Como ya anunciaba hace unos días en un post reciente los chiíes de Sadr no estaban cómodos con el texto de la constitución que se estaba redactando en Irak. Empezaron protestando con manifestaciones y ahora han vuelto a tomar las armas. De momento han protagonizado acciones armadas contra la policía colaboracionista y contra chiíes partidarios del actual gobierno títere en una escalada que puede tensionar aún más el frágil equilibrio que EEUU trataba imponer en la zona.
La constitución ha quedado aplazada definitivamente. Los suníes no han c0nsentido en el reparto petrolero y en el federalismo. En buena lid, el parlamento debería ahora disolverse y convocar nuevas elecciones ante la incapacidad de aprobar la carta magna en los plazos acordados en la legislación provisional del país. Ahora los suníes se sentirán apoyados política y militarmente por las milicias del clérigo y podrán aumentar la presión sobre las fuerzas americanas en algunos barrios de Bagdad, sobre todo si estallan revueltas en ciudades como Nayaf o algunas del centro y sur del país. De continuar esta tesitura, puede confirmarse uno de los peores escenarios para los invasores en un momento especialmente delicado del proceso de creación de un estado títere con el petróleo privatizado y en manos de las empresas americanas. El fantasma de la guerra civil vuelve a tomar cuerpo. Irak se les escapa de las manos.
Todo esto coincide con demostraciones de fuerza de la insurgencia que se ha permitido atacar los convoyes del viceministro de justicia y del propio Talabani —presidente del país—, matando a más de una decena de guardaespaldas. Coincide también con el recrudecimiento del frente interno pacifista en los EEUU con la incorporación de gentes del mundo del cine y la canción a las protestas de Cindy Sheehan y con el anuncio de retirada gradual de tropas, algo que en este contexto no podrá realizarse de ninguna de las maneras.
La incertidumbre es total, o se aprueba la constitución tal cual, con lo que los suníes recrudecerán el frente militar con el apoyo de las milicias del Mahdi y puede llegarse de nuevo a cifras de muertos mensuales cercanas a los 150 soldados, o bien se disuelve la asamblea, con lo que la situación de inestabilidad en medio de la violencia puede desembocar en un caos sin precedentes.