Ayer fue un miércoles de comparecencias en el Congreso de los Diputados y de enfrentamiento entre el presidente Zapatero y el presunto líder del Partido Popular y de la oposición, Mariano Rajoy. Uno de los temas estrella de las interpelaciones fue, cómo no, la guerra de Afganistán, que la derecha trata de asemejar por todos los medios con la de Irak a pesar de las evidentes diferencias referidas a la legalidad internacional de las mismas. Ahora pretenden decirnos que los fines de ambas son iguales, la lucha contra el terrorismo, para usar la frase que repitió Zapatero y las explicaciones del ministro Bono. También juegan a acusar de mentir y manipular al Congreso y a la opinión pública porque se afirmó que el ejército estaba en operaciones de paz, y no en una guerra abierta. Intenta, en vano eso sí, comparar las mentiras de las ADM de Sadam con una evidencia sobrevenida y conocida de sobras por el PP y sus dirigentes: talibanes y determinados señores de la guerra han recrudecido este año sus operaciones contra el narcogobierno títere de Kharzai y los ejércitos ocupantes aprovechando el descontento de la población y la situación de descontrol que se vive fuera de Kabul.
Pero en una cosa sí que tienen razón, ambas guerras tienen un objetivo común, asegurarse el control de los recursos petroleros del mundo y evitar, en este caso, que la vecina China pudiese acceder a las riquezas en crudo y en gas de Asia Central.
Y ya puestos, sigamos con la actualidad del partido ese que dice mirar al futuro pero que permanece más atado al pasado que nunca. Ahora andan a la gresca entre ellos por el recurso presentado ante el Tribunal Constitucional para impedir el matrimonio entre homosexuales. Muchas parejas andan acelerando sus matrimonios conocedores de que un improbable fallo contrario no invalidará ninguna unión con carácter retroactivo. hasta el presidente del colectivo de gays y lesbianas del PP ha presentado su solicitud ante los registros del Ayuntamiento de Madrid (¿los casará Gallardón?). La consigna lanzada a los portavoces es que no pretenden recortar los derechos de nadie, sino que sólo se oponen a que se llame matrimonio y a que puedan adoptar niños. ¿No son acaso dos derechos fundamentales? ¿No es acaso el matrimonio fuera de la iglesia un contrato civil? ¿Por qué no dejan en paz a la gente? Si es un tema moral y religioso, que no se preocupen, que ahí no ha entrado nadie, ¿por qué esa manía de mezclar las cosas de dios y las del César? Como añoran estos demócratas de nuevo cuño los tiempos en que los dirigentes del país se paseaban bajo palio…
Pero sus hooligans radiofónicos en la emisora de la iglesia católica están que se salen, además de ridiculizar al presidente de los gays del PP, le dedicaron frases jocosas del tipo, no saben lo que es el matrimonio, lo complicado que son los divorcios después ¡como si hubiera podido saberlo antes de la aprobación de la ley! ¡como si lo supieran ellos mismos antes de casarse o divorciarse! Patética banda de tertulianos. Aducían poco menos que la ley era un fracaso porque se habían casado hasta la fecha menos de 20 parejas y lo habían solicitado unas 200. Personalmente ignoro los datos, pero me viene a la cabeza una camiseta que portaba una chica en el día del orgullo gay que decía… «y ahora no me caso». Se trata de derechos, pero claro, qué sabrán ellos y ellas de derechos.
Esperanza Aguirre, una de las protagonistas en las disputas internas —se atrevió por estrategia a desaconsejar el recurso ante el TC— anda bien liada con la provocación de una polémica en la Comunidad de Madrid que, en los últimos momentos, se le ha complicado. A la señora se le ocurrió montar una segunda cadena de televisión regional, pero como no tenía licencia, comenzó a emitir de forma pirata en una frecuencia ya usada por otra emisora también pirata. Esperaba que, como ocurrió otras veces, a posteriori se legalizara la emisora en una política de hechos consumados. Pero, hete aquí, que dos nuevas cadenas —Tele K y Canal 33— han comenzado a emitir sobre laOtra jodiendo la señal. Espe, la única, ha montado en cólera y ha denunciado una conjura política de la izquierda contra ella y su partido. Pero poco más podrá decir, si en vez de respetar la ley se dedica a actuar como una pirata, no puede quejarse de que le salga un corsario con sus mismas artes. Quien a hierro mata… Pero yo me pregunto ¿qué hace una liberal de pro creando otra cadena pública y deficitaria de televisión? ¿no querían incluso vender en su día los del PP las cadenas nacionales? ¿acaso no tiene bastante con las cadenas que ha repartido entre sus amigos y correligionarios?