Ataque coordinado de los especuladores contra los países periféricos de la UE

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Estamos asistiendo a una nueva oleada de ataques contra el euro. Las primas de riesgo están en valores estratosféricos. Grecia (sobre los 1.500 puntos básicos) puede acabar en quiebra si no se produce un nuevo rescate. Irlanda (1.000 puntos) no levanta cabeza y Portugal (1.000) también se sitúa en el punto de mira de los especuladores. Pero España (330) tampoco escapa a las presiones y al club se le acaba de unir Italia (300) en una espectacular subida motivada por las políticas de Berlusconi que pretende dejar el gobierno jugando a contracorriente en lo que toca a gasto público, pero además con unos índices elevadísimos de evasión fiscal, corrupción e inestabilidad política.

Junto a los envites de los mercados, las agencias de calificación norteamericanas hacen lo propio y amenazan y rebajan las calificaciones de banca en Portugal e Italia y de la deuda pública de los países periféricos de la UE mientras miran para otro lado en lo que respecta a la situación interna de su propio país y de los estados de la unión, en muchas ocasiones, en peor situación que los europeos.

Las bolsas están por los suelos, pero la UE sigue sin tomar medidas que no sean las de políticas contra la ciudadanía y para ralentizar (o evitar) la salida a la crisis. En todo caso, siguen exigiendo privatizaciones y venta de patrimonio público a precio de saldo para que la banca termine de apropiarse de los despojos de los estados con ánimo de calmar sus ansias especuladoras, cuando realmente se trata de darles premios a sus espurias acciones que sólo van a alentarlas en una espiral sin fin.

De lo único que parecen haberse dado cuenta es del papel de las agencias de rating y de su nada transparente ni objetivo proceder. Se habla de montar una agencia pública europea e incluso de legislar de urgencia para impedir que estos organismos puedan calificar la deuda pública por un periodo de tiempo concreto mientras dura la crisis. También sería útil que el propio BCE o los gobiernos dejara de usar las calificaciones de las agencias como criterio de inversión, es hora de pasar de las críticas a la acción si se quiere salvar este invento.

No cabe duda que, desde la ortodoxia política ese podría ser un camino a seguir, desde la heterodoxia se podrían imaginar muchas y más soluciones, probablemente más resolutivas, justas y equitativas: banca pública, tasa Tobin, eliminación SICAV y paraísos fiscales, renta básica, fiscalidad progresiva, nacionalización sectores básicos, limitación beneficios de la banca y las grandes empresas…

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