Resulta divertido ver cómo China, el país con más ahorro del mundo, juega con Estados Unidos, el país más endeudado del planeta. Se dice que si solamente decidiera cambiar sus dólares de reserva a euros —moneda más fuerte a pesar de los pesares— se produciría una hecatombe económica de proporciones imprevisibles, ya que el dólar es una moneda cuasi ficticia, cuya mayor fortaleza es que las transacciones económicas petroleras se realizan con billetes verdes, lo mismo que las reservas de los bancos centrales de muchas naciones.
Hace tiempo posteaba en este blog una noticia que adelantaba lo que hoy ha saltado a las rotativas como un hecho consumado: la empresa estatal petrolera CNOOC ha lanzado una OPA sobre UNOCAL justo cuando se estaba llegando a un acuerdo con Texaco para formalizar la compra. CNOOC ha ofertado 15.300 millones de euros, bastante más que lo que ofrecía la empresa norteamericana, pero determinados políticos conservadores están advirtiendo de la supuesta peligrosidad de la adquisición y piden medidas proteccionistas contrarias a la libertad de mercado que tanto dicen defender a nivel teórico como sacrosanta religión.
Para aquellos y aquellas que no picaron en el enlace inicial, recordaré que Hamid Kharzai y algunos miembros de su gobierno eran (?¿) empleados de UNOCAL. El primer gran acuerdo económico que el presidente afgano firmó fue la adjudicación a esta empresa uno de los oleoductos que evacuaría las riquezas de combustibles fósiles de Asia Central (Turkmenistan-Afganistán-Pakistán), aislando de la posibilidad de acceder a ellas de Rusia o China, que obviamente también pujaban por ellas. UNOCAL formaba también parte del consorcio que construyó el recién inaugurado oleoducto del Caspio que atraviesa Azerbaiyán, Georgia y Turquía (Bakú-Tbilisi-Ceyhan), construido para obviar las conexiones rusas e iraníes que estaban en funcionamiento, mucho más baratas, pero en manos de países considerados enemigos.