El estrepitoso fracaso de la convocatoria de ayer y los problemas que está causando a los populares seguir dando cheques en blanco a la AVT (para oponerse a una política antiterrorista similar a la que ellos mismos han practicado e implementarían en caso de llegar al poder) sin duda provocarán la marcha de las calles de Madrid de esta ONG y sus compañeros de la extrema. Poco más de 50.000 personas a pesar de los autobuses del PP y de los cansinos llamados desde la Brunete mediática hace pensar indefectiblemente en el hartazgo de los hooligans de la derecha con una estrategia que cada vez es más difícil de entender. Sin negociación, con la cúpula de Batasuna en la cárcel, De Juana encerrado, con detenciones sin parar de miembros de ETA, el acoso a los grupos que practican estrategias de guerrilla callejera y sin la reescritura de un nuevo pacto antiterrorista que englobe a los partidos nacionalistas y a la izquierda, apenas si existen resquicios por dónde criticar al PSOE desde la perspectiva de la derecha.
Por eso el fracaso de ayer puede considerarse algo esperable y por eso desde el gobierno deben estar dando saltos de alegría. A la AVT no se le ocurrirá volver a repetir la experiencia una vez más. Bien se cuidaron en el PSOE de hacer borrar cualquier atisbo de los tiempos de la negociación con ETA antes de llegar a tiempos preelectorales, de ahí la actual dureza mostrada con el entorno abertzale y hasta con el nacionalismo constitucionalista vasco y catalán. Lo han dejado todo atado y bien atado, por eso el PP lo va a tener difícil para ganar las próximas elecciones, desde luego no lo harán a costa de su ETA de su alma.