Desde el inicio de la invasión de Irak se ha denunciado la existencia de operaciones al margen de las estrictamente militares destinadas a acabar con dirigentes baasistas, líderes de la resistencia e incluso destacadas personalidades del mundo científico iraquí. Los servicios secretos norteamericanos e israelíes no han sido ajenos a esta suerte de asesinatos selectivos que se han producido en el país ocupado.
Sin embargo, la prensa oficial norteamericana ha desvelado un cambio de estrategia significativo en el transcurso de la contienda. Conscientes de la progresiva pérdida de la misma en el plano militar convencional, incapaces de enfrentar la guerra de guerrillas con su maquinaria convencional en amplias zonas del país donde la población es completamente hostil, pretenden repetir el modus operandi de la lucha contrainsurgente latinoamericana en donde los llamados escuadrones de la muerte y la denostada Escuela de las Américas, la academia terrorista norteamericana, tuvieron un papel predominante.
Básicamente se trataría de entrenar a peshmergas kurdos y milicianos shiíes para torturar y asesinar a miembros políticos o militares de la resistencia suní en el propio Irak o en el interior de Siria, donde los norteamericanos sitúan a la dirección de los restos del baasismo que ahora asimilan con la insurgencia. La operación la han bautizado como la «opción salvadoreña» en recuerdo de las repugnantes salvajadas perpetradas en El Salvador, donde acabaron por ejemplo con la vida de Monseñor Romero, el obispo de San Salvador que denunciaba estas prácticas, los jesuitas de la UCA, dirigentes sindicales, indígenas… y todo aquello que sonase crítico con el intervencionismo terrorista norteamericano en los años ochenta.
Rumsfeld ha negado cualquier veracidad a la noticia 🙂