Hace un par de días, un compañero de trabajo —que no es derechas precisamente— comentaba que Hitler debería haber acabado con todos los judíos, que se estaban ganando el odio de todo el mundo por lo que le estaban haciendo a palestinos indefensos en Rafah y en toda Palestina. Según sus palabras Sharon estaba haciendo bueno al dictador alemán, quien debería tener profundas razones para acabar con los judíos, los hechos de estos últimos años le daban la razón varias décadas después.
Acaloramientos aparte tras ver los ataques terroristas de Israel estos últimos días en Gaza, esta reacción es cuando menos merecedora de una reflexión, los principales enemigos de Israel no son los árabes, son ellos mismos y los políticos a los que votan. El antisemitismo que crece por medio mundo es la simple reacción a las acciones terroristas y racistas que no han cesado en fechas recientes. Es la reacción al desprecio a las instituciones del gobierno mundial, a las resoluciones de la Asamblea y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Es la reacción al doble rasero de la política de los países poderosos, que por menos de lo que está sucediendo estos días, invaden países en misión «humanitaria» para obligarles teóricamente a cumplir la legalidad internacional. El gobierno sionista sigue teniendo invadidos tres países árabes ante la pasividad de EEUU y de Europa a pesar de que esta situación tiene desestabilizado a medio mundo. A nadie se le escapa, como de hecho mencionaron en su argumentario el trío de los Azores, que la causa Palestina y la guerra de Irak están íntimamente ligadas.
Es hora de tomar medidas drásticas, Europa debe adoptar un embargo militar y comercial contra Israel mientras este país no se retire a las fronteras internacionalmente reconocidas de 1967, tal y como dice la resolución 242 de la ONU. Deben desaparecer de todos los foros políticos y económicos, de todas las competiciones internacionales como ya sucedió hace pocos años hasta que doblegaron su postura contra los palestinos y se avinieron a negociar Paz por Territorios en lo que fue el gran engaño de Oslo. Zapatero y Moratinos, como exponentes del nuevo talante socialista, deberían impedir la venta de armas para reprimir al pueblo ocupado como ha denunciado Amnistía Internacional. Alemania debería zafarse de una vez por todas de los complejos por su negra historia nazi y mirar al futuro para impedir el actual holocausto palestino, es el principal freno en Europa para avanzar en las presiones sobre el gobierno sionista. De no ser así, lo único que sin duda ayudaría a la solución de la causa palestina sería la derrota estadounidense sin paliativos en Irak y la derrota diplomática en occidente.
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