Hace unos años las carreteras de Cádiz (también algunas de Sevilla) se inundaron de pintadas que decían algo así como «Si te sumba el oído te escuchan con lase la NASA», debajo de ellas siempre había una calavera con los fémures cruzados como el que figura en la bandera pirata. Siempre me llamó la atención ver cualquiera de los cientos de pintadas aquellas. Me preguntaba por las motivaciones que pueden llevar a un individuo o a un grupo de ellos a hartarse de dibujar sobre paredes, vallas y puentes ese mismo y machacón mensaje aunque, para no faltar a la verdad, cuando el autor consideró que su eslogan era suficientemente popular ya solo escribía «La NASA» con la susodicha calavera.
Pensé que tal vez era obra de una persona que había sido despedida por la agencia espacial usamericana, o quizá que oyese voces cual enfermo de paranoia y que las atribuyese, en plan manía persecutoria, a los poderosos ingenios con los que deben contar allá en Washington. Alomojó era solo porque era un cachondo o por que era un peligroso rojo que pretendía desprestigiar a una de las organizaciones más emblemáticas del imperio.
Y es que para algunos la NASA es como el sancta sanctorum de la ciencia, o mejor de la infalibilidad de la ciencia, el templo del mito por antonomasia del siglo XXI. Tal vez por eso algún prócer como Zaplana se agarre a ese mito para tratar de desgastar a Zapatero y los datos de superficie quemada ofrecidos por la Xunta obtenidos a pie de incendio. En principio, en la peligrosa danza del fuego que el PP baila sobre las cenizas humeantes, sus líderes apostaron por los datos de una web que dice usar para sus cálculos las fotos satélite gratuitas proporcionadas por la NASA. Luego se pasaron a las mediciones elaboradas por el Centro Europeo de Información Forestal de la UE que parecían solventes y superaban a las de la Xunta con las que podían seguir dando guerra —pero menos.
Pero hete aquí que superZaplana llega de sus vacas con fuerzas renovadas y pasa por encima de los pusilánimes líderes de la guardia pepera que estaban flojeando demasiado —probablemente por culpa de los rigores del estío— y comienza a pedir dimisiones y comparecencias a mansalva. Por supuesto, resucita los datos de la NASA, ya que ellos duplican los ofrecidos por la administración gallega. Y ello a a pesar de que en las propias páginas de la Agencia se dice expresamente que sus fotos no pueden ser usadas para hacer cálculos porque no están (orto)rectificadas para ello y pueden inducir a errores.
¿Pero qué más da eso si sirve a la loca estrategia de oposición de los populares? ¿Qué más da una mentira más que menos? El PP pretende arrojar al fuego a sus rivales políticos, como si se trataran de simples ninots en su tardía nit del foc, pero en la travesía sanjuanera de las brasas que está emprendiendo es posible que metafóricamente se queme, es hasta deseable que así sea porque, como dijo aquel rey apodado El Sabio en el siglo XIII: Otrossi mando que nengun non ponga fuego para quemar los montes, et a los que gelo fallaren faciendo, quel echen dentro o al menos que le suceda lo mismo que a los que juegan con fuego, que amanezcan…. trasquilados.
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Vamos a dejar las cosas claras de una vez:
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