Eso es lo que sugiere el editorialista de El País en un comentario de hoy mismo titulado «Sin Retirada Posible»:
Bagdad y Washington han de quitarle al terrorismo el suelo fértil que supone la comunidad suní, integrándola en el poder aunque boicoteara las elecciones. Y Bush habría de ser esta vez más sincero con sus conciudadanos y explicar que las tropas habrán de permanecer allí durante años. La mayoría que en su día le apoyó en esta aventura ha de saber que la retirada que ahora demanda es imposible porque equivaldría a una catástrofe para las democracias, los vecinos de Irak y, ante todo, para los iraquíes.
Utiliza los mismos argumentos que fueron usados por la derecha para oponerse a la retirada de las tropas españolas de Irak. Parece olvidar que el difícil equilibrio existente en ese país fue destruido —sin remitirme al proceso de descolonización y su creación como nación— por ingerencias occidentales desde que ordenaron a su agente Sadam atacar a la vecina Irán para combatir a Jomeini.
Lo armaron con armas convencionales y no convencionales, provocaron una masacre sin precedentes en la región que agravó las tensiones entre las comunidades religiosas internas. Ahora se están azuzando esas diferencias para crear un clima de guerra civil que justifique la presencia internacional ocupante. Los resultados de la mini encuesta que tengo activa en el Blog así parecen reflejarlo. Lo que no entiendo es cómo un editorialista de un periódico de la talla de El País no se de cuenta. ¿O es que obedece a otro tipo de estrategia relacionada con el giro que ha dado nuestro gobierno en sus relaciones con Estados Unidos?. ¿Por qué no habla de resistencia y sólo de terrorismo? Esto cada vez huele peor.
Ayer mismo Haro Tecglen volvía a poner el dedo en la llaga en su Barra Libre.