El Tribunal Supremo vulneró el derecho de asociación de los miembros de Sortu

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Arnaldo Askatu

El Tribunal Constitucional ha desecho la grave vulneración de las libertades fundamentales que impedían a los miembros de Sortu crear un partido político a pesar de que rechazaban el recurso a la violencia y proclamaban la lucha por la independencia de Euskadi por métodos absolutamente pacíficos. Aquello fue una ilegalización preventiva, tomada sin ningún tipo de base jurídica, sin ningún tipo de prueba fehaciente, otro dislate más a los que nos tiene acostumbrado la curia leguleya con reminiscencias franquistas que machaca nuestro país. Lo hicieron simplemente porque no se creían o no se fiaban de lo escrito en los estatutos de la formación, un texto que copiaba íntegramente la Ley de Partidos, por lo que sus señorías se situaban claramente a la altura de una república bananera cualquiera.

Esta vez en TC ha dado marcha atrás a aquella decisión absolutamente política. Otras veces han podido mantener decisiones imjustas del Supremo y de la Audiencia Nacional encontrando algún clavo ardiendo jurídico para revestir sus fallos de apariencia legal. Esta ha sido muchas veces la táctica usada por Garzón y otras lumbreras del poder judicial: dictar sentencias a sabiendas de que son injustas y que serían anuladas en instancias superiores ya que, en el tiempo que duraba la resolución de los recursos, habían cumplido de sobra su cometido. Recordemos por ejemplo el caso Egin o muchas otras garzonadas, que era como se conocían a los autos bananeros del juez estrella, que bien podrían haberlo apartado de la carrera judicial —y no sólo a él— por flagrante prevaricación en el tratamiento al independentismo vasco. Salvando las distancias, es lo mismo que ha hecho el gobierno del PP al privar a Amaiur de formar grupo propio en el parlamento español, cuando los tribunales revoquen la medida, ya se habrá privado de parte del ejercicio de la palabra a unos representantes electos en una contienda electoral libre en buena parte de la legislatura

Ya es hora de que se castigue a aquellos que recurren torticeramente a la justicia con fines manifiestamente políticos. Si a sus señorías no les saliera gratis, si pagaran de alguna manera las costas de sus decisiones arbitarias, seguramente el panorama judicial sería bien diferente.

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5 Comentarios

  1. Sortu es legal, la nave va

    A trancas y barrancas, pero el proceso continúa vivo. Por tan solo un voto de diferencia el Tribunal Constitucional español ha admitido el recurso de amparo presentado por los abogados de Sortu. El partido independentista de izquierdas ha logrado una victoria política y jurídica asombrosa, con el Partido Popular gobernando con mayoría absoluta. Sorti es legal, la nave va.

    Por raro que parezca, lo que fue imposible con Zapatero ha sido posible con Rajoy. Y es que en política nada es definitivo, ni irreversible, ni tan siquiera la cerrazón del Estado español por reconocer la realidad política y social de Euskal Herria.

    Las sentencias sobre la aplicación de la doctrina Parot y la relativa al caso Bateragune habían extendido una sensación amarga en amplias capas de la izquierda independentista. No se veía con claridad lo que estaba sucediendo, una vez que la organización clandestina ETA había anunciado el cese definitivo de su actividad armada.

    En un principio se pensaba que todo iba a rodar de cara y que iban a sucederse las noticias positivas, incluido el acercamiento de presos. Pero no ha sido así. Lejos de caer en el desánimo, la izquierda independentista ha continuado dando pasos en la construcción de un nuevo tiempo para Euskal Herria. aún tratándose de posicionamientos personales, la iniciativa Glencree es una muestra inequívoca de que la apuesta es sincera y no tiene marcha atrás.

    En estos últimos días, la veleta ha cambiado de dirección. Lo que antes era oscuro empieza a ser más claro. La reciente absolución de las once personas procesadas en el juicio contra D3M y Askatasuna era muy buena señal. La confirmación ha llegado hoy con la trascendente decisión del Constitucional. Las consecuencias últimas de la misma están por ver, pero seguro que van a ser de alcance. Nada va ser igual con una izquierda independentista capaz de realizar su trabajo politico en las mismas condiciones que el resto de agentes. La larga noche de la clandestinidad, o de la alegalidad, ha pasado al recuerdo.

    Ahora toca estructurar todo el inmenso capital político que existe detrás de Sortu en todos los pueblos y barrios del país. Poner en marcha una organización socialista y democrática que lidere el bloque soberanista. Con respeto y prudencia, pero sin complejos para defender sus propuestas. Y dejando claro que aunque el programa máximo sea la independencia y el socialismo, se va a trabajar con constancia y esfuerzo en todos aquellos problemas que aquejan a nuestro pueblo, empezando por la crisis económica y el desempleo. Porque Sortu ha llegado para quedarse.
    http://jbustillo.blogspot.com.es/2012/06/sortu-es-legal-la-nave-va.html

  2. No creas. Por decir algo, se daba por descontada desde hace unos meses y se estaba en «profundizar en el trabajo conjunto entre las formaciones políticas de izquierdas y soberanistas del país». Ahora, simplemente, la militancia no se moverá semi-clandestinamente y las caras públicas se prodigarán y llamarán a preparar asambleas en barrios y pueblos para poner en marcha la maquinaria.

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