Esto es lo que sucede cuando se juega con fuego, al final se sale quemado o, cuando menos, chamuscado. El seguidismo europeo de las políticas de Estados Unidos e Israel nos va a salir bien caro a todos y a todas. Cualquier persona bien informada sabe que lo del programa nuclear de Irán es un montaje para debilitar al país de los ayatollahs e impedir que tengan influencia en el contexto regional donde Israel y su aliado Saudí, pretenden seguir siendo los gallos del corral con el permiso imperial. Ya sucedió con las armas de destrucción masiva fantasmas de Irak, con los asesinatos de niños en las incubadoras kuwatíes a cargo de los invasores iraquíes o con los asesinatos masivos de manifestantes pacíficos en Libia inventados por Aljazeera. Cuando Bush estaba a punto de atacar a Irán, en una maniobra inaudita, todas las agencias de inteligencia del país se aprestaron a dejar dicho en un comunicado conjunto que el incipiente programa militar nuclear había sido abandonado hacía bastantes años y que no tenían ninguna intención de volverlo a activar. De lo que se trata en este juego es de crear un problema partiendo de bases falsas y acusar a Irán invirtiendo la carga de la prueba, de manera que sea la república islámica la que tenga que demostrar que no pretende hacer algo que no está haciendo, cuestión por principio indemostrable para aquellos que se han inventado las acusaciones.
Pero, después de las bravuconadas y de los inminentes planes de ataques siempre pospuestos, ahora toca rebajar la tensión militar y ahondar en las sanciones económicas para desestabilizar el país y montar una nueva primavera árabe, o más bien persa, en base al descontento causado por el deterioro de las condiciones de vida del pueblo. En julio, la UE ha decidido implementar un embargo petrolero sobre Irán. Los países sureños, los que están en peores condiciones económicas (Gracia, Italia y España) son los que más crudo iraní consumen y los que tendrán que buscar fuentes alternativas. Teniendo en cuenta que ya hemos pasado el peak oil y que, cada vez es más difícil conseguir a buen precio el necesario combustible, es una auténtica chorrada. Normalmente las crisis del petróleo las montaban los dueños del crudo, pero esta la quieren montar los consumidores de un material escaso y necesario. Así que Irán, que ya tiene buscados compradores alternativos, ha decidido acabar con el plazo que se habían dado en la UE para asegurarse los suministros en plan alternativo y han decidido golpear ellos primero dejando de vender el petróleo y trasladando a China el sobrante europeo.
Nada más que con el anuncio, el precio del barril ya está disparado, Irán está ganando más dólares y los consumidores, si ya se nos puede llamar así, somos cada vez más pobres. Todo para mayor gloria de EEUU e Israel. Ya sabemos a quién atribuir el exceso en la factura de la gasolinera de los próximos días. A ver si tomamos nota, de momento ya son 8 dólares el barril, pero seguro que tiene mucho más recorrido alcista. Irán ha amenazado a Arabia Saudí si inunda el mercado con parte de la cuota que ahora está «asignada» a su país y anuncia que lo vería como un acto de guerra.