ONGs en el mbito de Bloque declinante anglo-europeo: organismos para el desarrollo o contra los desarrollos independientes?

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El tejido de ONGs en el mbito de Bloque declinante anglo-europeo: organizaciones para el Desarrollo?

Tamer Sarkis Fernndez,

Asesor para Siria de DIARIO UNIDAD

 

 

En Los gozos y las sombras, triloga escrita por Don Gonzalo Torrente Ballester y con probabilidad obra cumbre de la literatura castellana del siglo XX, el personaje de Juan Aldn dice una cosa a Carlos Deza, ltimo del linaje de Seores que por siglos haba dominado Puebla Nueva del Conde. Carlos, desde una postura pragmtica, afirmaba que lo importante son los resultados. Cuanto pretendan los pescadores del pueblo -a decir de Carlos- era vivir mejor, poco importa si trabajando en los nuevos astilleros por una paga sumisa, estable y segura, y abandonando la aventurada actividad tradicional de pesca por su cuenta (es decir, siendo mucho ms esclavos que antes, pero mejor compensados y a mayor resguardo tambin). Juan Aldn le responde a Carlos: No hay Justicia porque se reparta pan, sino que tiene que haber pan porque se ha restituido la Justicia. Esta frase es de por s una problematizacin respecto del sentido de las ONGs, y convendra discutirla, analizarla, o, al menos, reflexionar sobre ella.

 

Intermn es una ONG relacionada al Opus Dei desde su origen mismo. Esto no es en s una crtica desacreditadora de su accin presente, pero conviene tener en cuenta que dicha ONG, por motivos de imagen, habla de orgenes jesuticos, dato ms impreciso y parcial. No se trataba fundamentalmente de los jesuitas, sino de todo el tejido empresarial y estatal del Opus, que en la Espaa de los 50 diriga la economa aplicando eso que se llam el desarrollismo (por lo dems, ligado a la finanza estadounidense, a las sucursales empresariales estadounidenses y a su adquisicin de participaciones). Dicha lnea poltica inclua despliegue de capitales e inversiones en Amrica Latina, hecho impracticable sin rendir obediencia geopoltica a los Jefes, quienes a cambio ponan crditos y daban la bienvenida a su Patio trasero a los aduladores de Mr. Marshall. Hay que correlacionar todo este proceso ltimo con el proceso de confeccionamiento de Intermn durante esa dcada de los 50.

 

Ms tarde, la iglesia ha seguido -de otros modos- imbricada con la poltica espaola, sus partidos, el Estado y sus presupuestos. Intermn no ha emitido jams postura pblica de conjunto sobre el curso poltico en Catalua, pero sus directivos poseen relaciones distintas con uno u otro partido, de modo que Intermn est entre los fundadores de grupos de presin adjuntos a partidos (s de CpC, o Ciutadans pel Canvi, que en su momento apoy la candidatura de Pascual Maragall). La funcin de esa entidad era atraer parte del tejido civil-organizado y asociativo de Catalua hacia el PSC, intentando contrarrestar un poco el apabullante dominio de CiU sobre ese mundo de lo asociativo, lo no gubernamental, etc. Eso deba generar resultados electorales para la entonces candidatura de Pascual Maragall.

 

Intermn afirma que en 1997 se une, o fusiona, con Oxfam, organizacin de fondos y estructura estadounidenses, y operativa sobre todo en Amrica Latina. En realidad, esta unin (connotaciones de igualdad y de horizontalidad en el trmino) no es otra cosa que una integracin de Intermn en Oxfam, pues las ONGs estn lejos de ser invulnerables a las Leyes del Valor y de la competencia que rigen el comportamiento de empresas y dems entidades econmicas, tomen stas el nombre que tomen.

Claro est que no vamos a criticar a las ONGs por ejecutar un comportamiento adaptativo a fin de cuentas determinado al son de las Leyes de la poca imperialista (desarrollo desigual entre Estados y monopolios nacionales, ordenacin jerrquico-poltica de los pases en una cadena de mandos y sujeciones, resolucin de la competencia como concentracin de Capital, fusiones, darwinismo econmico, absorciones…). Leyes que, en definitiva, estn determinando tambin, desde los centros imperialistas y su Poder poltico, aquellos dramticos efectos, consecuencias, manifestaciones…, contra cuya existencia las propias ONGs afirman tener vocacin de lucha.

 

Por lo dems, en Espaa raro es el plano de actividad social donde no domine la eufemstica unin con los yankies. Desde las productoras espaolas cinematogrficas, a las galletas, los aeropuertos, los llamados medios de comunicacin de masas, las viejas cajas de ahorro, la siderurgia o las carteras ministeriales (como la del actual hombre de Wall Street, Luis de Guindos). Son cosas de estar en la rbita, es decir, de ser un pas bajo la bota de nuestra propia oligarqua dependiente de que sus jefes exteriores les perdonen la vida, a cambio, claro est, de ser good boys que nos dictaminan a ir de cabeza y con la soga al cuello. Pero al fin y al cabo, nuestras ONGs, que iniciaran un da caseras su andadura, estn, se fusionen o no con las jefas, lejos de poder alterar esas premisas que ellas reflejan en s.

 

 

Pretendido apoliticismo en la onda de no ensuciarse las manos. Principio de no-gubernamentalidad

 

Los grandes problemas que hostigan a la humanidad poseen causacin poltica, y slo en la poltica (en la accin y el cambio polticos) estriba la solucin real a los mismos. Intermn no elabora una denuncia formal de esa causalidad poltica -que estuviera centrada en subrayar los elementos, factores y relaciones inter-estatales responsables, y tomarlos como objetivo a batir.

Es ms: su cdigo de prcticas se deriva del principio de no-gubernamentalidad, es decir, de desentenderse tanto respecto de la poltica como respecto de la cuestin de quines tienen el poder en el Mundo. Pretende actuar, por el contrario, en paralelo y alternativamente a estas cuestiones. Pero hay de verdad una alternativa de accin que fuera a-poltica?.

 

Pinsese en Somalia: all hay hambre porque los inversores estadounidenses que especulan con los precios del trigo, necesitaban ampliar mercados para esa mercanca suya. Ello est ligado a su vez al Estado norteamericano: si su economa nacional anda mal, el Estado no se financia, debe dinero, no puede seguir dominando a otros pases a travs de estar a la ltima militarmente… (hay que ver, por tanto, la causalidad poltica del problema).

As que los marines estadounidenses fueron a Somalia, se implantaron all en nombre de ir a llevar la paz y la seguridad, y quemaron los campos de sorgo (cereal cultivado tradicionalmente en Somalia). As que, debido a la escasez, los precios subieron mucho y eso cre una demanda alternativa proclive a la importacin de trigo, cuyo comercio y condiciones comerciales son manejadas a travs de la Bolsa de Chicago, y desde la agro-industria principalmente estadounidense.

Mientras tanto, qu haca UNICEF?: pues ayudar en vigilancia de costas, en control espacial sobre la poblacin y en detectar y comunicar a los marines estadounidenses cualquier suceso que pudiera entorpecer sus actividades de paz y seguridad para la regin. Cuando, como consecuencia de la escasez de producto combinada a la escasez dineraria y por tanto dificultad de compra, se desat la hambruna, UNICEF inici una campaa de concienciacin, en Espaa y en otros lugares de occidente, para estimular la ayuda a Somalia, vinculando la grave cuestin a la sequa, la violencia y la guerra. Qu les parece?.

 

Pases que han conseguido edificar una poltica alternativa a sufrir el dominio imperialista y sus prcticas neo-coloniales, estn desarrollando su economa y eso ha hecho muchsimo ms por la poblacin (al menos para una porcin considerable de sta) que todas las dcadas de actividad de las ONGs en una u otra va (asistencial, pedaggica, estimuladora de actividades, de cooperacin, etc.). Pinsese en amplias regiones planetarias que han expulsado de su vida nacional y de sus comunes relaciones regionales, al Fondo Monetario Internacional, y que aprovechan esa libertad conquistada para impulsar lazos de cooperacin entre s. Lazos y organismos comunes que, antes, los viejos gobiernos dependientes de la poltica imperialista no se atrevan a impulsar por miedo a represalias y a que sus jefes los jubilaran de la poltica.

 

 

Por la condonacin de la deuda externa

 

Otra cuestin es la de la deuda: el perdn de la deuda es un viejo mbito de actuacin para las ONGs, pero ahora que por ejemplo la sociedad civil espaola se est moviendo contra un saqueo al que se le llama deuda, curiosamente las ONGs no emprenden una campaa de conjunto en primera persona y centrada en denunciar eso llamado deuda (y que es en realidad esa relacin poltica de sujecin espaola a poderes exteriores, con tantos y tantos precedentes en el Mundo).

 

 

Comercio justo

 

Vamos a empezar dejando de lado el hecho de que para que exista comercio debe haber habido produccin con anterioridad, y que la produccin capitalista, dialcticamente, entraa un comercio: el comercio con la Fuerza de Trabajo proletaria, que es pura Injusticia en sus cimientos, pues el Valor del trabajo excede en el capitalismo al Valor de la Fuerza de Trabajo, y, por ende, comerciar con la Fuerza de Trabajo es robar trabajo. A partir de ese primitivo dato comercial injusto, se ordena todo el intercambio mercantil-dinerario posterior. Pero, como digo, vamos a dejar a un lado el negocio de la produccin, y vayamos a lo que se entiende inercialmente por comercio.

 

Aunque el intercambio comercial pueda hacerse ms justo, es en s injusticia la impuesta divisin mundial del trabajo, que fija a unos pases en la produccin de unos cuantos productos, mientras otros tienen bajo su propiedad a la mayora de mercancas industriales y comercian con ellas. Estas ltimas poseen ms valor en el mercado mundial, mientras los pases del Tercer Mundo -o pases oprimidos como Espaa, Grecia…- producen nada ms que participando de la economa imperialista que engloba a sus actividades, y que se beneficia de las mismas. Los pases oprimidos estn encajonados en producir, bien Factores de Produccin (que obviamente contienen menos Valor que esas otras mercancas que los incorporan, junto a ms materia y ms tiempo de trabajo), bien piezas integrativas de una mercanca total que sus propietarios monopolistas devuelven luego, a precio tambin total, a los productores de esos fragmentos.

A esta relacin econmica -aunque determinada por la poltica-, que contribuye al curso de concentracin de capitales as como a la dilatacin del abismo entre polos dominantes y dominados al seno de la cadena imperialista (desarrollo desigual), Lenin la denomin Ley de los intercambios desiguales.

Producir piezas incorporables a un producto mayor en manos de monopolios empresariales exteriores, o producir te en un latifundio (pinsese en la India en relacin a ambos casos), es una relacin que al pas dominado en su conjunto le comporta una pobreza, es decir, una falta de capacidad para cubrir sus necesidades. Porque el valor de lo importado es mucho mayor al valor de lo que puede exportar bajo rendimiento de ingresos propios. No importa que las ONGs intenten introducir determinadas alteraciones en la relacin de precios, o que, tal y como acostumbran a hacer, las ONGs luchen para que, dentro de esos ingresos desfavorables totales, se aumente la parte de pago al productor.

Una vez ms, la solucin es la independencia poltica que permita crear riqueza (tal y como muchos pases ahora en vas de autntico desarrollo, o pases emergentes estn hoy demostrando). La solucin no es, en cualquier caso, repartir ms justamente (por ejemplo, a travs del comercio justo) esa miseria derivada de unas relaciones polticas que son injustas, es decir, opresivas y asfixiantes del potencial de desarrollo nacional. Adems, por mucho que consiguiera estirarse la retribucin comercial al te, al caf, el cacao, el algodn…, esos cultivos agro-industriales vacan de sudor al campesino, y no pueden servir para llenar su estmago, quedando ste a expensas de un mercado alimenticio bajo control central mundial de un puado de monopolios y de bancos, quienes marcan precios hambreantes alternndolos con induccin de escaseces en los abastecimientos.

 

 

Economas locales

 

Otra cuestin, relacionada con la anterior, es la del impulso de Intermn a las llamadas economas locales campesinas o rurales. Al ser imposible la auto-suficiencia, debido a un desarrollo de las necesidades que determina a tener que adquirir en el mercado, la produccin no puede quedar de espaldas al mercado y estar a la vez inmersa objetivamente en un mercado que la contiene (regional, nacional, mundial…). Pero estas economas locales tampoco pueden competir en un mercado que no est intervenido desde directrices polticas de apoyo al pueblo y al pequeo campesinado (terreno de actuacin poltica, no vemos otra vez, determinante, pero en el que las ONGs rehuyen sumergirse para luchar ah, llevadas por el apoliticismo, ideologa que en la prctica entrega el orden econmico al ms fuerte, quien domina y protege al poltico entreguista instituido).

 

Vemos, pues, que la economa a desarrollar no puede ser local, sino que tiene que comprender a la nacin a travs de dar condiciones de mercado, algo que est determinado por emprender una nueva poltica encaminada a salir de las restricciones y obligaciones internacionales sobre la produccin y el consumo interiores. La solucin, sin excepcin, nos remite al marco del problema: un marco general donde lo local pueda desarrollarse con perspectiva de futuro, en lugar de ser el terreno al que las ONGs circundan con diques ilusorios derribados por una poltica interior de carcter anti-nacional.

Contra la dimensin poltica que consistira en forzar un vuelco de relaciones internacionales que signifiquen independencia nacional, punto de anclaje de transformacin de lo local (contribuyendo a un conjunto y recibiendo en condiciones desde ese conjunto), resulta que Intermn centra su razonamiento en el concepto de las familias campesinas productoras de alimentos. Pero no se trata fundamentalmente de un razonamiento, y desde luego va ms all de una mera predileccin cristiana por el preservacionismo de la familia como clula y dems. Obedece, ms profundamente, a una concepcin de la propiedad, parcelaria, y del limitado universo sano de intercambios, pequeo-mercantil comarcal. Quimera regresiva pre-capitalista, modelo televisivo La casa de la pradera.

Esta concepcin ltima se halla derivada a su vez de una concepcin paternalista segn la cual la contradiccin principal al desarrollo reside en el interior del pas y en el material humano que ha de emprender el desarrollo, productores a quienes, en palabras predilectas de Intermn, hay, ms que darle los peces, ensearles a pescar.

Dicho paternalismo promotor de pequeos oasis fragmentarios en conservacin frente al mercado, es pura mistificacin ocultando que la contradiccin principal estriba en una relacin concreta, a romper, entre lo interior y lo exterior. Ruptura que slo puede materializarse si la nacin emerge como Unidad productiva en ltima instancia, dirigiendo polticamente, las relaciones econmicas, sin que nada impida, obviamente, que las Unidades productivas concretas ordenadas segn esa lgica transversal de conjunto, sean de tipo familiar en el campo, ni que las familias se articulen -cooperativamente, en comunidad, a travs de organismos polticos de primera persona- en los procesos productivos y las Relaciones de Produccin.

 

Modificar radicalmente aquellas relaciones internacionales en las que el pas queda atrapado significa todo lo contrario de sumisin y tambin lo contrario de autarqua. De hecho, es el propio Imperialismo quien se auto-atribuye privilegios como mercado de destino o de partida, limita la produccin y el comercio del pas dependiente en base a cuotas concretas, distribuye selectivamente el destino de uno u otro producto hacia uno u otro mercado segn la rentabilidad que le suponga separar entre mercados primarios (usualmente l mismo) y secundarios, etc.

Es, tambin, el propio imperialismo, la entidad interesada en mover las dos manos: con una mano siembra su agro-industria en connivencia con las oligarquas latifundistas internas, de quienes arrienda tierras y a quienes alternativamente arrienda capitales tecnolgicos para derivar la gestin de la explotacin en la figura del terrateniente. Y mientras, con la otra mano, localiza las economas en un enjambre sumamente desarticulado y auto-gestionario, opcin que las ONGs presentan por tabla de salvacin a las familias. Tal desmembracin neo-feudal de relaciones materiales de existencia es el ms ladino antdoto imperialista frente a cualquier inicio de desarrollo independiente de los pases. Estamos hablando de organismos y entidades no-gubernamentales y para el desarrollo?: al servicio objetivo de qu Potencias?; qu especie de desarrollo?.

 

Brasil gana, por primera vez en su contemporaneidad, la partida al hambre, y no lo hace precisamente gracias al localismo econmico. Sino, al contrario, gracias a haber barrido esa concepcin prestada. Hay que responsabilizar a la puesta del campo bajo la perspectiva de Planes nacionales rurales, de que est empezando a ser utilizado el titnico potencial brasileo para salir de su propio lodazal de pobreza y dependencia (rebasar este ltimo trmino del binomio es permisin de rebasar la pobreza, y, en este sentido, tiempo al tiempo con Brasil). Lo que era un Capital financiero especializado en la extorsin, la inversin burstil y el cobro a los brasileos para vehicular la transferencia de deuda odiosa hacia el FMI, se ha encontrado (decisin de Lula) con la formacin de una nueva banca nacional dedicada a transferir recursos hacia el campesinado y proyectos agrarios. Esta colosal acumulacin de Capital que distribuir va crdito hacia el desarrollo productivo del campo, se ha hecho factible solamente gracias a la Poltica -a la decisin tomada por Lula respecto de romper con el FMI tras declararse insumiso al 70% de la supuesta deuda contrada. Los movimientos de trabajadores del campo y campesinos sin tierra que consolidaron la infraestructura del PTB, saben esto bien.

El imperialismo yankie y europeo, por boca de su ONU y de sus ONGs, brama anatema!. Testigo del cambio, su inquietud se expresa con ecologismo, con indigenismo, con alegatos de anti-modernidad, con anarco-primitivismo vestido de gala para la cita, con auto-gestionismo erigido en fin y no en medio… Y en esos idiomas, notablemente coincidentes ya, por lo dems, con el mismo Banco Mundial en sus ltimas tendencias, idiomas tecnocrticos y emperifollados de colores cumbay, trata de gritarle no tan slo a Brasil, sino a Bolivia, Ecuador… Organizaciones e instituciones internacionales para el desarrollo?. Volver con ello al final de este escrito. Las necesidades poblacionales empiezan a poder ser cubiertas conjuntando a la Fuerza de Trabajo en una labor a ejercer sobre los factores productivos latentes en el vientre del pas.

 

 

Uso alimenticio de la tierra

 

Otra cuestin es aquella que atae a la denuncia selectiva: es denunciada por Intermn la extensin de las hectreas destinadas a biocombustibles en Guatemala, pero el imperialismo estadounidense y secundariamente europeo est haciendo eso mismo en vastos territorios africanos (para lo que las Potencias tuvieron que destruir al pas que encabezaba la resistencia africana a la invasin transnacional de los biocombustibles: Libia, as como asesinar al lder de esa oposicin, el Coronel Al-Gaddafi). En relacin a este segundo caso, que afecta directamente a un hambre de dimensiones ahora s continentales (en Libia no haba hambre), el silencio de las ONGs, incluyendo en l a Intermn, da que pensar.

 

 

Por la paz y contra el comercio de armas

 

Otra cuestin es la repentina toma de conciencia por parte de Intermn, desarrollada durante las ltimas dcadas, respecto de la denuncia del comercio de armas. No se les haba odo antes, cuando los Estados Unidos y sus apndices/rivales de la Unin Europea tenan un monopolio real sobre las transacciones de armamento y estas Potencias tradicionales eran entidades a quienes no se escapaba el control frreo respecto de qu destinos y qu destinatarios. Esas Potencias decidan segn criterios de conveniencia, alianza…, quines eran destinatarios sanos (satlites) o malos destinatarios, y en funcin de eso operaban. Tambin armaban indistintamente a sanos y a insanos cuando se trataba de procurar escaladas que culminaban en conflictos siempre rentables para esas Potencias, en tanto que debilitaban a unos y a otros, incrementando los lazos de dependencia con los Padrinos y justificando intervenciones de paz ms o menos unilaterales o bien misiones de paz consensuadas (ONU).

 

Ahora el panorama es radicalmente distinto: ya no existe ese viejo control cerrado, y varias naciones, en curso de construir Soberana, se comunican tecnologa e informacin industrial a fin de hacerse con un seguro de vida armamentstico que les libre de quedar postrados ante la amenaza de las grandes Potencias imperialistas-militares (no olvidemos que el gasto militar Estadounidense supera con creces el del Mundo en su conjunto). China, Rusia, Irn, Sudfrica, RDP de Corea, Brasil, Venezuela…: el mundo en emancipacin anti-Hegemonista est objetivamente inmerso en un curso comn, y as abordan esos pases sus relaciones -desde el comn inters. Eso se traduce en una multiplicidad de lazos de cooperacin y de intercambio, tambin armamentsticos, contra las voces en efervescencia del pacifismo, a quien el imperialismo estadounidense ha desempolvado del desvn.

En esa Agenda cvica sensibilizadora, la Bestia Negra resulta ser que el mundo moreno, o del Sur desarrolle multi-polarmente su propio bomba atmica. Ms mito que realidad, por lo dems, pero, en cualquier caso, el monopolio de la violencia fsica legtima ha dejado de estar mundialmente tan atado y bien atado como se le tena. Y las ONGs, como buenas instituciones social-imperialistas de socorro conservador, diseminan sobre el desinformado territorio sus campaas de recogida de firmas contra el desmadre. A la cabeza, cmo no, Amnista Internacional, imagen salvfica proyectada de la CIA y del Plan de control mundial, a travs de amarrar Asia al Hegemonismo, que Hillary Clinton encabeza, y cuyo secretario personal es el Director de IA en USA (lo que es decir su Director General).

 

 

Indigenismo infantil

 

Otra cuestin es la relacionada con la presin efectuada desde las ONGs -por ejemplo Intermn hacia Repsol- en pro de obtener firma de compromiso en cdigos de buenas prcticas con los pobladores autctonos. Estas buenas prcticas suelen remitir al respeto por la idiosincrasia y por la forma de vida y cultura indgena.

Dejemos de lado el hecho de que estas peticiones son nada menos que la cuadratura del crculo, pues la exportacin de capitales fsicos y el despliegue de capitales de inversin y tcnico, humano especializado… (actividad definitoria del imperialismo), va a trastocar la base material (relacin con la naturaleza y con los Medios de Produccin y de subsistencia, forma de organizar la reproduccin de la vida del grupo…) sobre cuya existencia se desarrolla la vida cultura y la cosmovisin de cualquier agregado humano. Si Repsol altera el comportamiento y la misma composicin de la fauna de un lugar por medio de sus explosionados en la apertura de yacimientos, la cultura de tal grupo no sobrevivir, por mucho que el buen hacer de la empresa le deje estar a este e incluso invierta en proteccionismo cultural, en inventariar usos y concepciones, en cuidado medioambiental, etc. La vida cultural es el reflejo de un referente con el que se inter-acta, as que es destruida a la par de la erosin del ltimo.

No hace falta que llegue Intermn: el mismo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional estn, como instituciones del Hegemonismo que son, sinceramente preocupadas por impulsar el conservacionismo cultural, ya que a travs de sus estudiosos han testado y evaluado que la cultura es un Capital valioso para los mismos imperialistas. Capital que controlar y que aplicar selectivamente a las relaciones del propio objeto de intervencin (devenido as tambin sujeto participativo, o empoderado por decirlo a la moda), a la resolucin de conflictos, a la produccin y los procesos de trabajo, a la adaptacin a nuevo hbitat… La organizacin internacional de Hegemonismo ha situado, pues, a la cultura, al delicado interior de la biodiversidad, pasando l mismo a practicar una biopoltica poblacional de signo culturalista. La contradiccin de los paradigmas producidos (etno-desarrollo, etno-eco-desarrollo…) es que se topan de bruces con la actividad objetiva de su propia matriz discursiva, que, sin remedio de s misma, siega la diversidad humana por los pies. Nos hemos referido anteriormente a la premisa favorita de Intermn, organizacin que, desde un paternalismo cristiano rallante en racismo (si bien inconsciente), entiende que, ms que darles los peces, hay que ensear a pescar a los sujetos culturales que parecen haberse congelado junto con su tiempo (a)histrico infructfero. Pero el imperialismo esquilma hasta el tutano de los pases que ha puesto bajo su yugo: y s resulta que la familia campesina Robinson -modelo de sanas relaciones, vnculos y esfuerzo compartido al pensar de Intermn y su catolicismo-, instruida y asesorada por la ONG, llega tarde a su cita productiva, pues cuando ha acabado de ser formada, no hay ya qu pescar?.

 

Ms all de esta contradiccin en s misma, el imperialismo drena los recursos y subdesarrolla al sujeto social de capacidades mientras impide el desarrollo de Fuerzas Productivas en propiedad nacional real, con cuyo uso ayudar a solventar aquellas necesidades humanas que se han desarrollado en un mbito poblacional complejo. mbito que como espacio de relaciones y divisin del trabajo social excede a ese marco reductivo indgena (fenmeno de inter-dependencia regional). El imperialismo significa miseria, desposesin, inoperancia, alienacin de medios con que contar y que desarrollar, privacin de la materia necesaria a los seres humanos para concretar y realizar nuestra capacidad genrica de transformacin y superacin. Por tanto, la cuestin del imperialismo y sus trans-nacionales afecta al pas oprimido en tanto que sujeto nacional, indgena o no, urbano o no, y resiente a la cultura y su misma multiplicidad dentro del contexto nacional comn afectado. Tratamos, nuevamente, con un problema poltico nacional de relaciones y dependencias, en una dialctica de solucin tambin poltica y nacional.

Pero las ONGs no cesan de desviar al sujeto indgena respecto de su valoracin y fusin en esta dinmica de resistencia de conjunto, que a l le incumbe concretamente en tanto que elemento diferencial dentro de ese conjunto de Iguales. Produciendo artificialmente y avivando un espectculo indigenista anti-modernidad en abstracto, estas ONGs velan la cuestin del imperialismo y de la alienacin de Fuerzas Productivas, por una cuestin abstracta de abstencionismo operativo territorial por parte de la nacin y de las instituciones e inversiones nacionales.

Esta postura, implementada a travs de un precintado metafsico indigenista, y cuya propaganda contagia en esos pases a muchos sectores sociales civiles con honesta preocupacin social y voluntad de lucha, es una postura curiosamente anti-desarrollista mantenida cada vez ms por esas organizaciones para el desarrollo. Paradjicamente, ese infra-uso o incluso desuso de las Fuerzas Productivas nacionales en virtud de la no-irrupcin, acaba culminando en miseria general, y por ende miseria particular para el indgena. Esa miseria es la principal enemiga del indgena, no slo como ser humano genrico, sino tambin como sujeto cultural particular, pues la cultura ni sobrevive ni crece en la miseria.

A la postre, si no es la nacin quien se auto-desarrolla, ser el imperialismo quien se desarrolle a s mismo a travs de vampirizar a la nacin, pues sta ltima ha desarrollado necesidades materiales que han de ser respondidas. Sern las transnacionales las que desplieguen sus capitales sobre el terreno nacional, y en tal medida indgena, con un proceder agresivo, lesivo y mucho ms expoliador en la balanza, que puramente productivo de factores para proveer y abastecer la dignidad de vida social.

Por eso es que muchas de las reaccionarias organizaciones indigenistas de mira estrecha, mantienen tambin estrechos vnculos con el Hegemonismo a travs de la CIA, el Departamento de Estado USA, fundaciones, universidades…, y por supuesto a travs de ONGs solidarias. Y es que el Hegemonismo sabe que anclar en el subdesarrollo y en la imposibilidad de operaciones y de movimientos, deja al pas a merced del peculiar desarrollo a ser aportado desde los monopolios imperialistas (yankies, alemanes, holandeses, espaoles…).

 

Los tejedores, cosedores y remendones del Hegemonismo, con una mano dependizan a los pases oprimidos con sus avasalladoras exportaciones de Capital en las condiciones polticas que ellos dictaminan, mientras con la otra mano financian eso que el Presidente de Ecuador, el seor Rafael Correa, llama acertadamente el indigenismo infantil. La cuestin no es, pues, condenar en abstracto la productivizacin de fuerzas. La cuestin es ver cmo la composicin de los actores -unos u otros- correlaciona palpablemente con prcticas y condiciones operativas concretas, unas u otras, sembrando futuro comn, o en cambio debilitando suciamente a la presa de caza imperial a travs de inyectar el divisionismo (tanto como el viejo confrontacionismo colonial del Divide et impera) en las concepciones y en las resistencias.

 

Tamer Sarkis Fernndez,

Asesor para Siria de DIARIO UNIDAD