TERAPIA DE CHOQUE. OTAN NO, BASES A LA MIERDA!

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Por Txema Sánchez

El mundo occidental en el que vivimos está al servicio de los intereses imperialistas. La sumisión de pueblos y gobiernos es total, incluso en contra de su propia existencia. Esto solo tiene una explicación racional si se acude a la psicología, para entender cómo se vive en una realidad condicionada por la percepción, prejuiciosa y acrítica. De otra manera ¿cómo se puede vivir en la injusticia y en la precariedad sin cambiar nada, y atacando sólo a aquellos que intentan cambiar algo? Se trata de ir contra todo aquel que se niegue a aceptar las cosas como son, y como nos dicen los medios que deben ser. Hay que romper el espinazo de quien niega las “verdades” de la opinión pública generalizada. Estamos asistiendo a nuestra existencia como parte de una mentira absoluta, negándonos todo lo que conocemos y entendemos como verdad. 

¿Pero este artículo no era para hablar de la OTAN?

Claro, pero para hablar de la OTAN habrá que entender dónde se encuentra encastrada, en qué sistema, en qué función, en qué necesidad, y cuál es su razón de ser.

La OTAN, nos dicen, nace de la necesidad de “defendernos” de unos aliados que justo nos ayudaron a vencer a los nazis. Y se construye precisamente con los nazis a los que derrotamos. Sí, estimados, sí. La OTAN fue presidida e integrada por muchos nazis y curiosamente se construyó para mantener amenazado a aquel sistema que concretamente se desarrollaba en el territorio sobre el que los nazis necesitaban una victoria definitiva. Una amenaza clara y agresiva contra la URSS y contra cualquiera que le fuera afín.

La OTAN como instrumento defensivo: primera gran mentira, ya de partida.

Nace así la OTAN como organización liderada explícitamente por un gobierno genocida que lanzó dos bombas atómicas sobre dos ciudades asesinando en segundos a centenares de miles de personas.

Esa organización agresiva se convierte en un instrumento militar que se subordina a la dirección jerárquica militar de USA, a la misma dirección militar que tomó la decisión de arrasar Hiroshima y Nagasaki, lo que da una tranquilidad enorme a sus socios de estar en una “ONG“ verdaderamente ética para la defensa del mundo “libre”.

Por si no fuera suficiente su origen e integrantes para temer lo peor, la historia inmediata que le siguió, sus intervenciones “humanitarias” con millones y millones de víctimas desde entonces, disiparon todas las dudas sobre su carácter amenazante y agresivo, y su capacidad de perpetrar crímenes de toda índole contra la humanidad, pues es siempre la humanidad, los pueblos y no las oligarquías, la que está amenazada ante sus movimientos y acciones.

¿En qué sistema prospera sin cortapisas éticas, ni estéticas, esta organización ya contrastadamente criminal?

Pues claramente en las versiones más neoliberales del capitalismo, bien sean estas de apariencia democrática o feudal, sean dictaduras wahabitas o sean límpidas democracias burguesas, lo importante es que no se pregunten ustedes por los “daños colaterales” que causa a la humanidad.

Y sobre todo que mantengan intactos o mejorados los intereses de la metrópoli imperialista y sionista: USA.

O sea que, si bien de vez en cuando tendrán que inmolarse algunos territorios amigos del imperio por la causa mayor de sus intereses, eso es perfectamente tolerable y a veces recomendable en su escala de disvalores. Recordemos que para ellos está claro que ser su enemigo es malo, pero ser su amigo puede ser peor, pues te pillarán siempre con la guardia baja, y además sus escrúpulos son igual a cero.

La función fundamental de esta estructura militar es la de generador de clientes-socios del imperio, club de amigos del imperialismo, sometidos a sus intereses geopolíticos, que ceden sus intereses económicos a la inversión militar, y con esto ceden la soberanía y la capacidad de defensa al mando único principal que siempre es del imperio.

La necesidad de seguir expandiendo el control global y generando guerras sin el rechazo de la opinión pública en los USA, los ha llevado a movilizar otras tropas y ejércitos ajenos, además de la gran industria de tropas privadas mercenarias.

La razón de ser de la OTAN y el imperio es la misma que la de aquellos Fuertes del séptimo de caballería, invadir y despojar las tierras y pobladores originarios en Norteamérica. Una estructura militar que se ramifica para el control y el saqueo del territorio en que se ubica. Una base y la correspondiente embajada USA, ya son en sí mismas las garitas de control de los intereses del imperio en cada territorio.

Pero para que prospere esta falta de soberanía -que se hace ahora más patente que nunca es imprescindible que la gente esté sometida por preconceptos que le impiden incluso dudar, pensar, reflexionar… y crean que las cosas son del único modo posible: que el imperio está ahí para protegerlos de cualquier mal mayor que los amenaza, y así este “malmenorismo” imperial los atrapa, gracias al inmenso aparato mediático imperialista. Aquellos que intentan cambiar o enfrentar al imperio, son transformados en enemigos. Y hay que sentirlo así de modo irreflexivo, en esa manipulación del consenso de la que nos hablaba Chomsky.

Para entender esta idiotización colectiva, es bueno acudir a tres o cuatro conceptos que ya explicaba certeramente Frantz Fanon al hablar de la psicología del colonizado, aquel que asume en su propia contra, la bondad de la colonización y los principios del amo colonizador. 

Y ahí vuelvo a lo que refería al comienzo. A la disonancia cognitiva, a ese síndrome de Estocolmo del pensamiento y la conciencia, que nos hace mantener en pie toda la estructura de mentiras aprendidas, porque si no hacemos eso, nos enfrentamos a nosotros mismos, y ese choque violento contra toda nuestra historia de certezas, contra toda la cultura que sostiene nuestra estructura de pensamiento, ese choque es tan violento, tan demoledor, que por instinto de supervivencia, nuestras células y también nuestras neuronas se ponen a sinapsear como locas pidiendo rechazar tal barbaridad que nos llevaría a dudar de nosotros mismos desde nuestros primeros pasos conscientes.

La disonancia cognitiva entre todo lo que conocemos, entendemos, sabemos, y la verdad que nos tira a la cara y nos escupe un mundo y una realidad que nos coloca en la trinchera nazi, genocida, criminal, colaboracionista, esa disonancia impide siquiera empezar a contrastar ni valorar la verdad como opción. La dificultad mayor de un creyente no sería dejar de creer en su iglesia, sino dejar de creer en lo sobrenatural, o al menos la de dudar de que eso tenga una base científica real. Un creyente del capitalismo podría llegar a dudar del capitalismo, pero casi que jamás podrá dudar de la maldad del comunismo, de verlo como el anticristo. Podrá dudar de su dios, pero nunca de la existencia del demonio.

La gran mentira de la democracia burguesa ha convertido el MEDIO que sería la HERRAMIENTA democrática, haciéndola pasar como prioritaria antes que el FIN ÚLTIMO que sería la justicia social, la soberanía y dignidad de los pueblos. Cuando tenemos ya internalizado que el patrón para considerar libre a un pueblo es “la democracia” sin más contexto y adjetivos que la definan, resulta que el linchamiento democrático de los pueblos, por los que ostentan el poder, se convierte en legítimo. Nada más democrático a secas que 17 linchen a uno, porque pueden más 17 que uno y son mayoría. Pero la democracia no significa poder del pueblo para aplastar, sino poder administrado del pueblo para bien del pueblo, pero entonces no basta con decir democracia, hacen falta constituyentes populares, hace falta contexto y adjetivos, hacen falta el examen permanente de los avances en justicia social y dignidad y soberanía, hacen falta todas aquellas cosas que no interesan al poder de las oligarquías imperialistas.

Durante toda la existencia del imperio más genocida de la historia, el imperio yankisionista y sus lacayos, siempre hubo pueblos en resistencia que se le enfrentaron y lograron mantener su independencia, sin ceder al acoso y al daño permanente.

Hoy por fin vivimos una confrontación que tiende a la definitiva resolución que nos llevará al fin de la humanidad o a la victoria del antiimperialismo. Como auguraban Fidel Castro y Hugo Chávez, el mundo se enfrentará en la batalla definitiva a Xi y a Putin, y ellos liderarán la salvación de la humanidad. Así lo creo yo también. Pero, mientras la victoria de las armas, quizás podremos verla llegar, no obstante, la parte más difícil será la transformación de los pueblos sometidos por el imperialismo tantas décadas. Porque allí impera su cultura y las mentiras que costarán generaciones reparar.

Cuando el imperio admita su derrota, todavía contará con los pueblos idiotizados, si no para intentar un contraataque, si para que sigamos explotados y contentos creyendo a la orwelliana, que estamos aún a salvo de lo que al otro lado del muro nos esperaría. La sociedad zombie en la que nos han convertido, la sociedad lobotomizada por años de mentiras y miedos, con intelectualoides funcionales y medios de propaganda, esa sociedad de ladrillos construyendo muros de alienación colectiva, hará que aun en la derrota del capitalismo, sin embargo, sigamos dando la espalda al futuro, y sigamos con la ventana de Overton desplazada a la extrema derecha, y con muchos espantapájaros advirtiéndonos que podría ser peor.

Ya muchos os habrán contado en este documento colectivo, sobre los orígenes y la historia pasada y presente de la OTAN, y por eso yo aquí me detuve en el sentir y la psicología de los pueblos sometidos y a amenazados por esta estructura criminal y quien la gobierna.

Creo que romper con la adicción a la perversión capitalista de la verdad será lo más difícil. Me temo que confrontar el reconocimiento de ser parte del ejército de ladrillos que construye el muro ese que mostraba Pink Floyd es lo duro. Estoy seguro de que la mayoría no podrán superar la patología. Y sabemos históricamente, que muchas décadas después de la descolonización física, permanece la cultural y mucho después desaparece o se sana la psicológica, que solo desaparece con el reconocimiento y la total asunción de la enfermedad.

Desgraciadamente en la “comunidad internacional”, la sometida, esa que tiene menos población y países que los que hoy resisten, los que estemos entre esos pueblos, lamento decir que ahí estamos siendo parte de la agresión al mundo multipolar, y querámoslo o no, la OTAN somos todos para mal y en el lado equivocado de la historia, y la desnazificación cultural a que debemos ser sometidos será muy dura y larga, de generaciones.

Como único, por singular y prueba del algodón, insisto, como avance y terapia de choque para sanar esta terrible enfermedad colectiva, os invito a decir sin sentiros culpables, y hoy mismo, algo que aprobarían Fidel y Chávez, y que yo hago cada día desde el comienzo de este operativo desnazificador:

¡GRITAD CONMIGO… YO TAMBIEN SOY HIJO DE PUTIN!

¿Lo habéis logrado?, ¿no? Pues aún falta tarea camaradas. Abrazos antiimperialistas. Y hasta la victoria siempre.

P.D. Si no os convencen aún mis argumentos, buscad en los vuestros las consecuencias apocalípticas de darse la victoria en esta guerra del lado OTAN. Sabiendo sus disvalores y su actitud genocida, nos espera una distopía inimaginable. No colaboréis con el imperio.

Txema Sánchez.-

Junio 2022

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