Los terroristas de al Qaeda, los mercenarios extranjeros, los cuerpos de élite occidentales y los combatientes salafistas sirios han huido del cuartel general que habían establecido en el barrio de Bab Amro de la ciudad de Homs, derrotados por la determinación del gobierno de retomar el control que habían perdido a manos de los manifestantes pacíficos sirios. Es indignante que ningún medio occidental se haya dignado a mencionar las bajas civiles provocadas por las acciones rebeldes o las bajas de las fuerzas de seguridad regulares sirias. A pesar de las evidencias, siguen hablando de la represión como origen de las muertes. Como si se tratara de militares disparando sobre manifestantes. La toma de Homs ha sido tan compleja porque los manifestantes contaban con innumerables misiles MILAN francoalemanes (a 12.000 euros la unidad) con la que han ido eliminando a tanques y blindados que penetraban en la ciudad. Hasta que no han sido eliminados, los intentos de hacerse con el control del barrio salafista han sido infructuosos. Al parecer, han sido detenidos más de mil combatientes, muchos de ellos extranjeros, entre los que se encuentran un buen número de turcos y mercenarios y terroristas de bastantes países de la región. Alijos de armas de Estados Unidos, Arabia Saudí y Francia, así como aparataje avanzado de comunicaciones han sido encontrados escondidos o abandonados por los combatientes. Algunas fuentes indican que se están reorganizando en el norte del país, cerca de la frontera, quizá en Idlib, desde donde lanzarán una nueva oleada de manifestaciones en las que usarán las nuevas pancartas diseñadas por occidente, entre las que se incluyen algunas de tipo antiaéreo, otras de visión nocturna, pancartas de franco tirador… vamos, el kit que todo perroflauta lleva habitualmente en la mochila. La pena para los agitadores y supporters de occidente es que se les ha acabado la fuente más importante de desestabilización del país. A ver que cuento se inventan ahora.
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