Abbas amenaza a Israel con disolver la Autoridad Palestina

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Desde los biTs hemos defendido muchas veces la desaparición de la ANP, hace mucho tiempo que el pseudogobierno palestino no puede ejercer las funciones de hacerse cargo de su población de manera efectiva. El bloqueo de Gaza, los centenares de check points de Cisjordania y los miles y miles de invasores que se asientan en suelo palestino dominando el territorio y sus recursos hídricos hacen que la ANP sea poco más que una broma de mal gusto. En los tiempos de Arafat, la infraestructura de la Autoridad Palestina fue sistemáticamente machacada, bombardeada y demolida, sin embargo, la manera de seguir controlando las limosnas y de tener cierto poder dentro del gueto es mantener la administración, por eso ni en aquellos momentos se tomó esa decisión.

¿Qué podría suponer en la práctica la medida? Básicamente equivaldría a ceder a Israel toda la responsabilidad sobre los territorios ocupados y su población, tal y como reconoce el derecho internacional en lo que se refiere a  países o territorios ocupados. Una ANP atada de pies y manos que ve cómo merma la superficie de un futuro estado que nunca llega  y del que nunca podrá hacerse cargo, se convierte poco más que en el colaborador necesario del invasor, en el matón del patio que hace el trabajo sucio a los carceleros por poco más que unos paquetes de tabaco y los trabajos más cómodos en el gueto.

Abbas, al amenazar a Israel con disolver la ANP le está diciendo poco más que va a dejar de trabajar para él, por eso sabe que es un envite fuerte, una auténtica bomba; por eso la usa. ¿Para qué se ha reservado tamaña afrenta? ¿para impulsar las varadas negociaciones de paz? ¿para frenar los asentamientos ilegales? ¿para negociar el reparto de Jerusalén? ¿para obligarles a que dejen de matar niños inocentes? ¿para que suelten a los miles de presos políticos que se pudren en las cárceles judías? Pues no, para todo lo contrario, para que no liberen a los presos de Hamas en el marco de las negociaciones para canjearlo por el artillero Gilad Shalit en manos de la resistencia islámica. Claro, el pobre Abbas temerá que dejen en libertad a peligrosos terroristas que puedan estropear sus negociaciones con Israel —pensará el bienintencionado lector. Pues tampoco, el gravísimo problema que Abbas quiere solucionar con una amenaza de tal magnitud es la liberación de los diputados en el parlamento afines a Hamas y libremente elegidos por la población palestina en unas elecciones transparentes avaladas por observadores internacionales imparciales. Triste, ¿verdad?

Hace tiempo que Abbas debería haber dimitido, es un grave problema para la causa palestina.