Mal deben ir las cosas en el PP, las encuestas de hoy dicen los especialistas que rompen el empate técnico y abren brecha entre el PSOE y los populares. Y todo ello sin considerar que los socialistas pueden pactar con casi cualquier partido del arco parlamentario y que el PP apenas si va a poder concitar la ayuda de ninguna otra formación, dado su discurso ultraderechista y ultranacionalista español. Para que pudiera gobernar debería ganar al PSOE, algo que parece difícil a día de hoy, y sacar suficientes votos para gobernar en solitaria mayoría absoluta. En otras ocasiones supo sacar su cara más conciliadora y pactar con los nacionalismos catalán y vasco, pero tras la deriva neocon de su última legislatura y de la acción opositora destructiva y apocalíptica de estos cuatro años, mucho deben cambiar las cosas para que nadie volviera a arrimarse al PP.En esta situación, parecen haber encontrado un aliado natural e incondicional dispuesto a jugar a las mismas mentiras y manipulaciones con las que han estado tratando de alarmar a la población estos 4 años sin demasiado éxito. Como no podía ser de otra manera, la derecha ha recurrido a la misma institución a la que se arrimó el dictador Franco para perpetuar su régimen: la iglesia católica o más bien su jerarquía. Como hace su cadena de radio cada día, han cerrado filas con los populares y han lanzado un comunicado pidiendo el voto a la derecha más intolerante de este país. Con las iglesias cada día más vacías y llenas de personas mayores que no aseguran su continuidad temporal, cuando las vocaciones escasean hasta el punto de necesitar el reclutamiento de mercenarios católicos en países pobres para intentar no tener que cerrar un convento tras otro, la iglesia abandona aún más las atenciones espirituales y se centra en lo que mejor les ha ido en los últimos milenios: las cosas del César, los asuntos materiales y temporales.Pero esta estrategia tiene un problema. Si se decantan tanto en el juego electoral en unos momentos de tanta crispación y polarización, se arriesgan a algo muy evidente: si el PP pierde, la curia también perderá. Y si el PSOE fuera como debe ser, debería aprovechar los primeros años de la nueva legislatura en ahondar en la laicidad del estado consagrada en la constitución, debería sancionar el concordato franquista con el Vaticano y expulsar definitivamente a los curas, monjas y profesores de religión de la educación pública y concertada. No queda otro camino 😆