Israel se ha vuelto a meter en un atolladero, su diligencia al actuar como la fuerza aérea de al Qaeda en el conflicto sirio le ha supuesto un nuevo problema diplomático, una nueva derrota militar y una humillación ante la resistencia libanesa de Hezbollah que tendrá repercusiones en la consabida debilidad psicológica de la población israelÃ, especialmente las de los colonos ocupantes y los habitantes de las zonas fronterizas con Gaza o LÃbano.
Situemos los hechos, el dÃa 18 de enero la aviación israelà atacó un convoy en Quneitra, para apoyar a los terroristas del Frente al Nusra que combaten contra Siria protegidos, armados y atendidos por Israel en Los Altos del Golán, territorios ocupados a este paÃs en 1967, desde donde esta rama de al Qaeda hostiga al gobierno legÃtimo de Damasco. En este ataque murieron seis miembros de la guerrilla libanesa, incluido un comandante y un general de la Guardia Revolucionaria iranÃ.
Cuando el gobierno sionista fue consciente del alcance real de su operación de ataque, literalmente entró en pánico. Obviamente sabÃa que no iba a quedar sin respuesta y que ni Irán ni Hezbollah iban a permitirlo sin más. Usando como mediador a la diplomacia rusa le hicieron llegar a sus oponentes mensajes de contención, mendigando que la acción se limitara a objetivos militares y no a civiles, al contrario de lo que suele hacer Israel en todas sus guerras de agresión. Aún asÃ, las carreteras del norte del paÃs se blindaron con muros de hormigón, se reforzaron las defensas, la población entró en psicosis de pánico y el ejército se puso en alerta máxima.
Pero, a pesar del operativo, Hezbollah ha demostrado ser capaz de atacar con éxito a un convoy israelà que circulaba por la zona ocupada de las Granjas de la Shebaa con explosivos situados en los bordes de la carretera y varios misiles. El resultado, dos muertos del lado de las IDF y ocho heridos de diversa consideración. Del lado de la resistencia libanesa no hubo ningún herido, todos escaparon ilesos habiendo infringido una sonada humillación al mayor ejército de la región, apoyado sin lÃmite por el paÃs más poderoso del mundo.
No acaba aquà la cosa. A pesar de la proporcionada respuesta de la guerrilla, ministros de Israel pidieron una desproporcionada venganza, por aquello de tratar de restablecer su tradicional disuasión militar basada en la brutalidad y en el asesinato de civiles indefensos, como pudimos comprobar recientemente en Gaza. Dando palos de ciego, dispararon granadas de mortero sin ton ni son alcanzando de lleno a un puesto de control de las fuerzas de pacificación de la ONU (UNIFIL) en el que se encontraba el soldado español, que murió asesinado impunemente. Asesinado porque el ejército hebreo sabÃa perfectamente dónde se encontraba la instalación de los cascos azules, tienen perfectamente geolocalizadas todas las infraestructuras de UNIFIL. Asesinado porque no avisaron del ataque, como suele ser el proceder de las IDF cada vez que bombardean el sur de LÃbano, algo que hacen frecuentemente. Asesinado porque cuando avisaron los cascos azules que habÃa un herido y que iban a evacuarlo, siguieron disparando bombas de mortero durante al menos tres horas, impidiendo la asistencia médica por si habÃa posibilidad alguna de salvarlo.
AsÃ, la vergonzante operación acaba además con un conflicto diplomático con la ONU y con España. A pesar de que la derecha patriótica protestará sólo con la boca pequeña e intentará tapar el incidente, hoy algunos medios de comunicación han destacado los paralelismos con los últimos ataques sobre los colegios de la ONU en Gaza donde mataron a alrededor de 500 niños y su desprecio secular por la vida. Pero aún hay más, si bien Estados Unidos habÃa logrado separar a la resistencia en la región mediante una hábil manipulación de las relaciones públicas y los medios de comunicación en el inicio de la guerra contra Siria, acciones como esta están sumando decididamente para unir a la resistencia palestina y a la libanesa y Siria en un mismo frente contra el imperialismo norteamericano, el sionismo y sus aliados sunitas, los terroristas de al Qaeda y el Estado Islámico apoyados por Arabia SaudÃ, Qatar o TurquÃa. No hay más que ver las celebraciones palestinas por el éxito de Hezbollah para comprobarlo.
Para colmo, algunas de las imágenes que hemos visto de los bombardeos sobre LÃbano se corresponden inequÃvocamente con el uso de fósforo blanco, un arma quÃmica prohibida si se usa contra la población civil, como estamos acostumbrados a ver en Gaza en multitud de ocasiones. Las IDF, el ejército «más moral» del mundo, por defender a al Qaeda, ha asesinado a un casco azul de la ONU, ha usado armamento ilegal y ha recibido una nueva humillación a manos de la misma milicia irregular que ya lo expulsó de LÃbano en dos ocasiones.
La invulnerabilidad e invencibilidad de Israel, si alguna vez fue un hecho manifiesto, hoy ya es cosa del pasado. La base sobre la que se asentaba la inmigración de judÃos —y oportunistas— de todo el mundo para ocupar Palestina se está disolviendo como un azucarillo. Por eso, en estos momentos, el proceso migratorio se ha invertido, hay más gente que sale de Israel de la que emigra a este estado fallido. Y es un proceso que no se prevé que se detenga… todo lo contrario.
Copyleft Juanlu González
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