Quería pasar de largo por esta nueva polémica, en numerosas ocasiones hemos tratado en los biTs los imparables avances de la causa republicana en nuestro estado, pero atendiendo a su conversión en asunto de enfrentamiento entre los principales partidos del parlamento de Madrid y a que va a tener un recorrido más largo del inicialmente previsto, no han dejado otro remedio que dedicar unas líneas a un asunto de primera magnitud en la siempre convulsa actualidad patria.
Mantiene siempre un compañero —un tanto afrancesado él— que la principal diferencia entre el pueblo español y el francés es que nosotros somos súbditos y ellos ciudadanos. Pero no como una mera definición convencional, sino como una actitud real de sus gentes frente al poder del estado. Los franceses tienen y hacen valer derechos, nosotros recibimos dádivas. ¿El motivo? Es bien fácil de adivinar, en Francia organizaron una revolución popular en la que acabaron para siempre con la monarquía a manos de madame guillotine, mientras que aquí siempre se nos caía el culo cada vez que veíamos una corona a pesar de haber sido la directa responsable de haber machacado el país a base de guerras sucesorias, de proyectos imperiales e intrigas palaciegas.
En las españas vivimos a espaldas de la Historia. No porque en la nuestra no hubiera ni reyes ni califas, que los hubo, sino porque ya no toca, es cosa de otro tiempo. Formalmente al menos, desde un punto de vista conceptual, los privilegios de cuna, la heredad de la nobleza y de una jefatura de estado basada en ella es un anacronismo inaceptable, algo superado con creces desde el siglo XVIII. Frente a un pueblo inculto y supersticioso, siempre se echó mano para justificar la monarquía de la vinculación divina, de la gracia de dios. De eso se ocupó la iglesia católica desde su conversión a la entrega en cuerpo y alma a los asuntos terrenales. Realmente la conversión sensu strictu fue cosa de la monarquía, pero indudablemente quien cambió de manera más profunda en el proceso fue la iglesia. A partir de ese momento dejó de ser una alternativa al poder terrenal para convertirse en parte del mismo. Y así le fue literalmente. En España hasta los procesos desamortizadores la iglesia era uno de los mayores terratenientes del país.
Hoy que la superchería y el chamanismo no son suficientes para que nos traguemos sin digerir una bola como esa de los tocados por el halo divino, se recurre al papel couché y a la prensa rosa para mantener una corte de opereta que siembre la admiración popular. Comparte espacio con la última petarda que tuvo a bien siliconarse o arreglarse la napia, con la mansión hortera del torerillo que llegó al estrellato o con la cadena de bodas y divorcios profesionales de la cohorte de insustanciales que viven del cuento y de la exposición al público en este país. Da igual, mientras no se hable del poder terrenal que ostenta la monarquía, mientras no se citen sus manejos económicos, mientras se obvie el entramado de corrupción que la rodea, todos contentos. Tanto la nobleza como el anestesiado populacho.
En los círculos políticos, donde sí se conocen o intuyen estas reales »intimidades», creen preferible la continuidad del soberano por razones pragmáticas. Hasta en ámbitos tradicionalmente republicanos se acuñó el término juancarlismo para tratar de superar las contradicciones de la praxis diara con los idearios escritos o los estatutos. La tutela franquista de la democracia en el aspecto más visible nos vino por la restauración monárquica y para digerirla hubo que crear de la nada una imagen de leyenda de un rey insulso y hedonista de la que ahora son todos prisioneros. Con mentiras y manipulaciones nos hicieron creer que fue el propio rey quien trajo la democracia tras la muerte de su mentor —obviando la determinación de todo un pueblo echado a la calle— y que fue él quien la mantuvo durante el 23F cuando se sabe que andaba implicado en el golpe de estado como el que más. En cualquier caso, rehenes o no de una figura artificiosa e irreal, los partidos centralistas con responsabilidad de gobierno no van a mover un dedo para devolver a la tierra al entronizado Borbón. Sólo los nacionalistas y los grupos más minoritarios de la izquierda pueden hacerlo aunque cuando se lanzan a ello, normalmente son acusados por la maquinaria mediática y hasta por la judicial de las más vastas atrocidades; no en vano el rey tiene otorgados privilegios que nadie más ostenta y su figura es inviolable por mor de esa carta magna que nos dejaron los padres del actual estado redactada bajo la coerción de los poderes fácticos del régimen fascista.
Pero si encima alguien como Tardá de ERC se lo pone a huevo cuando proclama como colofón de un mitin: muerte al Borbón, tenemos escándalo asegurado. Los herederos del franquismo andan rebelados en santa cruzada para acabar con el lenguaraz diputado y también con aquellos que ni lo han ejecutado a garrote, ni mandado a galeras, ni si quiera azotado en plaza pública. Personalmente pienso que un muerte a la monarquía hubiese sido más correcto y menos interpretable, pero desde luego de haber sido así no estaríamos hablando tanto del tema, algo que siempre es de agradecer. Por cierto, aunque sea una boutade —ya que estamos con el afrancesamiento—, acabo de releer estas líneas y veo que Borbón, no está en el diccionario castellano responsable de la corrección ortográfica, curioso, ¿verdad?
Pana, creo que tu compañero me cae bien y coincido con él. Somos muy dóciles, bien es cierto que hemos recibido muchos palos, pero que estemos aun manteniendo a un comisionista impuesto por un criminal como Franco. En fin, tenemos lo que nos merecemos.
No somos ciudadanos sino pseudociudadanos de 3ª y nuestra clase política, de traca…
http://www.20minutos.es/noticia/433733/0/cqc/sexta/politicos/
‘CQC’ pregunta a los políticos ¿a cuánto está el salario mínimo? – 20minutos.es
juanlu y mezque, tranquilos , dejen en paz a esa manga de pelotudos (juan carlos , sofia, letizia y a toda esa galeria del ridiculo).sino ¿de q van a vivir las no menos ridiculas ,revistas del corazon ?¿cuantos puestos de trabajo se perderian?¿y si se hacen analistas politicos tras los despidos ?el remedio puede ser peor q la enfermedad .
coger , viajar y pasear por el mundo sin pagar un solo centavo,suele generar envidias.lo reconozco.
😆
seguro que es una bobada de las mias, pero más parece que ponen en juego la corona, para que nadie se cuestione otras cosas y luche por poner solución al verdadero problema..
BORBONES:
Si no estoy equivocado, «Muerte al Borbón» es uno de los lemas de la penultima guerra en España, la que enfrentaba a los territorios que defendían que el nuevo rey fuera un borbón (básicamente Castilla) con los que defendían un austríaco (Catalunya, València..) y que ganó FelipeV. Quizá Tardà fué más o menos oportuno al recordarla, pero es chupi total que quienes reparten hostias día si día también a las «autoridades»: al rey y a zp de traidores, de estar detrás del 11M, o a los «pueblos»: por ejemplo, a los catalanes de todo lo imaginable o no… sean los que ahora se escandalizan. (Por cierto, en Xàtiva (València) el retrato de FelipeV está colgado cabeza abajo en el Ayuntamiento como recuerdo de aquella guerra).
CRISIS Y MANIPULACIÓN:
Pido disculpas por meterlo aquí. Pero he leído un artículo de una de las lumbreras del periodismo «económico» y me gustaría compartirlo. Meto un par de párrafos y, al final, la referencia.
«Empieza a surgir entre los analistas independientes de los Estados Unidos la idea de si la intención de la Reserva Federal con esta propuesta no es sino preparar el terreno para el nacimiento de un nuevo dólar, siendo su definitiva independencia en la creación de dinero lo que facilitaría la transición. Cogido con pinzas probablemente. Pero fíjense: tal y como señala Buiter al inicio de su breve comentario, el tipo de cambio puede jugar un papel esencial como herramienta de la política monetaria cuando no queda más remedio. Y una devaluación competitiva del dólar permitiría a aquella nación, más allá del shock psicológico mundial que esto provocaría, matar tres pájaros de un tiro: reducir el valor de su deuda, romper paridades artificialmente establecidas que distorsionan el comercio mundial y mejorar su posición competitiva minorando su déficit. ¿Una revolución impensable? Bueno, tómenlo como quieran. Estos van a velar, primero y principalmente, por lo suyo. Y luego por lo de los demás. Mejor tomar el toro por los cuernos antes de que no se pueda parar una embestida que parece inevitable. Cuestión de confianza.
«De este modo, y como por arte de birlibirloque, llegaríamos de nuevo al famoso amero del fundamentalista Turner. La excusa de la adecuación del billete verde a una nueva divisa de carácter transfronterizo podría servir para la realizar el movimiento que hemos comentado de forma indirecta, mediante el establecimiento de un tipo de conversión artificialmente depreciado. Cualquiera deja pasar una oportunidad como ésa, ¿no creen?»
TEXTO COMPLETO EN http://www.cotizalia.com/cache/2008/12/11/opinion_85.html