Todo indica que esta es la última legislatura del PSOE. El PP ha emprendido un camino al centro que tiene pinta de irreversible, sabe que si quiere gobernar no puede seguir dando miedo ni a la masa de indecisos ni a los nacionalistas periféricos. ¿Y qué hace mientras el PSOE? Pues poca cosa, además de maquillar los datos de la crisis económica ha emprendido un camino a la derecha que le va a hacer perder su base social más comprometida y los centenares de votos del pánico prestados por Izquierda Unida. Conozco bastantes compañeros y compañeras que votaron al PSOE por primera vez que están demostrando público arrepentimiento.
El ímpetu con que los socialistas irrumpieron en el poder tras el fin del aznarismo parece haberse convertido en inacción e involución. Los temas eternamente pendientes (aborto, eutanasia, concordato, vivienda, protección social…) están aparcados sine die y conforme vaya pasando el tiempo se irá haciendo más y más difícil afrontarlos si se pretende llegar con paz social al final del mandato. Pero el cambio de actitud tomada con respecto al tratamiento de la inmigración y el alineamiento con el PP y la extrema derecha europea raya el escándalo. Las excusas sobrevenidas dadas tras el apoyo a la directiva de la vergüenza no convencen a nadie. ¿Para qué apoyan una norma que no van a cumplir? ¿por qué no la han rechazado de plano y han impedido que en un futuro se pueda caer en la tentación de aplicarla en su literalidad más radical?
Los inmigrantes han tenido bastante que ver con la época de bonanza de la economía de la última década. El balance ha sido bastante positivo para el estado y la economía, es decir, han aportado mucho más de lo que han recibido. Sin embargo, comienza una crisis de tipo financiera y lo primero que hacemos es que su coste lo paguen los más débiles, convirtiendo a los recién llegados en ciudadanos y ciudadanas de segunda puestos en el punto de mira para repatriarlos y a los sin papeles en delincuentes que pueden ser internados en campos de concentración por un periodo de año y medio por el simple hecho de huir de el hambre y la miseria provocadas, al menos en parte, por nuestras políticas proteccionistas y subsidiarias al sector productivo.
Pero lo peor es que el PSOE, salvo 3 honrosas excepciones, se desmarcó del voto coordinado de la socialdemocracia europea para alinearse con la extrema derecha racista de Berlusconi y los suyos o los hermanos Kaczynski. Tanta palabrería agresiva contra las políticas migratorias de Italia para acabar de la mano, legalizando guantánamos europeos donde a los internados se les priva de muchos de los derechos inalienables que, como persona, les son correspondidos desde su nacimiento. Imagino que someterán su decisión a estudios demoscópicos para estudiar el impacto de la monumental metedura de pata, pero como no afinen el rumbo, como dejen de lado los principios fundamentales de la izquierda, por un lado habrá mucha gente que pueda intercambiar su voto tranquilamente con un PP menos ultramontano y, por otro, los votos de la izquierda real se le escaparán hacia Izquierda Unida o a la abstención. Con los márgenes con los que actualmente se deciden las elecciones, la derrota estará servida. No se cómo pueden ser tan miopes.
Coincido plenamente con tu análisis electoral. Uno de los problemas que tiene el psoe es que lo fía todo a sus sociólogos de cabecera y pretende taparlo todo a base de buenismo bien intencionado. Bien. El electorado de izquierdas pica una vez. A la segunda se queda en casa o se convierte en «exquisito», como se encargaron en las recientes elecciones de señalar a los que no nos andamos por las ramas para denunciar el giro a la derecha de zp.
Totalmente de acuerdo Juanlu. Ya lo comenté en este blog cuando se formó gobierno y se dio ese giro claro, intentando camuflarlo con las nuevas miembras, pero yendo claramente a la derecha.
Como parece que el racismo está bein visto por una gran parte de la sociedad, pues nos ponemos duros con los emigrantes. A la gente le gustan las ilegalizaciones, pues a ilegalizar como nadie.
Esto en suma, no es un simple giro a la derecha, es asumir que la batalla ideológica la ha ganado el PP en varios asuntos relevantes.
Que gane o no el PP las próximas elecciones, por desgracia, va a depender de el propio PP. Veo al PSOE totalmente entregado