¿Esperanza de paz en Siria?

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UNunfair

Hoy el enviado especial de la ONU para Siria Lahdar Brahimi está en Damasco. Ha arribado allí después de una minigira por los países más influyentes de la región en relación con el conflicto sirio con la misión de implementar un alto el fuego para la fiesta del cordero del 26 de octubre y después tratar de alargarlo con carácter definitivo. Todos los anteriores intentos de procesos de paz han sido farsas para justificar nuevas escaladas de guerra e intervenciones foráneas. Siempre se esperaba que fracasaran para decir que no había salida política posible y que no quedaba otra solución que la militar.

Y es que los yihadistas estaban muy seguros de la victoria con sus aliados del Consejo de Cooperación del Golfo y de la OTAN, por eso no querían sumarse a una solución política y rechazaron siempre el amplio programa de reformas iniciado por Assad. Sólo se desmovilizarían cuando instauraran un emirato islámico de corte medieval, ese era el plan trazado desde fuera de Siria. En anteriores ocasiones Occidente pedía la retirada del ejército de las ciudades del país sin pedir ningún tipo de contrapartida a los insurgentes, que pretendían usar la retirada oficial para conquistar territorios o consolidar sus posiciones. Así, en el anterior proceso se contabilizaron miles de rupturas de alto el fuego por parte de los rebeldes, que fueron denunciadas debidamente ante la ONU por el gobierno de Siria.

Sin embargo, en esta ocasión hay determinadas circunstancias que nos permiten ser moderadamente optimistas:

  • El canciller de Qatar dijo hace como un mes que estaban considerando rendirse ante Siria, lo que refuerza la idea que es una guerra de agresión y no una revuelta popular y que, además, se está perdiendo.
  • Sobre el terreno, a pesar de las armas pesadas y las antiaéreas suministradas por occidente e Israel los yihadistas están perdiendo la guerra, como reconoce un informe de inteligencia de los EEUU revelado por la prensa especializada en temas militares de Israel hace sólo un par de días.
  • Es un hecho conocido el que algunos grupos de desertores sirios se están entregando al ejército, en muchas zonas sólo quedan luchando los sectores más integristas y los extranjeros que combaten por motivos religiosos con intención de ser mártires por la yihad universal e ir a su particular paraíso.
  • El apoyo inquebrantable de Rusia, China, Irán y de Hezbollah a una salida pacífica en Siria, estableciendo en una intervención militar directa como una línea roja inasumible, parece haber disuadido a la OTAN de aumentar la escalada a la Libia.
  • El Consejo Nacional Sirio ha aceptado el alto el fuego, aunque no así el Ejército Libre Sirio.
  • Algunos medios hablan a las claras de que países de la OTAN puede que hayan dado marcha atrás en su apoyo a los combatientes anti sirios. Atentados como el de Bengasi e incluso detenciones de agentes de la yihad en suelo propio procedentes de la invasión de Siria con intenciones nada amistosas en Francia e Inglaterra, pueden haber colmado el vaso de la asunción del riesgo que supone alimentar a la bestia de al Qaeda una y otra vez.

Pero no todos son parabienes para el plan de Brahimi, también hay muchos otros problemas que pueden enturbiar un posible proceso de paz futuro. Para empezar, no existe un mando unificado del conjunto que llaman rebeldes con quien firmar nada. Hay muchas facciones distintas de extranjeros yihadistas, terroristas, integristas sirios que no responden a nadie y que no coinciden en los intereses ni en las motivaciones que los han llevado a participar en la guerra. Por otro lado, las monarquías medievales del Golfo no quieren una salida política porque saben que no tendrán ninguna influencia futura en un escenario democrático. Pero también Turquía está moviéndose para implicar a la OTAN con todo tipo de provocaciones: bombardeos provocados por el propio ELS, actos de piratería contra la aviación civil, bombardeos permanentes en un corredor que permite reforzar a los combatientes irregulares de Alepo, etc. El asesinato ayer en atentado terrorista del jefe de la inteligencia libanesa apunta también en el mismo sentido, en internacionalizar el conflicto para justificar así la necesidad de una intervención exterior.

El camino hacia la paz no va a ser fácil, no obstante, este puede ser el último intento de acordar un alto el fuego permanente que pueda hacer que callen las armas y hable la política de una vez por todas.

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