Esa es la esperanzadora noticia que ha publicado hoy el diario libanés Al-Akhbar y del que se ha hecho eco Haaretz en su versión electrónica. El propio secretario general de la ONU Ban Ki-moon será el responsable de llevar la demanda ante la Asamblea General de Naciones Unidas a finales de mes, donde se encontrará con el más que previsible veto de EEUU. El cálculo económico lo ha realizado el Banco Mundial y se basa en los daños ambientales provocados por el bombardeo de una refinería, los costes de limpieza de la marea negra y los daños a la flora y fauna aún pendientes de repararse tanto en Líbano, como en los países vecinos, especialmente Siria. Lo que no entiendo es qué pasa con otros daños materiales hechos gratuitamente al margen de la batalla, si no merecen la misma consideración los bombardeos intencionados contra edificios, industrias alimentarias, puentes, carreteras, hospitales, civiles desarmados, etc. Pero bueno, algo es algo, al menos la historia servirá para volver a culpar ante el mundo al monstruo sionista por sus crímenes en Líbano.
Vamos a ver si la ONU comienza a reparar aunque sea tímidamente el tremendo daño que hizo al permitir y fomentar el nacimiento de ese enjendro racista y religionista en primer lugar