Obama: el encubierto agente de la revoluci�n

El encubierto agente de la revoluci�n

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Obama fue el candidato del ala izquierda de la CIA y con �l han recuperado el poder los pupilos de la Trilateral

Barak Obama fue el candidato de la comunidad de la Inteligencia. M�s exactamente, representa el ala izquierdista de la CIA, lo que no es sorprendente salvo si se tiene una idea demasiado simplista de la Central. El mundo lo mueven las fuerzas revolucionarias, aunque aparentemente no se note su fuerza de gravedad.

El escenario ha cambiado radicalmente. Se han ido los�neocons de la Casa Blanca. Todav�a acarrean las culpas de casi todo lo malo que ha ocurrido en el mundo, y es cierto que se equivocaron. Casi nadie se acuerda ya de que el mundo era un lugar apetecible para vivir y esperar vivir mejor. La seguridad colectiva, el mundo de la estabilidad cambiante, el para�so de los peque�oburgueses viviendo de las migajas de los grandes especuladores, se fue literalmente al carajo.

Los�neoconno han sido sustituidos por una clase pol�tica honesta y limpia, dispuesta a cambiar los paradigmas, porque tal cosa no existe. Han vuelto los viejos monstruos agentes de la revoluci�n: tipos como Brzezinski y Soros, los inmortales, dispuestos a cambiar la cara visible del imperialismo.

El poder en Washington ha pasado de los�neocon a la Trilateral. Vuelven los pupilos de una organizaci�n nacida para lograr una utop�a contra natura: que las riendas del mundo sigan en las mismas manos de los que las tuvieron durante siglos, hasta que fueron arrebatadas por los rebeldes del gran sue�o americano.

La Trilateral entr� en la Casa Blanca con Carter, apoyado por sus amos David Rockefeller, Zbigniew Brzezinski y Paul Volcker. Aquella Administraci�n provoc� no menos de cinco millones de muertos, sin contar los que fueron condenados en el libelo�Informe Mundial 2000 con el que se inici� la despoblaci�n de �frica.

Brzezinski manipul� las cosas para que los rusos invadieran Afganist�n, provoc� la guerra Irak-Ir�n, mientras que Volker elev� el inter�s del dinero hasta el 22%, lo que signific� la destrucci�n de la infraestructura industrial norteamericana (y de rebote, la espa�ola).

Obama fue reclutado por Brzezinski cuando estudiaba en la Universidad de Columbia. All� entr� en contacto con la Trilateral y el Club de Bilderberg, uno de cuyos mentores es el neoliberal Joseph Nye, el principal apoyo ideol�gico de Obama y el que lo introdujo tambi�n en la Ford Foundation (la instituci�n m�s conservadora de EEUU, al servicio de la oligarqu�a financiera), en el Council on Foreign Relations y en la Escuela de Chicago (con el profesor Austin Goolsby, de la extrema derecha econ�mica).

La Fundaci�n Gamaliel

La madre de Obama, Stanley Ann Dunham, de fachada procomunista pero relacionada con los servicios de inteligencia, sirvi� a la Ford Foundation y al Banco Mundial . Su hijo trabaj� para la Fundaci�n Gamaliel, junto al militante palestino y amigo suyo Rashid Khalidi, portavoz de Arafat. Probablemente all� es donde Obama se interes� por el programa de llevar la sanidad p�blica a toda la gente y aprendi� a gestionar el trabajo social.

En la misma fundaci�n estaba Bill Ayres, activista revolucionario en la d�cada de los sesenta y protector de Obama. Este se sent� durante 20 a�os en las rodillas de Jeremiah Wright el activista de la teolog�a de la liberaci�n negra.

La compleja personalidad de Obama dibuja la figura de un presidente de la primera potencia en guerra permanente, puesto que la paz no es posible hasta que el imperio imponga su�Pax Mundial. Su pensamiento pol�tico se sustenta en los or�genes de EEUU, surgidos de una guerra por la libertad, la justicia y la igualdad. La estrategia global ser�a lograr la hegemon�a de EEUU como garante de sus principios.

Brzezinski y los suyos hace tiempo que estigmatizaron a Rusia y a China como los principales enemigos, por lo que quieren utilizar a los radicales contra los enemigos de EEUU. Desde antes del 11-S, el servicio de inteligencia norteamericano apoyaba a Al Qaeda y a los talibanes para lanzar a los uigures musulmanes contra el Gobierno chino, y a los talibanes contra los aliados rusos de Asia Central.

El objetivo de la presencia en Afganist�n no es erradicar Al Qaeda, ni a los talibanes, con los que no tardar�n en entenderse, sino estar en situaci�n de golpear a Rusia y a China. China tiene la econom�a m�s fuerte del mundo, disciplina social, abundante mano de obra y clase media en ascenso. Rusia posee las mayores reservas mundiales de gas y de petr�leo. Las dos superpotencias convergen en la Organizaci�n para la Cooperaci�n Shan-ghai, creada en 2001 (con Kazakst�n, Kirguist�n, Tayikist�n, y Uzbekist�n).

El viejo Gran Juego

La esencia del nuevo imperialismo es reproducir el viejo Gran Juego de utilizar a una peque�a potencia para atacar al objetivo y hacer que los vecinos se peleen entre s� de forma que gane el aliado. Se destruye a Pakist�n, con el pretexto de bombardear a Al Qaeda. Curiosamente ni Bush, ni McCain, ni Clinton estuvieron de acuerdo en bombardear Pakist�n, Obama, s�. �Por qu�? Porque Pakist�n es un aliado tradicional de China.

Esta depende de �frica para abastecerse de materias primas y de petr�leo, especialmente de Sud�n que le suministra el 8% de sus necesidades de crudo. Hay que echar a China de �frica y aislarla, para que si se le priva de aprovisionamiento de energ�a vaya a buscarlo a Siberia Oriental, donde hay abundancia de materias primas y muy poca poblaci�n.

El problema est� en que Pek�n y Mosc� conocen el juego, y al mismo tiempo toda la estructura financiera anglo-estadounidense est� en profunda crisis. Obama domina el escenario ideol�gico que llevar�a a una revoluci�n sin precedentes, pero carece de aliados capaces de entenderla y el mundo ha sido ganado por la irracionalidad y el caos destructivo. La esperanza es una quimera, por lo que ning�n revolucionario consecuente la ofrece. El mundo nuevo, precisamente por serlo, surge cuando el viejo ha desaparecido por completo sin que pueda imaginar c�mo ser� el que le suceda.

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