El pulso político recobra sus perdidos bríos tras el periodo vacacional. Tras un corto verano donde gobierno y oposición apenas si han sufrido el estiaje propio de las fechas, poco a poco, pero más temprano que tarde, el tono se va asemejando al que se ha vivido durante toda esta crispada legislatura. El caso es que este hecho no sería digno de mención si se estuviesen debatiendo temas que afectasen a la vida cotidiana de la ciudadanía, pero cada vez más intereses de pueblo y políticos parecen líneas paralelas condenadas a no encontrarse jamás.
En vez de debatir sobre medidas concretas para acabar con la pobreza rampante que sufren millones de ciudadanos, la imposibilidad de acceso a la vivienda para jóvenes y no tan jóvenes, los precarios sueldos de los regímenes especiales de la Seguridad Social, las pensiones de miseria que reciben nuestros mayores, etc., parece que los debates sobre intangibles copan el intereses de los supuestos representantes del pueblo. Pocos grupos escapan a esta estrategia, pero básicamente es el Partido Popular quien se aleja a marchas forzadas de la realidad y se ha instalado en una órbita extraplanetaria permanente desde donde ha iniciado una guerra de las galaxias en la que, desgraciadamente, entran tanto medios de comunicación como el gobierno y el PSOE. Es, en palabras de un joven, fresco y hoy desconocido Fernando Sabater, el mayor exponente de la «política como opio del pueblo».
Son las supuestas agresiones a la sacrosanta unidad de España, conseguida a base de cruz y espada, las que cubren buena parte de la agenda del PP. Lógicamente no está sólo en su cruzada, los que se consideran guardianes de la tradición cristiana han pronosticado también un otoño caliente por la defensa de su derecho de adoctrinar dentro de los muros de los colegios públicos de un estado aconfesional como el nuestro. Curiosamente han perdido buena parte de su apoyo en las gentes de la espada. Su jefe, el rey, está jugando un papel parecido al que se le otorga en monarquías como la británica y está haciendo de portavoz del gobierno como hemos visto estos días en su discurso ante la ONU defendiendo la “alianza de civilizaciones”, algo que ha molestado muchísimo a la derecha. Pero después de las pifias del apoyo a la guerra de Irak y la desastrosa gestión del accidente del Yak42, tampoco la invisible cúpula militar parece muy en sintonía con el que fue un aliado natural en la historia contemporánea del estado español. Por contra, sí que le sigue acompañando en este viaje nihilista la AVT, erigida en puro apéndice del PP y portavoces ambos mediúmnicos y unívocos de las víctimas de ETA de todo signo. Ambos no soportan la idea de que el PSOE, con el apoyo de los demás grupos parlamentarios, pudiera acabar con décadas de terrorismo, por eso hablan de “rendición” cuando se negocia la desaparición de la banda en condiciones muy similares a como intentó hacer el gobierno Aznar tiempo atrás.
Así que, visto lo visto, estos parecen ser los temas que mantendrán ocupadas a las rotativas en los próximos meses:
Estatutos de autonomía: límites al soberanismo, financiación, solidaridad interterritorial, o, en su versión apocalíptica, el entreguismo a los separatistas amigos de los etarras, la disgregación de España…
Posible tregua de ETA: fin de la violencia en Euskadi, oportunidad histórica de normalizar el estado, el acercamiento de los presos y algún tipo de amnistía, frente a la traición a las víctimas, el regalo de Navarra, el caro apoyo del PNV a los presupuestos del Estado, la rendición a los terroristas, la disgregación de España…
Papeles Salamanca: restitución del robo franquista, la superación de la dictadura, la devolución a sus legítimos dueños de los documentos del archivo, etc. frente a la entrega de los papeles a los amigos de ETA, la disgregación de España…
Opa de Gas Natural a Endesa. Acción empresarial en clásicos movimientos de concentración frente a pagos al tripartito por el apoyo al gobierno y a los presupuestos del estado, el regalo de Endesa para llevarla fuera de España, la estrategia diseñada en Perpiñán de disgregar España entre vascos y catalanes…
… y si no llueve nos hablarán más del PHN, una oportunidad perdida de articulación territorial de España; de la emisora pirata de laOtra Espe ¡prohibida por un catalán! y de otras cosas que seguro que se me olvidan, pero ¿qué más da?, seguro que sigue los patrones marcados por el aznarismo que atenaza al PP de modo insuperable a pesar de las cruces y rayas trazadas en el aire y brindadas al sol por el secuestrado Rajoy.
¡Qué fácil es hacer oPPosición!