Al Yawar, el presidente colaboracionista de Irak, anunció ayer que esperaba una bajísima participación electoral en la pantomima de mañana. Lo achacaba, arrimando el ascua a su sardina, únicamente a la inseguridad reinante en el país, y no a la voluntad de buena parte de la población de boicotear unas elecciones ilegales, ya que están auspiciadas por el país invasor, algo que además contraviene los tratados internacionales que impiden cambiar el statu quo del estado invadido.
Pero hoy seguro que ha recibido una reprimenda de los norteamericanos y le han obligado a cambiar el discurso. El mismo individuo ha asegurado que van a votar los 2/3 de los iraquíes, algo que no logra ni la oligocracia americana en los momentos de mayor movilización electoral. Para que eso fuera cierto, sería necesario que votasen todos los shiies, todos los kurdos y bastantes suníes, algo bastante improbable teniendo en cuenta que la confesión mayoritaria tiene a parte de su gente (los de Al Sadr, por ejemplo) en las filas del boicot activo a esta farsa de democracia bajo una brutal ocupación militar extranjera y que se espera una masiva abstención de miembros de la comunidad sunita. Pero seguro que nos venden un arrollador éxito parecido a las victorias de Sadam casi por unanimidad
Para comprobar la magnitud de esta farsa basta con tener en cuenta los guarismos del Reino Unido. Allí se ha inscrito para votar poco más del 10% de los iraquíes expatriados, o sea 30.000 personas de las 250.000 que podían haberlo hecho. Obviamente ello no es achacable a problemas de violencia.
Unas elecciones sin campaña electoral, sin candidatos conocidos, con la cara de Ronaldo en los carteles electorales para evitar que nadie reconozca a los líderes de los partidos, bajo un toque de queda, con partidos ilegalizados, medios de comunicación prohibidos… y en medio de una guerra de liberación, es todo menos regular y legítimo.
Pero, al margen de tratar de animar al voto con arengas más o menos fundamentadas, los voceros del imperio y los medios de comunicación que los apoyan pretenden dar carta de naturaleza al resultado que salga de las elecciones. Las presentarán como una victoria sólo por el mero hecho de celebrarse, como un paso importantísimo hacia la normalización y el fin de la violencia. Dentro de unos pocos días los hechos les devolverán a la cruda realidad. ¿O acaso nos hemos olvidado de cuando nos prometieron que todo acabaría con la detención de Sadam, con la de sus hijos o con la toma de Faluya?
Si las elecciones van a tener una virtud, sólo es la de acelerar la división del país y aumentar el riesgo de una guerra civil, algo que los invasores parecen buscar para justificar su presencia, tal y como ha manifestado hoy mismo el presidente de Egipto, Hosni Mubarak.
Copyleft Juanlu González
Bits RojiVerdes
FERNANDO JÁUREGUI
Dice George Bush a los iraquíes que tengan valor y acudan a votar. Lo dice desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, con la llama de la chimenea desafiando las nieves del invierno washingtoniano. Lo dice sin poder siquiera garantizar el orden que él mismo, con la guerra, destruyó. Lo dice sabiendo que las elecciones en Irak son una farsa, en las que el resultado no va a significar nada, incluso en el caso de que un suficiente número de ciudadanos acudiese -pudiese acudir- a las urnas. Lo dice cuando el resultado está ya amañado, cuando sabe que sectores representativos de la población no podrán votar, ni formar partidos, ni expresarse libremente. Perdonen que me indigne, que es algo que un comentarista no debe hacer, o no debería hacer en principio. Pero un grito de rabia sube a las gargantas cuando se utilizan las elecciones, que son una de las sustancias -no la única, claro- representativas de la democracia, precisamente para pisotear la democracia. No veo, sinceramente, gran diferencia entre esto y los tiempos del tirano Saddam.
Y algo peor: Bush, el reelegido, ha logrado no sólo sacar adelante estas elecciones contra natura y para que le ayuden a sacar la pata que metió en Irak. Ha conseguido incluso que nadie proteste ante la barbaridad, ante el atropello, ante la burla. No, ni siquiera el Gobierno español. Ni el francés, que hayamos escuchado. Así que el grito queda en la calle, en la impotencia. Es el primer gran dislate internacional de este 2005 recién estrenado. Perdonen, ya digo, la indignación. Creo que no son necesarias más palabras para expresarla. Si yo fuese iraquí, tampoco este domingo sald
El portavoz del Partido Popular en la Comisión de Exteriores del Congreso, Gustavo de Arístegui, aseguró hoy en unas declaraciones a Europa Press que Irak vive hoy un «día histórico» y destacó la «emoción y la euforia» de los votantes iraquíes registrados en el extranjero.
30 de enero de 2005, 16h03
Irak.- En torno al 10% de los iraquíes en el extranjero con capacidad para votar ejerció hasta el momento este derecho
GINEBRA, 30 (EP/EP)
En torno al diez por ciento de los iraquíes en el extranjero con capacidad para votar ejerció hasta el momento su derecho al voto en las elecciones de hoy en Irak.
Este Arístegui es un monstruo
Ya han rebajado la cifra de participación hacia guarismos más creíbles:
Los funcionarios electorales aseguraron que el índice de participación habría superado el 57% previsto, de un total de 14 millones de iraquíes registrados en todo el país. Sin embargo, deberá pasar un tiempo antes de que se conozcan cifras creíbles.
Un funcionario electoral llegó a decir que el índice de participación era de un 72%. El funcionario, Adel Al-Lami, de la Comisión Independiente Electoral, agregó incluso que, en algunos barrios de Bagdad, un 95% de iraquíes registrados había ejercido su derecho al voto.