Hoy he escuchado en la radio a la persona que Rajoy hizo famosa en su 2º debate por ser el paradigma de la persecución lingüística en Catalunya. Este buen señor ha manifestado que de ninguna manera se siente perseguido, cosa que ha dicho, por cierto, en perfecto catalá.
Si los argumentos arrojadizos usados en el debate por el líder de la oposición tienen todos la misma consistencia, la verdad es que muy mal le deben ir las cosas a él y a sus asesores en la búsqueda de temas contra ZP, sobre todo viendo la vehemencia con que increpaba al actual presidente con el dichoso cartelito de la discordia escrito en castellano.
Así las cosas, me puse a buscar en su discurso dispuesto a encontrar más gazapos y me fui directo a otra de las muletillas recurrentes de Mariano en mítines y cara a cara televisivos. ¿Quién sería esa niña de la que tanto hablaba? —me dije. ¿Le molestaría tanto que la mencionase en público como le sucedió a su primo el supuesto negacionista del cambio climático?
Después de duras pesquisas por la web, al fin he encontrado una foto de la susodicha niña justo tras oír la disertación final del primer debate, esa perorata que parecía salida de una redacción de la clase de religión de un niño de primaria de colegio de pago. No la pongo en portada para no herir la sensibilidad de los lectores y lectoras.
A este paso desheredan a Rajoy, lo repudian y le borran hasta el apellido familiar. Pero… ¿a que se parecen?
