El Partido Popular se hunde en el lodazal del 11M

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No se sabe bien cómo terminará la historia. Probablemente intenten negarlo todo: «yo nunca dije esto, no insinué lo otro, habéis hecho interpretaciones interesadas, el resultado coincide justo con lo que comenté en su momento…». Afortunadamente siempre existirán hemerotecas e Internet para demostrar que todo lo que el PP dirá cuando finalice el juicio del 11M será, una vez más, pura y simple mentira.

Ya hemos visto esta misma estrategia con Acebes. Cuando todos los mandos policiales afirmaban que estaba mintiendo sobre su papel en los atentados, con una jeta impresionante, no dejaba de afirmar que le estaban dando la razón. Si, para colmo, medios falsarios como el inMundo y la coPPe tapan las evidencias o directamente le siguen en la mentira, al menos su público cautivo mantendrá la eterna duda sobre la realidad de lo sucedido o directamente vivirán instalados para siempre en el engaño. Esto se repetirá más veces, sin duda.

El caso De Mera es otra derivación de lo mismo. Como uno de los principales instigadores de las teorías conspiranoides no podía dejar de interpretar su papel en el juicio del 11M. Intoxica contando la madre de todas las trolas sin aportar ninguna prueba, luego no colabora con la justicia endosándole el bulo a una supuesta fuente policial que no delató porque decía que temía por su empleo o por su vida. Se cubrió así las espaldas y otorgó carta de naturaleza a los conspiradores asimilándolos a unos peligrosos mafiosos intratables a quienes conocía muy bien. Sólo después de la apertura de un proceso por obstrucción a la justicia y a las presiones que un acorralado PP se vio obligado a ejercer, Díaz de Mera no tuvo más remedio que buscar alguien a quien colocarle el papel de “fuente”.

Es fácil imaginar cómo este eurodiputado levantaría el teléfono una y otra vez para dar con alguien dispuesto a mentir por el partido entre aquellos que alcanzaron las más altas cotas profesionales en la cúpula policial del anterior gobierno. Pero fue inútil, todos se negarían a colaborar en el montaje so pena de verse descubiertos rápidamente. Lossantos y Pedrojeta ya dijeron en antena que las tramas negras del PSOE alcanzan incluso a los mandos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, todos, absolutamente todos, casi del ministro para abajo, debían estar corrompidos. No hay otra manera de justificar ante la opinión el que no quieran seguir avivando sus infundios que blandir un presunto mal ojo secular de la derecha para escoger a sus colaboradores. ¡Qué mal agradecidos! Total, por unas mentirijillas de nada, ¿qué les costaba?

El último episodio de enredo lo ha protagonizado el mismísimo Rajoy, no para de jugar al ratón y al gato con las teorías conspirativas sobre el 11M, con una ambigüedad muy galegamente calculada. De un lado, por puro temor no puede romper con sus más fieles hooligans mediáticos quienes, en cualquier momento, dejan de prestarle apoyo para impulsar esperanzados a otro líder popular más afín, ultraconservador y manejable. Pero es que de hacerlo también equivaldría a romper con su líder carismático y con sus fieles perros guardianes de la ortodoxia. Pero, por otro lado, si Rajoy quiere aparecer como una alternativa real de gobierno ante la sociedad española, debe cubrirse de un cierto halo de seriedad y moderación dejando de lado al sector más casposo de su partido, ese que tanto alaba Le Pen y los ultras patrios que jalonan sus múltiples manis con bandadas de pajarracos.

Atrapado entre dos fuegos, ha optado por cerrar su boca —dice— hasta la finalización del juicio. Afortunadamente para todos (o casi) tendremos sentencia antes del fin de la legislatura, algo que la derecha ha tratado de evitar desde varios frentes. Cualquier cosa que no sea el acatamiento de la misma será poco menos que imposible de presentar ante la sociedad pero, hasta fecha de hoy, dudar de que el resultado sea la autoría islamista sin la intervención de ETA, el PSOE o los servicios secretos franceses y marroquíes es, para estos señores, poco menos que una herejía. Por eso han condenado a la hoguera a Gallardón y a otros cargos que han osado disentir de su increíble línea argumental. Si esta fuera la actitud del resto de portavoces de la derecha podría empezar a hablarse sosegadamente de política con mayúsculas en nuestro país (vivienda, empleo, protección social, vertebración del estado…), pero me temo que desde la FAES y sus perros de presa en la dirección del Partido Popular, no van a dejar que ello suceda, están absolutamente enterrados hasta el cuello en el lodazal que ellos mismos han creado y son demasiado arrogantes como para salir dando marcha atrás. Allá ellos, se aburrirán de hacer oposición.

6 Comentarios

  1. ¡Enhorabuena! Tu capacidad de síntesis, claridad y análisis del caso es de notable. Solo un pero: ¿estás seguro que la estrategia no les va a dar resultado? Yo no. No olvidemos que estamos refiriéndonos a un partido que tras una gestión de gobierno como la que llevaron a cabo obtuvo diez millones de votos en las últimas generales y no olvidemos tampoco que el posicionamiento sobre los partidos independentistas y el terrorismo de ETA les granjea muchas simpatías en las capas más centristas del propio PSOE.

  2. Bueno José Manuel, los índices de aprobación de Rajoy no cesan de bajar y la estrategia del PP le lleva a una permanente soledad parlamentaria que le hará muy difícil gobernar si no tiene mayoría absoluta y eso es algo que ni de lejos puede alcanzar a tenor de las encuestas actuales. Aunque quizá confunda mis deseos con la realidad 😉

  3. Me sumo a las felicitaciones de Josemanuel, pero también a sus dudas. Quiero creer que estás en lo cierto Juanlu, pero tengo mis serias dudas que coinciden casi exactamente con lo que dice josemanuel. El odio a lo periférico que afirma no querer ser españoles, no es exclusivo de los votantes del PP (por desgracia).
    Otro aspecto que me parece importante es plantearnos que ocurriría si el PP hiciera otra oposición, digamos, más moderada. Yo creo que sus cálculos se han basado en dos opciones principales. La primera, dado que el PSOE gobierna en minoría, intentar crispar y tensar la cuerda para provocar elecciones anticipadas e lograr así volver al poder en menos de 4 años. Obviamente han conseguido lo contrario: que todos los demás partidos apoyen al PSOE incondicionalmente y frente a su postura.
    Por otro lado, se habrán planteado que si hacían oposición de guante blanco, se convertirían en una copia de la que hizo Zapatero en la segunda legislatura del PP, pero, claro, en una copia mala, porque estando Zapatero ahí siempre iban a quedar por debajo y, por extensión, a estar en la oposición varias legislaturas. Creo que Rajoy lo intentó en el debate sobre el Estado de la nación el año pasado (creo) y Zapatero le barrió, lo que le llevó a él y sus compañeros a seguir la primera línea.
    Ante esa tesitura han optado (como todos sabemos) por la primera línea y creo, quiero creer, que no les va a ir demasiado bien. Si con lo de De Juana y lo de Otegui no han conseguido superar con claridad al PSOE en las encuestas, es que lo tiene verdaderamente difícil, porque mejores argumentos para crispar no creo que encuentren. Sólo les queda de aquí a las municipales la participación de ANV, y Garzón les ha echado una «manita » al decir que no hay pruebas. Esto les va a permitir salvar la cara y seguir adelante con el proceso de paz, espero…

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