Israel sigue violando el alto el fuego a diario

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Esta es otra noticia de esas que pasa desapercibida por los medios de comunicación al uso a pesar de su relevancia y a pesar de proceder del mayor organismo internacional. Me ha llegado por correo electrónico por estar subscrito a los titulares en castellano de la web Democracy Now!, de Amy Goodman, prácticamente la única red independiente de noticias que opera de manera más o menos global en los Estados Unidos. La noticia está fechada en el viernes día 1, literalmente dice así:

ONU: Israel comete 70 violaciones al cese del fuego mientras que Hezbolá comete cuatro

Mientras tanto, Israel está siendo criticado por continuar atacando Líbano a pesar del cese del fuego negociado por la ONU. La ONU dice que Israel cometió 70 violaciones desde que se impuso el alto al fuego, mientras que Hezbolá ha cometido cuatro violaciones durante el mismo período de tiempo.

Como siempre, he hecho una búsqueda en las noticias de Google en castellano y apenas si ha aparecido nada distinto en nuestro idioma. La agencia de noticias palestina Ma´an sí se ha hecho eco hoy mismo de esas declaraciones de Annan, reforzando el argumento con otras noticias del New York Times que afirman que Israel envía patrullas nocturnas a Líbano aunque se guardan de no entrar en las ciudades y que Hezbollah ha ganado popularidad en todo el país, incluidas las zonas cristianas.

¿Curioso, no? Seguro que si a Hezbollah se le ocurriera disparar un sólo cohete sería la noticia de apertura de todos los telediarios del mundo.

11 Comentarios

  1. No hay más ciego que el que no quiere ver… ¿te crees lo que escribes o es sólo pose obligada?

    Ya conocía la noticia aunque curiosamente le han cambiado el título, antes era «Siniora: We reject all Israeli peace overtures», Israel dice que quiere la paz pero sin devolver lo robado a sirios, libaneses y palestinos, dice que quiere la paz sin pagar los daños de la destrucción causada hace unos días de manera gratuita, eso es echarle morro al asunto!, retórica propagandística vacía para entretener a tres ilusos, nada más. La paz no es la ausencia de violencia, es la erradicación de la injusticia que puede provocarla, eso lo saben hasta los niños pequeños.

    Querer la paz es demoler los asentamientos y devolver las tierras a sus legítimos propietarios, convocar una conferencia de paz y cumplir las resoluciones de la ONU, no hay más cera que la que arde, la respuesta de Siniora ha sido de lo más oportuno, es un conflicto más amplio que necesita una salida más global.

  2. Este tipo la ha clavado de nuevo:

    La victoria de Hezbola transformó Oriente Medio

    George Galloway
    The Guardian

    Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

    Mientras en Líbano se despeja el humo del campo de batalla de la guerra de 34 días, sería erróneo evaluar su coste únicamente en casas derruidas y tumbas recientes. Todo ha cambiado, ha cambiado completamente, por la derrota que ahora está discutiendo todo Israel, desde el gobierno hasta los amargados reservistas ante los puestos de falafel, pasando por la prensa. Prácticamente la única persona en el mundo que afirma que Israel ha ganado la guerra es George Bush, y todos conocemos bien qué entiende por las palabras «misión cumplida».

    Las noticias de que el dirigente de Hezbola, Hassan Nasrallah, lamentaba esta semana el haber subestimado la respuesta israelí a la captura de sus dos soldados eran erróneas. De hecho Nasrallah agradeció a Dios que el ataque se produjera cuando el movimiento de resistencia estaba preparado ya que él estaba convencido de que si no Israel habría invadido más tarde en ese año en el momento que eligiera.

    Si la feroz barrera de la resistencia iraquí impidió que la guerra de Bush se extendiera a Siria entonces la extraordinaria victoria de Hezbola seguramente he hecho que el mundo piense otra vez en un ataque a Irán . Pero el principal -y quizá el mejor recibido- giro en el paradigma que ya dura 40 años del conflicto israelo-árabe es el desmoronamiento de la creencia en una permanente e imbatible superioridad militar israelí sobre sus vecinos y la hubris que esto ha provocado en los dirigentes israelíes, desde el acicalado Shimon Peres hasta el trastabillante cargo Mr Magoo de primer ministro de Ehud Olmert, pasando por el alborotador Benyamin Netanyahu.

    El mito de la imbatibilidad es un soufflé que no puede montarse dos veces. Durante la semana pasada estuve andando con mucho cuidad por entre los escombros de Dahia en el centro de Beirut, que ahora parece el East End londinense en lo más duro de los bombardeos alemanes de 1940-41, y por el sur de Líbano en ciudades como Bint Jbeil cuyo centro parece que hubiera sufrido un terremoto. Los restos de armas prohibidas yacen ahí como una legal bomba de relojería -prueba de crímenes de guerra denunciados por Naciones Unidas y Amnistía Internacional que en un genuino sistema de justicia internacional llevarían a Israel al banquillo de La Haya. Esto, junto con la paliza que Israel ha recibido en la opinión pública internacional, es el daño colateral sufrido junto con la humillación militar.

    Israel anunció varias veces que había tomado Bint Jbeil, pero en realidad nunca tomó la ciudad -ni en realidad ningún otro sitio. A pesar de la lluvia de miles de toneladas de poderosos explosivos sobre casas, escuelas, hospitales, carreteras, puentes, ambulancias, puestos de Naciones Unidas, depósitos de petróleo, centrales eléctricas y prácticamente casi cada gasolinera en el sur de Beirut (parecía que los bombarderos tenían una sed demente de gasolineras mientras que decían al mundo que estaban invitando cortésmente a los residentes del sur del Líbano a entrar en sus coches y abandonar temporalmente sus casas), cuando llegaron los israelíes recibieron un fuerte vapuleo por parte de los combatientes de Hezbola.

    Paradójicamente, algunos creen que esto ha abierto una ventana a través de la cual es posible vislumbrar la posibilidad de un acuerdo global de conflictos que duran casi un siglo y que subyacen en esta última guerra. Ahora que ha sido erradicado el status quo anterior puede que incluso veamos emerger un momento FW de Klerk en Israel (y entre sus indispensables partidarios internacionales).

    El dirigente de las tribus blancas del apartheid en Sudáfrica esperó hasta que la masa crítica de oposición amenazara con aplastar la posición de la antes invencible minoría y vendió la transferencia de poder sobre la base de que más adelante, bajo una coacción más fuerte, un acuerdo sería menos favorable. La trayectoria de Israel se está encaminando ahora a este momento.

    Por supuesto un acuerdo global ahora se parecería mucho a lo que lo ha sido durante décadas: la retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967, respeto del derecho legal de los refugiados al retorno, la emergencia de un Estado palestino real con Jerusalén como su capital -un Estado contiguo con una frontera árabe, sin asentamientos sionistas ni carreteras militares, y con un control palestino, garantizado internacionalmente, sobre su tierra, mar y aire. A cambio habría reconocimiento árabe, normalización y, con el tiempo, la aceptación de Israel en Oriente Medio como algo diferente de una plaza fuerte del occidente imperialista.

    Igual que no se puede estar un poco embarazada un acuerdo no puede ser un poco global. Los intentos -como el de Oslo de hace más de una década – de confundir, recortar y esculpir este paquete hasta el punto de hacerlo irreconocible fracasarán en la nueva realidad.

    El mundo árabe está tomando conciencia de su poder potencial. Ha visto a los iraquíes frustrar los intentos británico-estadounidenses de recolonizar su país, la inquebrantable -sea cual sea el coste- resistencia palestina y ahora, el éxito de Hezbola. Si no hay acuerdo habrá guerra, guerra y más guerra hasta el día en que sea Tel Aviv la que esté en llamas y la intransigencia de los dirigentes israelíes haga caer todo el Estado sobre sus cabezas. Israel no es el único que pagará el precio de que continúe el conflicto: la larga injusticia de la desposesión palestina ya ha envenenado las relaciones entre occidente y los musulmanes, y ha contribuido a que se extienda la violencia y el odio a nuestras calles. Aún estamos a tiempo de elegir la paz. Pero, no nos quepa la menor duda, con la victoria de Hezbola ha nacido una terrible belleza.

    -George Galloway es diputado británico de Bethnal Green and Bow http://www.georgegalloway.com

  3. Pues venga hacemos un club de fans de George Galloway y le votamos para que gane el proximo Gran Hermano Vip. Mientras seguimos repitiendo el mantra Israel no quiere la paz.

    Juanlu: Cuantos muertos ha tenido Hizballah realmente? porque los muertos israelies tanto civiles como militares se saben, pero de Hizballah ni siquiera se sabe esa cifra. Cuantos prisioneros han capturado las IDF en estos 33 dias de lucha?
    Pero nada 3 victorias asi de Hizballah y el Libano no lo cuenta.

    Por que hay tanto argumento que se contradice?
    Va de Beirut a Bin Jbeil sin problema, pero el sur del Libano no estaba totalmente destrozado, incomunicado por carretera y ocupado por parte de Israel? No tiene miedo a los residuos de las armas quimicas?

    «El mundo árabe está tomando conciencia de su poder potencial. Ha visto a los iraquíes frustrar los intentos británico-estadounidenses de recolonizar su país, la inquebrantable -sea cual sea el coste- resistencia palestina y ahora, el éxito de Hezbola. Si no hay acuerdo habrá guerra, guerra y más guerra hasta el día en que sea Tel Aviv la que esté en llamas y la intransigencia de los dirigentes israelíes haga caer todo el Estado sobre sus cabezas. Israel no es el único que pagará el precio de que continúe el conflicto: la larga injusticia de la desposesión palestina ya ha envenenado las relaciones entre occidente y los musulmanes, y ha contribuido a que se extienda la violencia y el odio a nuestras calles. Aún estamos a tiempo de elegir la paz. Pero, no nos quepa la menor duda, con la victoria de Hezbola ha nacido una terrible belleza».

    Esto texto es el tipico de un amante de la paz entendida como sumision o nos plegamos a las exigencias de los extremistas de Hammas, Hizballah, Iran etc o lo pagaremos todos.
    Como no señor Galloway la culpa de los ataques a londres el 7 de julio y a madrid el 11 de marzo la tiene Israel.
    Pues nada otro mantra a repetir Israel siempre tiene la culpa, Israel siempre tiene la culpa.

  4. ¿Esta es una victoria (del mundo árabe)?
    Barry Rubin

    El mundo árabe esta asombrado de que los soldados de Hizbullah no dejaron caer sus armas y huyeran, y además lograrán matar a algunos israelíes antes de sufrir muchas más bajas y ver invadida su área operacional.
    Si esto es una victoria, obviamente las expectativas son bastante bajas. Para entender el extraño modo de pensar de la zona, aquí está mi selección favorita sobre la guerra:
    «Los libaneses pueden haber perdido muchos recursos económicos y humanos …, pero [aparte] de figuras y cálculos, han conseguido muchas ganancias,» escribió un columnista kuwaití.
    «Los militantes de la resistencia heroica del Líbano han demostrado al mundo que las fronteras libanesas no están abiertas a los tanques israelíes sin pagar un precio. Líbano sale victorioso en la batalla de la dignidad y del honor.»
    ¿En otras palabras, que son los cinco mil millones de dólares de dańos y pérdidas sí todo ello les hace sentirse bien? E, incluso, no se puede decir que las fronteras libanesas están cerradas a los tanques israelíes, solamente que la entrada no saldrá gratis.
    Siguiendo la costumbre del Oriente Medio las cosas son dichas sin un examen serio (lamentablemente demasiado raro). ¿Por ejemplo, cuál es el significado material actual de toda esta ‘visión’ de una victoria de Hizbullah?
    Respuesta: cercana a cero. ¿Qué va a cambiar gracias a ‘ella’ en el Oriente Medio? żAumentará la influencia iraní de algún modo significativo? Los únicos sitios donde la influencia iraní es significativa son Irak, donde los acontecimientos en el Líbano son irrelevantes, y el Líbano, donde la oposición a la intromisión iraní ha subido velozmente. Mientras tanto, los regímenes árabes se movilizan para oponerse a la amenaza iraní.
    El islamista sunnita ordinario puede cantar las alabanzas de Hizbullah durante unas semanas, pero sus líderes todavía odian a los chiítas.
    O bien, seleccione otra argumentación que se repite sin cesar. Los árabes dicen que Hizbullah ha restaurado su honor y mostró a Israel como vulnerable. ¿No les resulta familiar? Esto ya fue reclamado a finales de los ańos 60 con la OLP; después de la guerra de 1973; acompańando a las dos intifadas palestinos y en otras ocasiones. ¿Y, después de todo, si los árabes creen que Hizbullah liberó el Libano del Sur y Hamas hizo lo propio con la Franja de Gaza, que hay nuevo en todo ello?
    ¿Y del eterno complejo de inferioridad árabe? Nada parece curarlo. El ‘restaurado’ orgullo árabe se desgasta más rápido que la leche sin pasteurizar.
    Por supuesto, el verdadero elevador del ego debería ser una economía productiva, un nivel de vida más alto, una sociedad libre y unos buenos sistemas de salud y educativo. Pero aún esas necesidades no están en el orden del día. De hecho, la filosofía de resistencia realmente conlleva una resistencia a unos cambios que el mundo árabe necesita realmente.
    Lo que realmente cuenta es esto: Israel conseguirá un sistema anti-cohetes y anti-misiles, mejorará la defensa de sus tanques y solucionará otros defectos. Mientras tanto, Siria y el Líbano no tienen ninguna fuerza aérea seria, ninguna defensa antiáerea y ningun sistema de defensa costero. Y esto no va a cambiar.
    Israel reconstruirá el norte rápidamente sin ayuda externa. Por el contrario, en el Líbano – a pesar de la financiación internacional y del dinero iraní para Hizbullah – los dańos permanecerán probablemente sin arreglar durante ańos.
    żEsta es una victoria?
    Si usted piensa en los términos de los ańos 30 sobre la situación actual, estamos ahora en la fase de un frente unido contra el fascismo. Tan extrańo como parezca – y a pesar de mucho apaciguamiento verbal – todos los regímenes árabes, excepto Siria, tienen actualmente intereses paralelos a los de Israel y Occidente en su oposición al eje sirio-irani de Adolf Ahmadinejad y Benito Bashar.
    Para los liberales árabes esta situación plantea un gran dilema. Algunos dan un giro al apoyar a sus regímenes como males menores. Entre la supresión de esos regímenes y la manipulación de los islamistas, las elecciones y la democracia no parecen, ni probables, ni atractivas. El cierre de filas es visible, particularmente, en Egipto y Arabia Saudí.
    En Irak, a pesar del triunfo chiita en las elecciones democráticas, la experiencia del terrorismo y de la dictadura no genera entusiasmo sobre la nueva alianza islamista y los que la explotan cada día. En el Líbano, la mayoría cristiano-drusa-sunnita no esta conmovida con «los regalos» de Hizbullah.
    ¿Aún así, por qué deberían en el Oriente Medio arriesgar sus vidas para luchar contra la tiranía (o al menos una tiranía aún peor) si saben que Occidente no los apoyarán? ¿Sí Irán puede tener pronto armas nucleares y sí Siria apoya Hizbullah, quién defenderá a la oposición libanesa?
    Estamos acostumbrados al impulso de engańar a Israel a cambio de supuestas ventajas económicas o estratégicas. Pero ahora, el Líbano, desempeńa el papel de Checoslovaquia, especie de ‘premio’ si tanto Damasco como Teherán prometen comportarse.
    Por eso un elemento clave en nuestra tragedia regional, aparentemente eterna, son los intelectuales y políticos occidentales que piensan que el mundo vive en la Edad de Acuario, cuando realmente se acerca a la Era de Ahmadinejad.
    Sin embargo, la naturaleza del adversario es una fuente de esperanza. No dejará a los occidentales sin sus ilusiones, pero seguirá empujándoles hasta que se vean obligados a comprender y aguantar.
    Por supuesto, muchos buscarán soluciones fáciles: ¿Quizás Siria pueda ser separada de Irán o viceversa, o Hamas e Hizbullah puedan convertirse en movimientos moderados? Éstas son vanas esperanzas porque no sólo van a contracorriente de la ideología de los extremistas sino contra los propios intereses y sentido común occidentales.
    Irónicamente, el apaciguamiento es más peligroso cuando los extremistas están listos para realizar tratos favorables para ellos. Si Saddam Hussein hubiera estado preparado para negociar en 1991, habría conseguido muchos miles de millones de dólares y una rebanada de Kuwait. Si Arafat hubiera firmado un acuerdo con Israel en 2000, habría tenido un estado palestino y 20 mil millones de dólares. Estos dictadores podrían haber usado tales ganancias como un trampolín para incrementar sus agresiones. Por suerte, ellos – y sus imitadores actuales – no piensan así.
    La nueva sabiduría convencional de que Hizbullah ganó y que hay que precipitarse para pedir a los radicales que acepten concesiones no es real. Recuerden los dos últimos restauradores «victoriosos» del orgullo árabe: Saddam Hussein (en su celda), y Osama bin Laden (en su cueva).

  5. Claro, la victoria ha sido tan aplastante que Olmert se ha encumbrado como líder indiscutible en Israel para dos decenios más, Hezbollah ha sido destruida, su capacidad de lanzamiento de misiles anulada desde el tercer o cuarto día y ha sido rescatados los prisioneros. Creo que Bush y tú sois los únicos que pensáis que Israel ha vencido esta guerra 😆 😆 😆 😆

    Lo único que se ha demostrado es que Israel no posee ética alguna para machacar civiles indefensos desde el aire y demoler un país a su antojo y eso ha sido una muestra de debilidad más que otra cosa. Pero a Hezbollah apenas la ha rozado, al contrario ha salido reforzada del trance a todos los niveles, como ayer mismo decía el NYT. Es posible que hayan muerto unos 300 guerrilleros, pero imagina 2500 milicianos luchando contra 30.000 soldados apoyados por mar y aire, es de vergüenza la lección que les han propinado.

    Y por cierto, las peticiones de los «terroristas» son el cumplimiento de la legalidad internacional, fíjate qué cosas… a ver si es que los verdaderos terroristas son los otros, ay, ay, ay!

  6. Juanlu:
    Nunca he dicho que Israel ha ganado esta guerra, pero eso tampoco quiere decir que Hizballah la ha ganado.
    Pero nada que si Hizballah ha ganado que Nasrallah salga de su bunker (del que no ha salido desde que empezo la guerra) movilice sus tropas y yallah a acabar con Israel como prometio. Simplemente me da mucha pena que Nasrallah crea que ha ganado, que diga que lo ha hecho por Libano, cuando ha arruinado al Libano con esta estupida guerra que solo ha beneficiado a sus amos de Iran.

    b)Respecto a los atentados, simplemente creo lo que dicen los jueces y todavia no hay un solo israeli procesado por los atentados en Madrid, Londres, Bali, Bombay o Nueva York.
    Pero claro es que yo de lo que dice Meyssan y demas conspiracionistas sin pruebas pues no me creo ni de la misa la media ( me da igual que escriban en Red Voltaire o LD) si tienen pruebas que demuestren lo que dicen que lo lleven al juzgado mas proximo y ninguno de ellos todavia lo ha hecho. Mientra tanto para mi gente como Meyssan, FJL, etc. son unos farsantes.

  7. No me cuentes pelis, el único responsable de la destrucción de Líbano es Israel. Israel podría haber comenzado a negociar como está haciendo ahora y no ir a la guerra. O podría haber enfrentado a Hezbollah en el sur y dejarse de cometer crímenes de guerra en todo el país. Culpar a Hezbollah de la destrucción civil del Líbano me parece una auténtica barbaridad digna de un fanatismo fundamentalista exacerbado.

    Los etarras culpaban de la muerte de sus asesinados al estado español por tener sus fuerzas de ocupación en Euskadi… es la misma mierda

  8. sabes cuántos detenidos hay por el 11S?
    y no, no es Meyssan, son hasta gentes del gobierno gringo, los abogados de las víctimas, republicanos… y un tercio de los usamericanos

  9. Israel buscando la paz… como siempre

    Olmert autoriza otras 700 casas para colonos cerca de Jerusalén

    El primer ministro israelí dice que la retirada parcial de Cisjordania no es una prioridad

    JUAN MIGUEL MUÑOZ – Jerusalén
    EL PAÍS – Internacional – 05-09-2006

    Nada detiene la política de Israel de presentar hechos consumados. El Gobierno de Ehud Olmert sacó ayer a concurso la construcción de 690 viviendas en dos asentamientos judíos al este y sur de Jerusalén, en el territorio ocupado de Cisjordania. Y lo hizo precisamente el día en que el primer ministro decía que su plan de retirada parcial de Cisjordania, con el que pretendía delimitar sin negociación con los palestinos las fronteras del Estado hebreo, tendrá que esperar. Nada detiene la política de Israel de presentar hechos consumados. El Gobierno de Ehud Olmert sacó ayer a concurso la construcción de 690 viviendas en dos asentamientos judíos al este y sur de Jerusalén, en el territorio ocupado de Cisjordania. Y lo hizo precisamente el día en que el primer ministro decía que su plan de retirada parcial de Cisjordania, con el que pretendía delimitar sin negociación con los palestinos las fronteras del Estado hebreo, tendrá que esperar.

    Los movimientos pacifistas criticaron la decisión por ser contraria a los pactos suscritos por Israel y a las promesas electorales de Olmert. De las 690 viviendas, 348 se levantarán en la colonia de Maale Adumim, una decena de kilómetros al este de Jerusalén, donde ya residen casi 32.000 personas. Las 342 restantes se edificarán en Betar Ilit, al suroeste de la Ciudad Santa en las cercanías de Belén, un asentamiento habitado por ultraortodoxos que registra uno de los índices de natalidad más elevados entre la población judía. Al margen de esta ampliación, miles de casas se construyen ya en zonas periféricas de Jerusalén y el muro de hormigón continúa alargando su trazado en un intento por anexionar zonas de la ciudad conquistadas en la guerra de 1967, en las que ya residen más de 200.000 personas, aparte de las 250.000 que colonizan el resto de Cisjordania.

    Olmert da así un brusco frenazo a sus planes de evacuación parcial de Cisjordania. La iniciativa supone también una flagrante violación de los compromisos adquiridos en la Hoja de Ruta (el plan de paz promovido por EE UU, la UE, la ONU y Rusia), que ordena la congelación de toda expansión de las colonias y a la que aluden a menudo los dirigentes israelíes para reanudar la negociación con los dirigentes palestinos. El Tribunal Internacional de Justicia también considera ilegales las colonias, pero los Ejecutivos hebreos siempre han ignorado esta resolución.
    El primer ministro admitió abiertamente que su Plan de Realineamiento -es decir, la retirada parcial de Cisjordania para anexionar y ampliar las colonias más pobladas- no puede llevarse a efecto hoy día. «No tengo duda de que algo ha cambiado en el orden de prioridades que creía correcto», afirmó en el Parlamento. Ese plan de retirada unilateral fue el caballo de batalla de la campaña electoral que le otorgó el triunfo en marzo. Pero tras la guerra contra Hezbolá y el lanzamiento de casi 4.000 cohetes Katiusha sobre Israel, esa evacuación parcial supondría un enorme riesgo para su Ejecutivo, que atraviesa serios problemas por el acoso de la extrema derecha y los partidos que representan a los colonos. Aducen los radicales que una retirada de Cisjordania llevaría a los grupos palestinos a imitar a Hezbolá con todo el territorio israelí al alcance de sus cohetes. A calmar los ánimos de estos grupos parece destinada la medida anunciada por el Ejecutivo. Sobre todo porque el ministro de Defensa, el laborista Amir Peretz, amenaza con votar en contra de los Presupuestos si no se aprueban las inversiones sociales acordadas. Pocos auguran larga vida al actual Gobierno. Aunque Olmert, con excelentes contactos con los extremistas, podría cambiar de aliados.

    Como es norma en Israel, escasísimas voces se alzaron contra la ampliación de los asentamientos. Según Paz Ahora, «esto es contrario a los acuerdos suscritos por Israel y a los compromisos difundidos en campaña por Kadima» (el partido del primer ministro). Dov Chenin, diputado de Hadash, formación de izquierdas que agrupa a árabes y judíos, apuntó que el Gabinete suprime fondos destinados a asuntos sociales para dirigirlos a la edificación de colonias.

    «No tenemos problema más urgente que el de los palestinos», declaró el jefe del Gobierno antes de que su portavoz, Miri Eisin, dijera que Olmert no pone condiciones para una reunión con el presidente palestino, Mahmud Abbas. Pero es evidente que la extensión de Maale Adumim y Betar Ilit es otro obstáculo para una solución negociada que no se atisba en modo alguno. El movimiento fundamentalista Hamás, vencedor en los comicios de enero, sólo aceptaría una tregua de décadas si Israel retorna a las fronteras previas a la guerra de 1967. Desde entonces, Israel no ha cesado la construcción de colonias -que dejarían al futuro Estado palestino reducido a un puñado de bantustanes inconexos-, y rechaza todo compromiso sobre Jerusalén Este, cuya devolución exige la resolución 242 de la ONU desde hace 39 años.

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