El sionismo siempre recurre a Camp David en el 2000 para culpar a los palestinos de que aún hoy sea un pueblo sin estado, su negativa a aceptar la «generosa» propuesta de Israel y el gran «conjunto de renuncia»s que estaban dispuestos a hacer por alcanzar la paz pretende colocar sobre el tejado palestino la penosa situación en la que viven y el auténtico apartheid que sufren a manos del estado sionazi. Los que así se expresan se escudaban en que las informaciones oficiales sobre las negociaciones de Camp David se mantenían en secreto, lo que ha sido así hasta que se han filtrado al diario Haaretz y han llegado a la opinión pública.
Las cosas evidentemente no eran como nos las querían pintar, Jonathan Cook ha publicado un interesante artículo en su web sobre el tema que han traducido para Palestina Libre. Para los más vagos, os hago un breve resumen para comprender el alcance de la generosidad israelí:
1. Se mantendrían en suelo robado a Palestina el 80% de los colonos ilegales en colonias interconectadas protegidas por el ejército en toda Cisjordania, a cambio se compensaría con la cesión de un porcentaje menor de tierra de Israel en el desierto del Neguev. Un magnífico negocio.
2. Israel mantendría el control de todo el valle del Jordán de su suelo agrícola y los recursos hídricos.
3. Jerusalén quedaría en manos hebreas casi en su totalidad, incluso los lugares sagrados para los musulmanes quedarían en un status ambiguo, pero no en manos palestinas.
4. Del retorno de los refugiadosque fueron sometidos a la limpieza étnica de los terroristas hebreos en 1948, en consonancia con las resoluciones de la ONU, nada de nada.
La negativa de Arafat a volver de Camp David con el estado palestino reducido a unos pocos guetos rodeados de alambradas y militares extranjeros, sin control sobre su suelo y sin recursos para desarrollarse, lo convirtió en alguien con el que no se podía negociar y fue proscrito por la comunidad internacional hasta su asesinato. Ahora en Annapolis Israel no ha querido ni tomar como base esas supuestas concesiones, ni si quiera ha querido hablar de ello. En cambio sigue asesinando en Gaza y Cisjordania y sigue expandiendo los asentamientos ilegales. Así pues, ni palabra ni hechos hacen pensar en un cambio con respecto al año 2000. Triste papel el de Abbas jugando a traicionar a su pueblo manteniendo un paripé de negociaciones para mayor gloria de Bush.