingenieros, urbanistas, científicos, etc. Y que se ceba, por supuesto, sobre el proletariado sirio (recordemos el reciente devastador doble coche-bomba en un barrio proletario de Damasco en venganza y amenaza por la alta participación popular electoral a contracorriente del terror, así como decenas de otros atentados brutales). Tal política del miedo se propone minar las fuerzas productivas del país, dejándolo a éste a merced de una hipotética invasión militar directa y a gran escala, además de barrar su rendimiento y libertad de ejercicio.

       Cabe preguntarse cómo se formulará y se concretará, respecto del último ataque, la otras veces escenificada “solidaridad periodística”. Los sirios nos conformamos con poco: quizás sería bastante con que la prensa “occidental” no pusiera, una vez más, a funcionar su maquinaria de aberración falsificadora, ahorrándose en esta ocasión los titulares “anunciando” que “el Gobierno sirio ha sido el autor”. Sea como fuere, podemos hablar ya de síntoma de clara debilidad en el frente ideológico y propagandístico de las Potencias agresoras: cuando tienen que dedicarse a invertir en el propósito de acallar la comparativamente modesta voz informativa siria hacia el Mundo, es que no les está yendo muy bien sobre ese terreno y temen la contrastación por parte del espectador.

       Y el acto les será, en todo caso, contraproducente: la gente, siria y foránea, sabe de lo sucedido esta madrugada y se pregunta, cuanto menos, por qué. Cada uno de estos actos sufridos se convierte automáticamente, así, en una triste y dramática pequeña victoria adicional, y, los asesinados, en mártires que conducen a Siria hacia el triunfo de la verdad y de la Soberanía, divorciándose cada vez más las masas internacionales y los monopolios que tratan de mentirlas y formatearlas. Es justamente este miedo a la interiorización de la verdad, aquello que las hace incurrir en acciones irracionales y desesperadas. Las Potencias cosechan a posteriori el fruto que pretenden arrancar.

       Medios libaneses diversos han condenado ya este Terror proyectado contra la prensa, tanto en lo que se refiere al ataque sufrido por Al Jadiid como en lo que se refiere a lo ocurrido en la madrugada de hoy. Estos medios denuncian a varios Estados de alentar y financiar lo que puede estar siendo ni más ni menos que el inicio de un brote de campaña contra la información y en favor de blindar el pensamiento único. Señalan, principalmente, a los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein y otras colonias yankie-sionistas del Golfo Pérsico.

       Los recientes ataques son la consecuencia extrema que implícitamente ya había sembrado la Liga Árabe cuando dio sus directrices de acallar o contrarrestar a la prensa siria que este Tinglado llama “pro-gubernamental” o “del Régimen”. Este es exactamente el etiquetaje que practica la cadena estatal-colonial pro-USA/Alemania TVE, quien en su noticia en torno al episodio último trata de atemperar o “justificar” llamando “pro-gubernamental” a Syrian News. ¿Acaso el azote con vocación liquidadora a un Pueblo y a un país se detiene en el Gobierno?. ¿O busca en cambio doblegar/domeñar el potencial energético de Siria, insumiso a su Orden Mundial?.

       Esto –la descalificación con presuntos “epítetos”- es aquello en lo que parece consistir, para el caso, la solidaridad profesada por la banda de carroñeros llamados “comunidad periodística” del demo-imperialismo “internacional” (o pluri-nacional): consiste en lavados de cara como éste, centrado en jugar con el televidente apretándole las teclas de las connotaciones despectivas que previamente le fueron inoculadas al oír “gubernamental”, “pro-gubernamental” o “Régimen” (cuando se trata de Siria, claro está). No nos cabe duda de que “Periodistas sin Fronteras” van a desconsiderar la denuncia –aunque fuera testimonial, basada en una carta de prensa- de los poderes que –ellos saben- subyacen al asesinato de sus colegas (pues no morderán la mano que les da de comer). Ni siquiera dirán sus nombres en antena. Los nombramos, pues, nosotros: Sami Abu-Amin, Zaid Kahal, Mohammed Shamma. Descansen en paz bajo la tierra de su Pueblo. El mejor homenaje será la victoria anti-imperialista.            

                                                                  Tamer Sarkis Fernández para Diario Unidad