La sequía estival causa tantos estragos en el mundo periodístico como en el ambiental. Cuando los campos se agostan, los periódicos se angostan y una horda de becarios invade cual cíclica plaga las redacciones. A falta de calendario político, se hace necesario para mantener cierto nivel de ventas la búsqueda de determinadas noticias e informaciones que son explotadas hasta el hartazgo más absoluto. Este año ha tocado la desaparición en el Algarve de la niña Madeleine, la foto en bikini de la mujer del heredero de la corona (a ver si con el traje de baño tapan otras vergüenzas), los ligues del niño de la Pantoja, el carrusel de fichajes futbolísticos… y la plaga de topillos de Castilla-León.
Llevo días oyendo a los dirigentes de la patronal de los agricultores (ASAJA) echando pestes del movimiento ecologista responsabilizándolo de las dimensiones de la actual plaga. Eso es algo que suele suceder en el campo, todo lo relacionado con animales es culpa de ellos, de nosotros los conservacionistas. Concretamente en muchas provincias del sur del estado español se nos acusa de soltar meloncillos desde helicópteros para que se reproduzcan y jodan a los cazadores con los que compiten en la captura de conejos. ¡Como si alguna asociación ecologista tuviera dinero para alquilar sólo unas horas de aeronave!. Pues nada, en Castilla las buenas gentes del campo dicen lo mismo sobre los topillos, que los tiran desde helicópteros de 3 en 3 para que al menos se salve el del centro. Son las leyendas rurales contemporáneas, qué le vamos a hacer.
Pero las acusaciones de ASAJA o de la consejera de agricultura no son tan chistosas , tienen que ver contra las denuncias que hacer varios meses se efectuaron contra el uso de venenos indiscriminados contra los topillos (clorofacinona) que podrían matar a la fauna protegida, para entendernos el producto escogido se trataba de una especie de matarratas que afecta a los mamíferos provocándoles mortales hemorragias intestinales y, en altas dosis, también puede atacar a las aves. Así pues, el movimiento ecologista y voces desde el mundo científico y universitario alertaron de los riesgos de este tipo de tratamiento y anunciaron la elevación de la denuncia ante la UE por afectar a zonas protegidas por leyes comunitarias. Por este motivo o por otro –¡vaya usted a saber!– aunque muchos campos se regaron con trigo envenenado, finalmente se paralizó el tratamiento. Y claro, las evidencias públicas que quedan son las denuncias de los conservacionistas, es fácil ponerlos en la diana. ¿No será que el veneno propuesto era –y es– ilegal en esas circunstancias y por eso hubo de paralizarse?
Nunca llueve a gusto de todos, fijaos por ejemplo lo que dicen los cazadores sobre la plaga:
>Expertos en aves de presa han observado que las nidadas de rapaces son un 50% mayores que en un año normal. Nunca se habían visto nidos de lechuza con ocho crías y ello es debido sin lugar a dudas a la abundancia de alimento. También las cigüeñas están haciendo su agosto con los roedores. Hace unos días pude observar un ejército de estas aves cazando topillos en una finca de alfalfa de medio corte que se estaba regando. A medida que avanzaba el agua los topillos que salían al ver su madriguera inundada eran cazados de forma fulminante.
>La sobrepoblación de cigüeñas y rapaces no es un problema a corto plazo mientras haya topillos, si lo será a medio y largo plazo cuando la plaga esté controlada, pues dedicarán su atención a otras especies mucho mas vulnerables. Los mayores problemas que van a generar los topillos se centran en dos aspectos, la quema de rastrojos y el arado prematuro de las pajas. Estas prácticas destinadas a eliminar los refugios del topillo eliminarán también el hábitat natural de la codorniz y, sobre todo, las zonas donde se caza.
¿Se acuerdan del juego de los lemmigs, esos animalillos que iban en masa hacia su suicidio colectivo y que había que salvarlos a toda costa? Pues bien, con los topillos pasa algo parecido, no porque haya que salvarlos, sino porque cuando tienen una explosión demográfica (lo que sucede más o menos cada lustro) avanzan y avanzan buscando nuevas tierras en las que alimentarse. Lo que ha sucedido es que un invierno extraordinariamente cálido ha favorecido, no ya el control natural de la especie como suele suceder habitualmente, sino la explosión poblacional de la misma. Es así de simple. El que quiera podría achacarlo al cambio climático, pero un cambio de tiempo puntual no hace el clima, habría que ver series largas para afirmarlo. Sea como fuere, una plaga casi siempre denota un desequilibrio ecológico, en este caso provocado por los cultivos industriales, por la modificación del paisaje y territorio y por la eliminación de carnívoros y sus hábitats que son los que ejercen gratuitamente el control sobre poblaciones de este tipo de especies. Son los modelos dominantes de la agricultura los que propician las plagas, esos mismos agricultores que hoy ponen el grito en el cielo son los únicos causantes del problema. Si no se aborda el problema desde una perspectiva más amplia que el del dichoso micromamífero, este tipo de catástrofes serán lo habitual en el futuro.
Hola Juanlu:
Te leo a menudo, muy a menudo, y aprecio mucho tus opiniones y puntos de vista con los que siempre o casi siempre coincido, además de aprender mucho de lo que escribes.
En lo referente a este tema, aunque parezca una una serpiente de verano o un bulo, no es dificil recorrer la llanura castellana y oir a gente comentar el tema de las avionetas volando raso y lanzando ratones de campo o topillos. Algo que ha sido habitual a lo largo del fin del pasado verano y otoño.
Las propias autoridades de la Junta de Castilla y León han reconocido esto justo antes de que el tema se convirtiese en algo demasiado «popular» en los medios de formación de masas. Aunque posteriormente no se ha vuelto a hacer referencia de estos «lanzamientos» desde los medios de formación de masas.
Investiga a fondo y verás que este «topillo de verano» no lo es tanto.
Un saludo y adelante.
Edu
Hola Edu, gracias por tus palabras de aliento. Es obvio que para un agricultor que pierde su cosecha la plaga no es una serpiente mediática, es un horror. Pero los monocultivos industriales e intensivos es lo que traen a poco que se den las condiciones para algo así. En mi huertito biológico seguro que no ocurre nunca 😉
Pero con lo de las avionetas, aunque no soy de Castilla, tengo mis serias dudas y te puedo hablar por asociación con lo de los meloncillos del sur. He militado y milito en el movimiento ecologista desde los 12 años, he soportado puestos de responsabilidad locales, provinciales y regionales, entre ellos la coordinación andaluza de la comisión de espacios naturales y especies y lo que te puedo asegurar es que somos unos tiesos absolutos y que no hay ni habrá recursos para cosas de esas, ni con meloncillos ni con topillos. Con temas de este tipo personalmente busco la explicación más simple y en este caso lo que cuentan para justificar la explosión demográfica tipo lemmings lo considero perfectamente plausible, aunque igual me equivoco, quien sabe…
Saludos
Han vuelto a las andadas con el veneno, en unos días empieza la temporada de caza, imaginaos si alguien consume un conejo que haya ingerido trigo envenenado…
Dice un refrán «Bueno es que haya niños», en cuanto ocurre alguna pequeña catástrofe doméstica, y hay que buscar a alguien a quien echarle la culpa. Durante los tiempos de la «oprobiosa» dictadura los jerifaltes del régimen no dudaban en culpabilizar a la «conjuración judeo-masónica», ahora, en tiempos menos oscuros, son los medioambientalistas, o conservacionistas, los que os llevais gran parte de los palos. Lo he vivido muy de cerca en mi pueblo, Alpedrete, Madrid, donde un movimiento ciudadano llamado «Alpedrete Sostenible», y que busca lisa y llanamente lo que dice su nombre, que Alpedrete crezca, si es que tiene que crecer de una forma sostenible, ha sido acusado de todo, hasta de ser unos borrachos que andan todo el día en los bares, y que no son otra cosa que un «submarino de IU», todo porque habían hecho una fuerte, y muy buena, campaña, contra el PGOU, y hay además miembros de IU (yo mismo) que colaboran con ellos, olvidando que también los hay del PSOE y, sobre todo, miembros de ningún partido. Ahora que quieren desdoblar la carretera que sube hasta el puerto de Navacerrada, medida que rechazamos la mayoría de los habitantes de la sierra, si exceptuamos especuladores de toda clase, y sobre la que iré puntualmente informando, no sabemos que lindezas dedicará a los conservacionistas el PP, que tiene en su poder la mayor parte de los ayuntamientos de la sierra. Que echen la culpa de los «topillos» a los movimientos medioambientalistas es una práctica normal, como normal es calificarlos de «visionarios», «catastrofistas» y poco solidarios al querer, por ejemplo, respetar la vida del lobo ignorando los intereses del pastor, lo cual es absolutamente falso, pero desgraciadamente esos tópicos calan en una parte de la sociedad, como el del ecologista «coñazo» sobre el que ironiza, con escasa gracia un mentecato de las características de Alfonso Ussía. ¿Hay alguien que, seriamente, haya estudiado el porqué de esta superpoblación de roedores? ¿Tiene algo que ver la posible ausencia de depredadores? ¿Y los monocultivos cerealeros asociados al alza de los precios de cereal?. Tonterias las puede decir cualquiera, incluso yo puedo afirmar que los «topillos» los ha puesto Al-Qaeda, puestos a decir memeces…
[…] el post de Juanlu, de Bits Rojiverdes, acerca de matar moscas a cañonazos, o en este caso, de acabar con una plaga de topillos llevándose por delante la fauna autóctona utilizando para ello venenos ilegales. Las denuncias que hacer varios meses se efectuaron contra el […]