En misa y repicando

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Difícil lo tiene el PSOE con el peligroso juego en el que ha entrado. Pacta con el PP la formación de un frente antinacionalista, pero mantiene un pacto de estado con nacionalistas y formaciones republicanas federalistas. En sus declaraciones públicas intenta contentar a tirios y a troyanos, pero todo el mundo sabe que es algo imposible. O acepta el pacto de estabilidad y se coaliga con el PP para toda la legislatura o abandona esta estrategia de seguidismo con los populares y deja el pacto jacobino para controlar a los nacionalismos periféricos.

La afrenta del PNV, de seguir en esta tesitura, puede convertirse fácilmente en la afrenta catalana o en la de cualquier otra comunidad autónoma que no vea satisfechas las aspiraciones de su parlamento autonómico. Rubalcaba aseguraba ayer mismo que tiene muy avanzado un acuerdo de legislatura con IU y ERC, peo no creo que establecer pactos —o comisiones— excluyentes con el PP sea el mejor camino.

Ayer tuve la ocasión de ver en televisión un debate en el que participaba un miembro de Batasuna. Era la primera vez en toda mi vida que eso ocurría y me sentí bastante extraño, creo que casi esperaba ver a Joseba Permach (¿se escribe así?) con rabo y cuernos. La cruzada mediática contra los abertxales es tan brutal que hasta pienso que no esperaba a ver una persona normal, sin armas, sin capucha o sin un cóctel molotov en la mano. Y la verdad es que estuvo bastante moderado y en ocasiones hasta razonable. Hablaba hasta de abandonar su reivindicación independentista para sentarse a hablar entre todos del marco en el que Esukadi quiere desenvolverse en el futuro, algo que también comentó otro tertuliano de EA —Larreina— quien reivindicó que el Plan Ibarretxe no era su plan, porque no era de verdad secesionista, pero que era el fruto de un gran acuerdo y del trabajo de una comisión parlamentaria de 4 años en la que PSOE y PP no habían tenido el gusto de aportar nada. Lo que se desprendió de ese debate en ETB es que podemos estar cerca de la paz definitiva en Euskadi, pero hace falta mucha altura de miras, sentido de estado y responsabilidad histórica. Y desde luego Rajoy no la tiene y de Zapatero empiezo a dudar de que la tenga. Ojalá me equivoque.

Lo que está claro es que no debe haber límites en cuanto a la negociación entre partidos, la Constitución no es un freno. El legislador va siempre muy por detrás de las demandas sociales, ese es casi un principio del derecho. Por lo que nadie debe temer si es necesario un nuevo proceso constituyente en el que detrás no tengamos las armas del ejército franquista que chantajeaban con una involución si la constitución se pasaba de la raya. Ese es el temor del PP y parece también que hasta del PSOE. De igual manera no hay que tener el chantaje de ETA en toda esta historia, antes de hablar debería pasar como en Irlanda.

Y digo esto porque en lo personal he sido objetor de conciencia cuando no existía una ley que lo permitiera u objetor fiscal a los impuestos militares cuando es algo que nuestro ordenamiento no contempla. En el primero de los casos logramos que se redactara una ley que la regulase, pero sólo pudo hacerse gracias al empuje de centenares de personas que llegaron incluso a soportar cárcel por defender sus convicciones pacifistas. De motu propio eso nunca se hubiera hecho. Que no nos vengan con milongas de que esto es ilegal o anticonstitucional, la democracia era ilegal en el franquismo y no por eso había mucha gente que luchaba por conseguirla jugándose el tipo. Ayer en el debate de ETB, el miembro de Izquierda Unida del País Vasco lo dijo de manera muy clara: las fuerzas de la reacción tratan de impedir cualquier cambio para, una vez logrado, cabalgarlo e impedir que se vuelva a cambiar. La pregunta es ¿se ha instalado o se instalará el PSOE en las fuerzas de la reacción?

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