Ni petrodólares, ni petroeuros, «nukerials»

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Mientras estamos a la espera de un nuevo aplazamiento en el lanzamiento de la bolsa petrolera en la isla de Kish, la verdadera bomba atómica de Irán contra los EEUU, Irán hace todo lo posible por hacer irreversible su entrada en el selecto club de las potencias nucleares del planeta. Así, mientras va ganando lentamente capacidad para el enriquecimiento de uranio para la obtención de combustible nuclear civil, el gobierno de la república islámica trata de precipitar lo que a todas luces parece irreversible. Dentro de una semana, según leo en varios medios on-line, se lanzará el billete de más valor de los que van a circular en Irán en los próximos tiempos, 50.000 riales. A la imprescindible imagen del ayatollah Jomeini en el anverso, el reverso llevará impreso el símbolo internacional de la energía atómica: un núcleo atómico rodeado de órbitas de electrones. Mientras el Consejo de Seguridad trapichea una segunda resolución de condena, en Irán van a por todas.

Curiosamente, comienzan a abrirse paso noticias de que Irán podría acelerar su programa nuclear y dar el salto hacia la consecución de una bomba atómica si es atacado por EEUU o Israel, justo el efecto contrario de lo perseguido. Esto recogía hoy El País:

>»Después de un ataque, es posible que aumente el apoyo popular para (contar) con una capacidad nuclear iraní, mejorando la posición de los radicales y fortaleciendo los argumentos de que Irán debe estar en posesión de (una fuerza) de disuasión nuclear», resalta el texto de los expertos.