Al Sadr vuelve a las calles

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El popular clérigo shií, conocido por su oposición a la presencia de tropas invasoras en Irak —justo al contrario que la mayoría del resto de sus correligionarios en el poder— ha decidido romper su silencio ante el acuerdo que Maliki está negociando con EEUU. La perspectiva de mantener al país subordinado a los intereses de los extranjeros verdugos de centenares de miles de compatriotas no ha debido sentar especialmente bien al líder de las milicias del ejército del Mehdi y ha sacado a la calla a miles de paisanos para protestar por el principio de arreglo. Hoy Bagdad era un hervidero de decenas de miles de personas furiosas ante lo que parece ser un acuerdo que permitirá a los norteamericanos seguir en el país hasta finales de 2010 o más allá si las condiciones de seguridad no permiten la retirada.

Según recoge el plan, en principio los invasores se retirarían de las ciudades a las bases militares que llevan ya años construyendo para no interferir en la vida cotidiana de la gente y, justo después, —supuestamente— volver a EEUU. No obstante, las fechas sólo son «aspiracionales», ya que el Pentágono se ha negado siempre a adoptar un compromiso firme y vinculante. Eso es precisamente lo que más temen quienes se oponen al acuerdo, será papel mojado en tanto en cuanto contiene suficientes flecos interpretables a favor del imperio para evitar que la retirada se produzca si así lo decide incluso en el caso de que el gobierno títere de Irak pretenda negarse.

De todas maneras, un nuevo factor tienen que entrar en juego en el puzzle. La crisis económica puede precipitar una retirada precipitada de los invasores. No son pocos los que afirman que la verdadera causa de la debacle económica de EEUU ha sido el elevado coste de la guerra de Irak y la manera de financiarlo. Si esta se agrava, es bien probable que tendrán que replegar velas en sus planes expansionistas y centrarse en resolver los gravísimos problemas internos que ya han comenzado a sufrir. Ese miedo ha sido expresado hace unos días por miembros del gobierno de Irak y reconocido como posibilidad real por varias agencias de inteligencia norteamericanas. En tal caso, todo sí que sería papel mojado, el escenario sería completamente diferente.

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Actualización: Justo cuando se escribía el post acababa sin acuerdo una reunión en la que se pretendía refrendar lo pactado con EEUU dejando solo a Maliki y a la minoría kurda. Ahora devolverán el documento y tendrán que iniciar un nuevo ciclo de conversaciones. Habrá que ver hasta dónde es capaz de ceder el imperio para dotar a las negociaciones de una imagen de discusiones soberanas a lo que hasta ahora ha sido una pura imposición de los criterios norteamericanos que no ha convencido a nadie. El tiempo se acaba, tienen hasta diciembre para renovar el acuerdo de seguridad que permite la presencia de los invasores un tiempo más. La presencia inglesa sí que parece tener los días contados.