Desde el inicio de la recesión se sabía que los paquetes de medidas de austeridad en el gasto público europeo no iban a servir para nada. En todo caso para retrasar el momento de salida de la crisis y, llegado el caso, para impedirlo, que es lo que está sucediendo ahora. Nunca fue nada desconocido para nadie, en su momento incluso se llegaron a cuantificar de manera precisa los impactos negativos sobre el crecimiento de los planes del gobierno socialista empujados por organismos internacionales y la propia UE encarnada en la triste figura de Angela Merkel. Parecía que toda la política económica tenía que centrarse en satisfacer a los mercados para conseguir financiación con la confianza de que, a pesar del enfriamiento por la contención del gasto y la ausencia de crédito, se saldría de la crisis con el paso del tiempo.
Pero no ha sido así, todo lo contrario, el crecimiento no llega, los mercados demuestran que son insaciables y el riego de recesión es más que real. Sin embargo, a pesar de las críticas, Europa seguía revolcándose en la autocomplacencia en la creencia de que no había otra manera de hacer las cosas. Los países periféricos están sufriendo particularmente las consecuencias de este proceder. Se están financiando con altísimos intereses (cercanos al 5%) que triplican el precio del dinero que el Banco Central Europeo da a los bancos para que compren deuda soberana. Un negocio absurdamente redondo que sólo consigue empobrecer más y más a los gobiernos y a sus pueblos. De seguir así, Irlanda, Grecia, Portugal, Italia, España… van a estar en una situación parecida a la de muchos países latinoamericanos de finales del siglo pasado, endeudados de tal manera que la mayor parte de su presupuesto tienen que destinarlo a pagar, no ya la deuda, sino sus intereses, metidos en una espiral sin fin que desembocará indefectiblemente en el agravamiento de la conflictividad social.
La cuestión es que el hundimiento de Grecia y el presumible contagio a otros estados de la zona UE ya está poniendo en peligro a EEUU y a los países en vías de desarrollo, a la economía mundial en suma. Por eso, desde el exterior, están tratando de obligar a la zona euro a cambiar de rumbo. Para empezar, nos piden despejar las dudas sobre la ayuda al país heleno, que podría incluso entrar en suspensión de pagos si no se libera el siguiente plazo de la ayuda prometida. Pero además exigen que se aumente considerablemente la capacidad del fondo de rescate y que los planes de autoridad se conviertan en planes de estímulo a la economía mediante el aumento de la inversión obviando la obsesión del endeudamiento.
Es probable que, de una vez por todas, Trichet se decida a bajar los tipos de interés, toda vez que con el estancamiento de Alemania y Francia, no hay riesgos inflacionistas a la vista en las locomotoras continentales. La emisión de eurobonos, a pesar de las reticencias de Merkel, puede estar más cerca que nunca, quizá incluso puede que se acerque el momento de ahondar en la armonización fiscal y económica de la UE, otro pedido recurrente para contrarrestar a los mercados.
EEUU, el FMI y el G-20 le están poniendo las pilas a la anquilosada y esclerótica Europa para que reaccione con rapidez sin mirar agendas particulares, réditos electorales o eternos plazos amparados en procedimientos burocráticos internos y pare este nuevo terremoto cuyo epicentro se sitúa en Bruselas y amenaza con extenderse a todo el orbe como ha sucedido en esta semana negra para las bolsas de todo el mundo. Particularmente, Wall Street ha cerrado la peor semana de los últimos tres años. El FMI ha declarado sentirse impotente ante la magnitud del desastre que puede venirse encima a corto plazo.
Y la tan cacareada reforma o refundación del capitalismo, fuera de todas las agendas…
Españistán y su Justicia. Familia perseguida y acosada desde el año 2001 (¿dónde se escondió la llamada Democracia y el tan cacareado Estado de Derecho?):
http://aims.selfip.org/~zzz_AQ8OVAPXU62DG7YC/doc/cap_0700.htm
El FMI ha declarado sentirse impotente ante la magnitud del desastre que puede venirse encima a corto plazo.
Y ¿qué tiene que decir el FMI de esta nueva noticia que está corriendo como la pólvora por internet? Alemania desengrasa la maquinaria para volver e imprimir los DMarks.
Irlanda creo que está por el mismo camino, según he leido.
¿Que tiene de cierto? Pienso que nada pero quien la ha iniciado sí que debe perseguir algo.
http://ultimasnoticiaspress.blogspot.com