Decrece el apoyo a la guerra de Libia

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caballo aznar

Como siempre ocurre en las guerras de agresión como la de Libia, cuando comienzan a conocerse más y más detalles de lo que realmente acontece sobre el terreno y las verdaderas motivaciones que las impulsan, la supuesta unanimidad inicial de la opinión pública comienza a resquebrajarse. A los medios de comunicación les resulta cada vez más complicado mantener el discurso inicial basado en prejuicios, falsedades y propaganda. Los consumidores de información pueden comenzar así a pensar sin tanta presión mediática martilleando sobre sus cabezas, aplicando sus propias convicciones morales o el puro raciocinio a la hora de analizar las situaciones. Pero cuando la maquinaria de desinformación masiva lleva funcionando tanto tiempo —y tan bien— no pueden esperarse cambios masivos en el sentir de la ciudadanía a pesar incluso que los columnistas, tertulianos y editorialistas hoy ya no son los aguerridos uniformados del inicio de las hostilidades, más peligrosos incluso que los mismísimos tomahawks imperiales. Afortunadamente ya existe lugar para cierta disidencia.

Libia no iba a ser la excepción. Aunque inicialmente sólo Izquierda Unida, algunos movimientos sociales y cierta intelectualidad progresista se posicionó claramente contra la agresión occidental al país africano, el número crece y crece sin cesar. De las tímidas equidistancias iniciales se ha pasado a muchas condenas sin ambages. En nuestro país el diario Público, que como todos los demás se cuadró obediente al toque de las cornetas, parece recular ahora y enfatiza sobre los intereses occidentales en el petróleo libio y en los beneficios que se podrán conseguir derrocando al dictador. Aunque haya sido demasiado tarde, prácticamente ha sido el único mass media que da cabida a informaciones discrepantes del mainstream dominante y es un hecho a valorar en su justa medida. Afortunadamente, Rebelión, Kaos, Nodo y algunos otros sitios web nos ofrecen suficientes noticias y análisis para confrontar tanta superchería manipuladora destinada a generar los consensos necesarios para machacar y robar impunemente los recursos naturales de un país soberano.

La excusa de ayer fueron las armas de destrucción masiva en Irak, antes de ayer los asesinatos de niños en Kuwait, mañana quizá las armas nucleares de Irán. Hoy las matanzas de civiles desarmados a manos del ejército, los mercenarios y los partidarios de Gaddafi. Nunca hubo más evidencias que las inventadas por los maestros de la propaganda, esta vez de la mano de Al Jazeera, cadena que ha quedado gravemente expuesta y desacreditada ante todo el mundo por su visión parcial e interesada de los hechos y por estar al servicio de intereses ajenos a los del mundo árabe e islámico al que dice defender.

Son muchos los motivos que están inclinando el fiel de la balanza en favor de la no intervención extranjera en el conflicto libio:

Las críticas en el frente belicista

Nada más iniciarse los bombardeos y viendo los objetivos reales de los mismos, algunos países rechazaron las extralimitaciones de EEUU y sus aliados. El desprecio a la Resolución 1973, que quedó desnuda como una mera excusa para la intervención militar encaminada a derrocar al régimen Libio, resquebrajó la unidad o el lábil consenso logrado en el Consejo de Seguridad de la ONU. La implicación directa en la guerra civil desde el primer día, la presencia de tropas de tierra en operaciones secretas y en el señalamiento de objetivos, el bombardeo de áreas urbanas lejos de los frentes de guerra provocaron las críticas de Rusia, China, la Liga Árabe, la Unión Africana y todos los países bolivarianos, entre otros.

Las comparaciones son odiosas

Cuando la opinión pública es capaz de sopesar lo sucedido en situaciones y conflictos anteriores como el de Gaza durante la operación Plomo Fundido, o con lo que está sucediendo hoy mismo en Yemen, Bahrein, Costa de Marfil, etc., es fácil cuando menos sospechar que lo que nos cuentan los medios o nuestros responsables políticos es sólo una cortina de humo para tapar las motivaciones reales que mueven los hilos de la guerra. A pesar del consenso cocinado en el Consejo de Seguridad de la ONU, la pasividad o la complicidad con crímenes provocados por los aliados de los EEUU deslegitima la intervención extranjera al obedecer a motivos espurios. No comparto la alegría de Ramonet al aplicar la Resolución 1674 de injerencia para la salvaguarda de los pueblos puestos en peligro por sus propios gobiernos. O la ley es ciega o no es ley. Así el Consejo de Seguridad y las convenciones internacionales se desvirtúan convirtiéndose en instrumentos antidemocráticos al servicio del imperio o el neocolonialismo.

El fracaso de las misiones internacionales para culpabilizar a Gaddafi

El inicio de las operaciones militares contra el gobierno Libio se apoya en una serie de supuestas matanzas de civiles ordenadas por Gaddafi que se admiten como un auténtico dogma de fe, sin el sostén de pruebas serias que las constaten. A pesar de que al menos tres equipos de diferente naturaleza han viajado al país para obtener pruebas que inculpen al líder árabe, sus conclusiones no han podido ser más descorazonadoras para los propagandistas. Periodistas de varios países, el equipo de la UE comandado por Catherine Ashton y los enviados del Tribunal Penal Internacional volvieron prácticamente con las manos vacías. Los bombardeos sobre la población civil, los combates en Trípoli eran puras invenciones interesadas como parte de un complot perfectamente organizado. El TPI sólo halló evidencias de siete asesinatos de manifestantes de difícil atribución o a fuerzas regulares o a leales al régimen, paupérrimo botín para los miles de asesinatos esperados, las fosas comunes anunciadas y hasta ridículo si lo comparamos con las matanzas probadas provocadas por países aliados de EEUU. El resto el propio Ocampo lo atribuye a un conflicto armado, nada que ver con las versiones oficiales de gobiernos y empresas de comunicación. Obviamente sobre estos temas apenas si se insiste en los media, no vaya a ser que se desmonte todo el castillo de naipes que tan cuidadosamente han logrado construir para saquear Libia.

Los cables de las embajadas

Los archifamosos papeles de Wikileaks han demostrado la obsesión de EEUU por el petróleo libio y sus ansias por controlarlo. No en vano el país cuenta con las mayores reservas de toda África y posee un crudo muy fácil de extraer. El problema es que, aunque el coronel había sido rehabilitado por el capitalismo mundial, no era un líder muy confiable, tenía el petróleo nacionalizado y ponía muchas trabas a la explotación por las multinacionales del sector. Sobre todo porque ponía exigencias económicas demasiado duras a las empresas externas que podían ser un mal precedente para la imagen de otros gobiernos más dóciles. Como siempre relata Chomsky, el verdadero peligro para el imperio no es el signo de ningún gobierno, sino el grado de nacionalismo y de protección de sus recursos naturales o estratégicos.

Las luchas intestinas en occidente

La guerra abierta entre Francia e Italia por el control de la Libia post Gadaffi, aunque tampoco alcance grandes titulares, es una vergüenza digna de carroñeros. El ardor guerrero de miniNapoleón ha chocado con un Berlusconi que pretende seguir teniendo un trato preferente en la extracción del crudo libio (controla casi el doble que Francia en la actualidad). Filtraciones de los servicios secretos italianos acusan a Sarkozy de preparar las revueltas el pasado año, mucho antes de iniciarse el tsunami democrático en Oriente Medio y el Magreb. Aquellos periodistas y tertulianos que no paran de vincular la guerra civil libia con los sucesos de Túnez y Egipto deberían leer más allá de los titulares de las primeras páginas de los medios cortesanos.

El papel de Al Qaeda en las revueltas

¡Cómo no tenía que aparecer al Qaeda en escena! Gaddafi mantenía discriminada a la maravillosa región de la Cyrenaica por temor a las inclinaciones salafistas de parte de su población, uno de los viveros de combatientes yihadistas más importantes del mundo. Famosos terroristas alojados por varios años en Guantánamo están liderando a los rebeldes en ciudades importantes de Libia. Se calcula en casi dos mil combatientes de al Qaeda los que están, de nuevo, al servicio de EEUU como ya ocurrió en Afganistán, Chechenia, en los Balcanes e incluso en Irán. Ese es el motivo oficial por el que el gobierno de Obama duda en armar a los rebeldes libios, ya que la opinión púbica norteamericana se ha hecho eco de esta contrariedad, cosa que aquí apenas si se ha oído o leído en los medios genralistas. Algunos analistas y destacados políticos apuestan por la balcanización de Libia y la creación del emirato islámico de Bengasi, un estado islámico a las puertas de Europa, algo también puesto de manifiesto por el gobierno de Israel por boca del mismísimo Netanyahu.

Las movilizaciones

Aunque aún son bastante tímidas, algunos partidos de izquierda se han posicionado claramente en contra de la intervención occidental. Se han unido gentes del mundo del espectáculo e intelectuales cuya actitud, al menos, puede hacer dudar a mucha gente de que el discurso oficialista sobre el tema presenta no pocas grietas, incongruencias e inconsistencias como para que personas reputadas y con talla intelectual y política se manifiesten claramente contra esta guerra de agresión.

Tras la experiencia desastrosa de relaciones públicas que supuso la guerra de Irak, el imperio se ha cuidado mucho de repetir los errores del pasado y ha montado, con el inestimable servilismo de Al Jazeera, una operación de propaganda que nos sitúa a los opositores a la injerencia humanitaria en una posición social bastante incómoda aunque no tenga necesariamente nada que ver estar en contra de la guerra con el apoyo al régimen de Gaddafi. Es lo que conlleva y ha conllevado a lo largo de la historia el no seguir los dogmas de fe y los dictados de los poderosos. Lo que es seguro es que, con el paso del tiempo y el conocimiento de más detalles de la operación bélica, mediática y económica lanzada por occidente, los apoyos guerreros decrecerán proporcionalmente. Probablemente ya sea muy tarde, pero al menos la hipocresía occidental servirá para resaltar el doble rasero de las potencias mundiales en otros escenarios y forzarán a algunos a admitir determinados cambios impelidos por las fuerzas revolucionarias de Oriente Medio y el Magreb.

11 Comentarios

  1. juanlu, que clase de rebeldes pueden ser aquellos q se hacen aliados de las grandes corporaciones europeas o yankees?.rebeldes pro norteamericanos ?o gente usada por la propaganda de las petroleras occidentales?.tengo muchas preguntas y ninguna respuesta….

  2. Sbado 9 de abril de 2011. Ministro Jos Blanco en Teatro Principal de A Estrada (Pontevedra) a las 21 horas. Acudid con pancartas por el:

    NO A LA CRIMINAL GUERRA DE LIBIA!

    NO A LOS INDECENTES RECORTES SOCIALES!

    NO A LA REDUCCION DE SALARIOS QUE PRETENDEN!

  3. Cada da que pasa tengo ms claro, que en la aventura libia, Occidente se ha metido en arenas movedizas, de las que les va a ser difcil, no solo lograr sus objetivos principales, sino que se van a encontrar sumidos en un marasmo de dudas e importantes disensiones internas.

    Me da, que se estn planteando, como ltima alternativa, dividir el territorio para pillar cacho, que es lo que piden las corporaciones petrolera. Claro, que quien controla totalmente los pozos es el rgimen y, los grifos de la costa los estn asegurando a pesar de los bombardeos de la OTAN. Lo que indica la escasa incidencia de una «rebelda» que se va agotando en apoyo social interno.

    En definitiva, una aventura que les va a vaciar las exiguas arcas sin conocer quien va a cubrir esos gastos (Qatar y Arabia Saud ya veremos si pueden hacerse cargo), sin un botn al que recurrir.

  4. mikel , vos fijate una cosa .se inicio una campaa militar aun antes de la intervencion de la otan contra libia.el mundo arabe convulsionado , q egipto , q tunez , q messi ,etc, etc,en medio de la crisis y de un revoltijo informativo , de la noche a la maana ,surge el supuesto conflicto de libia ,con sus supuestos decenas de miles de muertos antes de la intervencion de la otan.aun asi , y anque no lo puedan creer los yankees , hay mentes lucidas q saben bien lo q es «podrir una operacion».las petroleras occidentales estan a punto de fracasar en su intento de golpe de estado.

  5. Las «Intervenciones humanitarias» como nuevo mantra es lo que tiene. Que puede fallar y les puede salir ms caro el collar que el perro.

    El caso es que, Libia y Costa de Marfil se han convertido estos das en los primeros intentos de plasmar la nueva estrategia Occidental para rapiar los recursos de sus viejas colonias, que se les escapan a China, que les va comiendo «la merienda», pas a pas, sin pausa y con ofertas mucho ms ventajosas.

    Pero, tambin ocurre, que la OTAN (Occidente) ni siquiera llevan camino de lograr sus verdaderos objetivos: derrocar a sus regmenes e instituir virreinatos bajo cuerda. Ya estn reconociendo que va a ser imposible derrocar el rgimen libio y que tendrn que negociar con quienes hace una semana ya les ofrecieron un dialogo al que Francia, UK o Spain despreciaron.

    La cosa es que, tanto Gbagbo como Gadafi resisten, y la sensacin de impotencia europea puede acelerar su declive a ojos vista reconociendo que la nica solucin para solucionar esos embrollos deber ser poltica y contando con ellos.

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