Enterraremos a los europeos

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No, esta frase no la ha pronunciado un líder terrorista, lo ha hecho el cerebro de la campaña electoral de Bush, Grover Norquist, un halcón republicano que inspira el ideario que luego Bush repite cual papagayo en discursos y alocuciones varias, aunque con los eufemismos habituales usados en política. Después de leer la entrevista publicada en El Mundo y recogida por Rebelión, nadie puede tener duda alguna sobre el verdadero objeto de la última cruzada emprendida por el imperio, que no es otro que la propia Europa. Se dijo que uno de los motivos que impulsó la invasión de Irak era que el gobierno iraquí comenzaba a operar su petróleo en euros en vez de en dólares, como era preceptivo. La cosa puede parecer que no tiene la mayor importancia, pero es necesario recordar que EEUU es el país más endeudado del planeta aunque, mientras el dólar sea la moneda de cambio de las transacciones internacionales más vitales, el problema para Norteamérica no será especialmente grave: ellos tienen la maquinita de fabricar billetes verdes y la forma de enjugar la deuda. Si se operara en euros, otro gallo cantaría y seguro que no podrían afrontarse aventuras tan gravosas como la invasión de Afganistán e Irak o el rearme tan brutal que han iniciado tras el 11S, acumulando más del 40% del gasto militar de todo el planeta.

Las declaraciones de este individuo no tienen desperdicio. Donde más hincapié hace es en la eliminación total del mínimo estado del bienestar que queda en los EEUU —algo bien conocido del ideario republicano— pero llegando hasta el límite: la práctica desaparición del estado mismo. Imagino que dentro de ese mínimo estará el ejército, la verdadera esencia del imperio y el brazo ejecutor de la política de apertura de nuevos mercados por la fuerza. Porque no hay más empresas dependientes del gobierno americano que los grandes lobbys a los que Norquist representa y defiende, la industria de armamento, las petroleras, la gran banca…

Y es que, a pesar de lo que digan, no hay economía más planificada en el planeta que la norteamericana. Ni en los tiempos de los planes quinquenales soviéticos.

Copyleft Juanlu González