Hace unos pocos dÃas VEO7 cerró definitivamente sus emisiones. Con 13 millones de euros de pérdidas acumuladas, el canal de Pedrojota del grupo de El Mundo ha sido sustituido por la Teletienda mientras no venga algún otro inversor que quiera hacerse cargo de la licencia nacional de TV y de las deudas (cosa harto improbable en los tiempos que corren donde la publicidad no fluye como antes y donde tampoco hay tanto público de extrema derecha como para mantener una audiencia decente).
Un mes antes habÃa caÃdo Canal10, la cadena de Vocento, editor del periódico ABC, dejando de emtir producción propia mientras acaba de venderse o hundirse del todo.
Pero no acaban aquà los problemas del grupo, Libertad Digital TV, la cadena de Losantos, arrastra deudas millonarias que se convertirán muy pronto en un problema de liquidez que impedirá hacer frente a gastos corrientes, según palabras del propio lÃder, el talibán de sacristÃa, como fue retratado en su dÃa.
IntereconomÃa tampoco se salva, el canal nacional conocido por sus posicionamientos neoconservadores, frentistas, radicales, marcados por el odio visceral más que por la información está en problemas. Evidentemente, la desaparición de VEO7  y Canal10 mejorarán su share y los ingresos por anuncios, pero nadie pide dinero a los espectadores para sostener a una cadena de televisión digital si no es porque falta financiación. Parece que con la visita futura del papa pretenden relanzar la cadena atrayendo para sà a la derecha nacional católica pero está por ver que aguanten mucho. Julio Ariza, dueño y señor de IntereconomÃa, ex diputado del Partido Popular, es una persona bastante cercana al Opus Dei y a lo más rancio de la conferencia episcopal, no en vano es Ãntimo amigo de monseñor Rouco Varela. Quizá la intercesión divina (y la plata de Ariza) haga que sea la que perdure de todo el grupo.
La irrupción de las cadenas de extrema derecha en el panorama televisivo se produjo al amparo de algunos gobiernos regionales del PP con la pasividad de un gobierno socialista que no supo ver el alcance de la que se venÃa encima. Presidentes regionales como Camps o Esperanza Aguirre no han dudado en hacer todo lo posible para deteriorar sus cadenas públicas o plantear directamente su privatización en aras de favorecer a lo más granado de los ultras mediáticos del paÃs.
Es posible —y deseable— que sigan desapareciendo por puro cainismo y selección natural, pero durante su corta vida habrán contribuido notablemente al desgaste del gobierno del PSOE y a propagar en cierta parte de la sociedad de nuestro paÃs ideas absurdamente revisionistas sobre la dictadura franquista o el sentimiento de orgullo de pertenecer o militar en posiciones de la derecha más extrema. Ese será su legado y uno de los más graves errores del amortizado presidente Zapatero.
Por fin
Totalmente de acuerdo. El problema es que tratándose de la extrema derecha, no es improbable que algún acaudalado gilipollas dedique o legue su fortuna a refinanciar o relanzar alguna de estas caspo-teles. Recuérdese si no el papel de ciertos renombrados industriales en la época del Tercer Raich.