La cosa se veía venir, carteles de «se vende» en miles de viviendas sin estrenar, promociones paradas a medio construir, cierre de decenas de miles de chiringuitos inmobiliarios con escaparates llenos de casas en venta que nadie compra… Aunque aquí no existe la figura de las subprime, las hipotecas basura norteamericanas, la situación era muy similar a la del imperio: una burbuja inmobiliaria alimentada por los propios bancos que prestaban dinero para la construcción de viviendas que en muchos casos ellos mismos construían o ayudaban a construir. Nadie guardaba un euro, todo el mundo invertía en ladrillo, el personal se entregaba a la histeria del pelotazo de venta de su vivienda para endeudarse por tener que comprar otra por un precio mayor, todo era virtual. Las fábricas de ladrillo no paraban de echar humo, los munícipes financiaban la deuda de los ayuntamientos regalando suelo a las promotoras a cambio de algunas prebendas y no pocas mordidas. Se urbanizó el litoral y el suelo rústico, en Andalucía sólo se salvaron de ser aplastados por el hormigón los espacios naturales protegidos, e incluso allí se cometieron algunas sonadas tropelías.Pero todo era puro artificio, la sola subida de los tipos de interés para contener la inflación provocada por el recalentamiento de la economía y la subida del petróleo bastó para derribar el todo el castillo de naipes. Las familias apenas disponen de líquido para gastar, algunos tienen que vender como sea la vivienda en la que depositaron sus ahorros e incluso lo que no tenían con ánimo de emular a empresarios especuladores que se hacían de oro en un plis plas. La mayoría de los billetes de 500 euros de Europa estaban debidamente ocultos en nuestro país en un síntoma inequívoco de la cantidad de dinero negro que circulaba y que circula al calor del urbanismo salvaje. Los brutales datos de paro de enero no dejan lugar a dudas sobre la magnitud del problema. Por mucho que traten de ocultar o retrasar la aceptación del estado de crisis desde el gobierno, hemos entrado de lleno en ella, no hay vuelta atrás.Las culpas podrán repartirse entre el PP y el PSOE, al fin y al cabo no ha habido mucha diferencia en sus políticas económicas, sólo un puro continuismo y un dejarse llevar por la coyuntura internacional. A pesar de las diferencias de discurso, el fondo era bastante similar. Ayuntamientos de todos los colores presentaban planes urbanísticos que multiplicaban la superficie construida por 4 o por 5 mediante convenios con especuladores en torno a campos de golf, aeropuertos de nueva planta, puertos deportivos o complejos comerciales. Todos querían ser los primeros. A pesar de las voces que proclamaban que no había clientes potenciales para tanta reserva de suelo, daba igual, la burbuja aguantaba y las suculentas plusvalías aseguraban que un terreno con un papel de convenio urbanístico o recalificación multiplicaba por dos cifras lo invertido.Pero esto no podía durar siempre, los gigantes con pies de barro es lo que tienen, se caen al más mínimo traspiés. La desgracia para el PSOE es que erró al no adelantar las elecciones y le ha dado una carnaza al PP con la que soñaba al agotarse el filón de ETA y el de la ruptura de la patria. El dato del paro de enero es realmente malo, 132.378 personas en las listas del INEM en un solo mes es como para echarse a temblar, sobre todo porque es posible que se trate de una tendencia de alcance desconocido y no de un dato puntual meramente coyuntural.Aunque como suele suceder y suene muy crudo, sobre todo para aquellos que sufren en sus carnes la crisis, no hay mal que por bien no venga. Esta situación de crecimiento desenfrenado sin fin iba a hipotecar nuestro futuro para más tiempo de lo que dura una hipoteca bancaria de las nuevas. En nuestro país no hay agua para tanto campo de golf, ni para tanta piscina, no hay necesidad de convertirnos en la reserva inmobiliaria de Europa, el modelo era ambientalmente insostenible. La crisis servirá para poder bajarnos de este tren y planificar concienzudamente cómo queremos que sea nuestro país en el futuro. En el fragor de esta orgía de pelotazos no había forma humana de que oyeran a los que pedían algo de sensatez.
Hombre, eso de que «La crisis servirá para poder bajarnos de este tren y planificar concienzudamente cómo queremos que sea nuestro país en el futuro» sería muy de agradecer pero me parece casi imposible. No veo un signo de arrepentimiento por lo que ha pasado, ni un cambio de orientación cara al futuro, en ninguno de los dos partidos que con la ley d’Hondt tienen la posibilidad de decidir. Y en lo que toca a las «fuerzas vivas», vivo en Castellón y los «promotores» piden ¡que se «liberalice» aún más el suelo como solución a la crisis! y ¡que se subvencione la vuelta de los rumanos a su país de la U.E.!
Bueno eloi, no hay que ser pesimistas del todo… de momento se están aprobando planes de ordenación del territorio que impedirán barbaridades como las acontecidas estos años, se están redactando decretos para regular las viviendas que pueden asociarse a campos de golf, se están creando fiscalías especializadas en delitos urbanísticos, creo que nada volverá a ser como antes. Conozco casos de municipios que pretendían albergar a varias decenas de campos de golf donde ahora se han caído la inmensa mayoría de los convenios urbanísticos, ha habido demasiada oferta para la demanda real y el precio del dinero nos ha despertado del sueño. Simplemente las aguas volverán a su cauce.
Ahora las constructores pretenden arrimarse a las promociones públicas, a las VPO y a las obras civiles, todos amparados en la administración, viva el liberalismo! 😆
! Viva el liberalismo ! ! viva !…
Muy buena entrada Juanlu, remarcar que los datos del paro ro reflejan aun el parón inmobliario, seguramente hasta verano no veremos las consecuencias.
Hay una entrada escrita por mi amgo Marc Vidal que puede que te interese o os interese. Lamento que no este raducido por la red circular traductores correctos de Catalán a Español
http://www.marcvidal.cat/marcvidal/2008/01/executar-hipote.html
bloc de Marc Vidal: EXECUTAR HIPOTEQUES
Sin duda estamos ante una crsisi compleja y con muchas vertientes, el frenazo del crédito esta haciendo temblar los cimientos del sistema, pero ¿ quién se atreve a prestar ante el estallido de la burbuja inmobliaria ?.
Un ejemplo para ver el alcance de la crisin. Tengo un piso que compré sobrevalorado y me concedieron una hipoteca del 120%, desde hace unos meses el valor de mi inmuble ya no cubre el crédito concedido y el banco debe ajustar sus cuentas, teniendo para ello que cerrar el grifo. Y todo esto en un esceanrio de poco paro y que pueda pagar mi hipoetca, si el paro aumenta y los procesos de embargo se multiplican, estamos ante una situación más que complicada. Para certificar la bajada de tasación, la semana pasada un amigo me contó que la nueva tasación de su piso necesaria para firmar una nueva hipoteca de multidivisas, en dos años había bajado 100.000 €, no sólo es un drama para él sino también para su banco o caja acreedora.
Para finalizar coincido que una crisis siempre es una oportunidad de cambio. Veremso de lo que somos capaces.
Totalmente de acuerdo, pero ahora imagina aquellos que pidieron carencia de pago de capital por un par de años mientras vendían su anterior vivienda, cuando se acaba el plazo y sin vender una escoba, ¡a embargar los dos se ha dicho!